Capítulo 25.

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Narra Sam.


Me bajo del coche y mi tía se despide de mi con la mano y veo a mi madre salir emocionada de mi casa.


Bueno... allá vamos.


- ¡Sam! Mírate, que grande estás. Ay que ver, nunca me llamas. -Dice abrazándome.

- Sí, ya... lo siento. -Digo y ella asiente con la cabeza.

- Vamos a casa. -Dice cogiéndome de la mano y entramos a la casa.


Sigue igual que cuando me fui, nada ha cambiado aquí por lo que veo.


- Sube tus cosas a la habitación si quieres y luego bajas a comer, o déjalas a un lado y ven a comer ya, como quieras. -Dice entusiasmada.


Me siento una persona miserable en este momento, viendo como mi simple presencia le alegra tanto y yo me siento tan rara aquí... Como si realmente este no fuese mi hogar.


- Prefiero subir mis cosas ya y así no tener que hacerlo luego, ahora bajo. -Digo dándole una pequeña sonrisa forzada y ella sonríe.

- Claro, ¿necesitas ayuda? -Pregunta.

- No, tranquila. Puedo sola.

- Está bien.


Cojo mi maleta y subo hasta mi habitación. Ay va... esto sigue exactamente igual. Es como si nadie hubiese entrado aquí para nada. Eso en cierta forma... me alegra.


Dejo mis cosas a un lado y me tumbo en mi antigua cama. Es más pequeña que la que tengo en casa de mi tía pero es muy cómoda. Me encantaba dormir aquí.


Noto como algo vibra en mi bolsillo y saco el móvil.


Un mensaje nuevo.


Serán las chicas.


Pero cuando abro el mensaje mi corazón empieza a latir a una velocidad impresionante y mi respiración se entrecorta por los nervios que experimento.


- Te necesito.


Es un mensaje de Jayden. Dice que me necesita.


Me va a dar algo.


Menos mal que estaba tumbada sino juro que ahora mismo estaría tirada en el suelo con un ataque cardíaco a punto de morir.


Creo que hasta me estoy mareando...


Pero... espera un momento.


¡No estoy en casa de mi tía!


Estoy a dos horas de él...


¿Y ahora cómo mierda llego hasta allí?


Joder...


- ¡Sam! ¿No bajas? -Dice mamá gritando. Claro, solo ella puede ayudarme en este momento. Y sé que puedo hacerle daño pidiéndole este favor, pero realmente lo necesito.


Bajo corriendo las escaleras acompañada de mi maleta y ella me mira extrañada.


- Lo siento mamá, sé que acabo de llegar pero... -cojo aire. -Necesito que me lleves otra vez a la casa de la tía.


Su expresión decae por un segundo pero en seguida me mira.


- ¿Es por un chico? Porque si es por un chico tenemos que tener una charla tú y yo. -Dice entrecerrando los ojos.

- ¡Esa charla la hubiese necesitado hace al menos un año! Por favor, tienes que llevarme.

- Está bien. -Dice. -Prepara tus cosas, nos vamos.

- ¡Gracias, gracias, gracias! -Me abrazo a ella y le doy un beso en la mejilla. -Te quiero.


Mi madre me mira sorprendida y yo me sorprendo también un poco al oír eso.


- ¿Me quieres?

- Claro, eres mi madre, que no viva aquí no quiere decir que no te quiera. -Digo encogiéndome de hombros.

- ¡Vamos a por ese chico!

- Sí.


Desde que me monto en el coche hasta que llegamos el camino se me hizo eterno. Son solo dos horas, pero hice tantas cosas que parecía que tardamos diez años. Escuché música, miré fotos, miré por la ventana, canté algunas canciones, comí algo, bebí mucha agua... ¡Estoy muy nerviosa ahora bajándome del coche!


- Yo me vuelvo a casa, espero que te vaya bien con ese chico.

- ¡Muchas gracias mamá! Te debo una muy grande.

- Estaré bien con que me llames al menos una vez a la semana.

- Lo haré. Te quiero, adiós.


Empiezo a correr hasta la casa de Jayden, joder, me necesita, me necesita.


Yo le llevo necesitando meses.


Pero cuando llego al jardín de su casa todas las ilusiones que me había hecho se rompen en mil pedazos, al igual que mi corazón, al verlo besándose con Emma.

Un Verano De Cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora