Capítulo 9: Un hombre extraño, no tan extraño

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—Chicos, tendrán que esforzarse un poco más, los veo en la próxima clase— sentenció el profesor.

Luego de dar por concluida la clase, el maestro salió con dirección a la puerta principal del gimnasio, la voz que había escuchado le parecía muy familiar, sin embargo, creía que era una locura que aquella persona hubiese vuelto al gimnasio.

Al llegar a la zona, ya se encontraban los diversos profesores reunidos en el mismo lugar. Todos tenían una cara de asombro, realmente se encontraban impactados. El hijo prodigo había regresado a casa luego de una asombrosa y enriquecedora experiencia.

Habían transcurrido diez años, una década completa sin verlo en persona. Pero dicen que tarde o temprano, todo vuelve a su lugar de origen.

—Amigos, ¿Qué sucede?, sé que me veo un poco viejo, pero quiten esas caras de asombro— comentó aquel hombre misterioso.

Todos los individuos que se encontraban en el gimnasio seguían en shock, no podían creer lo que sus ojos veían aquel día.

—He decidido adquirir el terreno que se encuentra a un lado, sería una buena idea ampliar el gimnasio ¿No lo creen?— cuestionó el hombre.

Jacob el entrenador de boxeo del gimnasio, fue quien decidió acabar con aquel silencio que cubría todo el gimnasio. Quizá era el más indicado para hablar, pues aquel hombre había sido casi como un hijo para Jacob.

—Kyle, realmente es una grata sorpresa que nos visites el día de hoy. Hace años que no volvías al lugar que te vio crecer— mencionó el entrenador de boxeo.

Aquel hombre misterioso tenía una estatura de 1.90 metros, su peso rondaba cerca de los 100 kilogramos. Su figura era la de todo un deportista de alto rendimiento, su cuerpo lucía sus músculos perfectamente definidos en brazos y piernas.

Kyle Cummings un peleador de artes marciales que ya se encontraba retirado, decidió alejarse de las competiciones al caer derrotado por segunda ocasión ante el campeón Fabio Barboza. Era el peleador más emblemático de Kansas City, realmente era bueno, pero no era mejor que el brasileño, quien lo derrotó en un par de ocasiones.

El hombre apodado "KC", competía en la división de peso semi completo, era de esos peleadores conocidos como el tapón de la división. Nunca iba a lograr el campeonato, pero tampoco nunca sería derrotado por peleadores que se encontraban debajo de él en el ranking.

Durante su carrera profesional de once años, Cummings había acumulado un récord de 27 peleas. Logró salir victorioso en 24 de esos compromisos. Fue derrotado en tres ocasiones, la primera derrota llegó junto con su primera pelea profesional, años más tarde cayó en un par de ocasiones ante el campeón de la organización.

Las derrotas de Kyle siempre fueron por la vía de la sumisión, es decir, sus rivales lo hicieron rendirse al aplicarle algún sometimiento. Nunca fue noqueado, su aguante se debía a que tenía una barbilla dura como una roca.

A pesar de no lograr ser campeón de la mayor organización de artes marciales mixtas, era considerado el mejor peleador de la división. El campeón Barboza cayó derrotado ante diversos rivales que Kyle logró vencer sin problemas.

Entre los logros que ostentaba Kyle "KC" Cummings, estaban el ser campeón estatal, campeón nacional, quince victorias en fila, una racha de trece nocauts. Consiguió el bono a pelea de la noche en cuatro ocasiones, se alzó con el mejor nocaut de la noche en siete ocasiones. Cada bono le había hecho ganar treinta mil dólares.

Nunca consiguió el campeonato mundial, pero era considerado el mejor de la división. Algo así como un rey sin corona.

—La vida en Las Vegas me aburrió. Decidí volver al lugar que me vio nacer— respondió Kyle a su primer entrenador de boxeo.

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