|| Between Heaven & Earth || Suga ||

1. Mi Maldición

Mi nombre es Kim, Young Kim. A pesar de haber nacido como producto del amor que se tuvieron mis padres, nací con una maldición, o al menos así lo veo yo.

Mi padre era una ángel caído y mi madre, una humana, lo que me convierte en una Nephilim, es decir, soy el resultado de la unión de un ángel caído y un ser humano. No soy completamente humana ni completamente ángel, sino un poco de ambos; soy inmortal, como mi padre pero debido a mi parte humana, me pueden herir y puedo sentir dolor. Un Nephilim deja de envejecer en el momento que le jura lealtad a un ángel caído y eso hice ingenuamente, hace 235 años, a la edad de 18 años. Le juré lealtad a otro ángel caído amigo de mi padre, llamado Seokjin; eso implica que soy su sirvienta por toda la eternidad y que éste, al no poder sentir físicamente como ángel caído que es, puede disponer de mi cuerpo para ello. 

Seokjin me convenció de que la idea de ser inmortal era la mejor que podía tomar; me había convencido de que podría darle vida eterna a mi madre a pesar de ser humana y por eso lo hice. Quería una familia eterna con mis padres pero Seokjin me mintió. Él solo quería a un Nephilim como su sirviente y caí en su trampa.

Mi padre trató de revertir mi lealtad hacia Seokjin y, por haberlo intentado, fue llevado a un lugar que ningún ángel, bueno o malo, desea conocer. Mi madre vivió su vida como humana y eventualmente murió, mientras yo seguía viéndome como una chica de 18 años.

En estos 235 años, cada vez que alguien moría, sentía mi corazón retorcerse de dolor aunque éste no fuese a dejar de latir en toda la eternidad. Eso me hizo obligarme a vivir sin ataduras sentimentales; sin amigos, familia o novio, salvo por Lina, otra Nephilim que conocí hace apróximadamente 200 años. 

Hace un tiempo estuve buscando la manera de volverme humana por completo pero desistí en el momento que me di cuenta de que no tengo nada ni nadie por quien vivir siendo una mortal. Aunque existen leyendas que dicen que un Nephilim puede ser decidir entre ser completamente humano o ángel pero no es nada sencillo. Por otro lado, los Nephilim sólo somos instrumentos para los ángeles caídos, por lo que si esas leyendas son reales, no les conviene a éstos últimos que una Nephilim como yo las conozca.

Muchos dirán que ser lo que soy es lo mejor del mundo, pero no. Si absolutamente todo y todos duraran para siempre, entonces sí sería lo mejor del mundo pero si solamente tú eres lo que dura para siempre mientras todo tu alrededor se marchita y muere, es una maldición.