20. La leyenda del Nephilim humano

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El sol se está poniendo y veo a Yoongi, que sigue firme con su decisión de estar a mi lado. No pude convencerlo de lo contrario y eso no me tranquiliza en lo absoluto.

— Harás todo lo que yo diga, sin cuestionarme. Si te digo que corras, corres; si te digo que te escondas, te escondes — lo intimido con mi mirada y mi tono de voz y él asiente. 

— Dame la mano — primero una y luego me da la otra, nuestros dedos se entrelazan y quedamos a centímetros el uno del otro. 

Que hermoso sería que este momento se diera de otra manera.

— ¿Listo? — él asiente. — Cierra los ojos y relájate — yo estoy acostumbrada a teletransportarme pero no sé cómo lo sienta él. La mayoría siente que le falta el aire y termina de rodillas en el suelo, vomitando.

Apreto mis manos contra las suyas y él responde de la misma manera. Lo observo respirar con dificultad y, para tranquilizarlo, pongo mi mano en su pecho.

— Tranquilo — cierra los ojos con fuerza pero al oír mi voz, los afloja y empieza a normalizar su respiración.

Aún en la misma posición, nos aparecemos en el frente de una casa muy parecida a esas que ves en las películas de suspenso: de aspecto roído y viejo, con una puerta de madera deshecha por la humedad y totalmente a oscuras, situada en lo que parece ser una zona libre de civilización como la de las ciudades.

— Respira, Yoongi — golpeo levemente su pecho para que reaccione. Aún con los ojos cerrados, se arrodilla despacio frente a mi y golpeo su espalda hasta que finalmente, recuerda como respirar de nuevo. 

¿Me habré equivocado de lugar? Hay mucho silencio y parece que no hay ni un alma por los alrededores, además de Yoongi y yo.

— ¿Deberíamos entrar allí? — me pregunta Yoongi, señalando la casa.  Le contesto con una mirada preocupada y comienzo a caminar. Él sigue mis pasos de cerca.

Estaría menos preocupada si él no estuviese aquí. Se pone en peligro por ser terco, nada más. Mientras me acerco a la casa, pongo la mirada en la ventana. Mis ojos se acostumbran a la penumbra.

Me detengo de pronto y Yoongi se choca contra mí.

— ¿Qué pasa? — pregunta alterado.

— Shh — señalo una sombra que se mueve dentro de aquella casa. Miro a mi alrededor rápidamente.

— Quédate aquí — le susurro muy bajo pero me toma del brazo e impide moverme.

— De ningún modo. Entras ahí dentro conmigo o no entras — me amenaza.

— ¿Qué te dije? Debes hacer caso a todo lo que te diga — trato de mantener la voz baja a pesar de estar enojada. Prometió hacerme caso y ahora, se hace el rebelde.

— Ya sabes, tú eliges — ¿Por qué es tan terco? Aish.

— Te quedas detrás de mi, ¿oíste? — digo molesta. Al final se sale con la suya. Abro lentamente la puerta y ésta comienza a hacer un chirrido bastante audible. Él busca mi mano en la oscuridad y la apreta con bastante fuerza. Supongo que siente miedo, igual que yo. Al menos de esta forma, aunque no podamos vernos, podemos sentirnos.

Damos unos pasos hasta que oímos un ruido ajeno a nosotros. Inmediatamente obligo a Yoongi a colocarse detrás de mi y un temor inimaginable se apodera de mi. Me aterra que algo pueda pasarle.
Una luz enceguecedora aparece de la nada y hace que mis ojos duelan. 

— Parece que no vienes sola.

Esa voz hace que me hierva la sangre de rabia. 

Mi vista se vuelve normal y ahí lo veo, al señor Jung sonriendo satisfactoriamente. Lo único que me hace sentir es deseos de matarlo.

— Hang... — dice y gira su cabeza a la derecha. En ese momento, dejo de sentir la mano de Yoongi y aparece frente a mí junto a ese otro Nephilim que me había advertido sobre el cazador en primer lugar, Hang. Sostiene bruscamente su pálido cuello con su mano y, por la expresión en su rostro, me doy cuenta de que lo sostiene con demasiada fuerza.

Debí haberme ido sola cuando Yoongi dormía y así evitar esto. Maldita sea, Yoongi. ¿No podías quedarte y ya? 

Pero esto me confunde. Sí Jung es un cazador de Nephilims, ¿por qué Hang está con él y le obedece?

— Haz una estúpidez y tu amiguito se muere.

La escena de Lina siendo asesinada por él se me viene a la mente y lo que menos quiero, es que Yoongi termine de la misma forma.

— Déjalo ir y haré lo que quieras — lo amenazo. Se ríe exageradamente.

— Ambos sabemos que no lo harás, ¿verdad, Hang? — éste asiente sin soltar a Yoongi.

— Tienes mi palabra.

Estoy dispuesta a hacerlo, por Yoongi. Haría lo que fuera por él, incluso defenderlo con mi vida si es necesario.

— Hang, llegas a hacerle tan sólo un razguño y juro que te mataré — lo amenazo mentalmente, acompañando mis palabras con sentimientos de ira y odio y una mirada que intimidaría hasta el mismo diablo. 

— Tienes algo que he anhelado desde pequeño, Kim. No sé si conoces la leyenda de Jeshvan — hace una pausa, esperando mi respuesta.

— Al parecer no. Te la contaré: cuenta la leyenda que un hombre llamado Jeshvan vivía alejado de todos, en un bosque. Un día, mientras disfrutaba de la vista, se encontró con que algo había caído a unos metros suyo. Corrió en su auxilio, pensando que era una persona mal herida y se encontró con un ángel, recién desterrado del cielo. Éste lo llevo a su casa, lo curó y cuidó de él pero al descubrir qué era, se asustó y lo mató con esto — desenvaina la espada de Jeshvan — al hacerlo, todos los poderes del ángel pasaron a formar parte de él. Pero... — vuelve a hacer una pausa y camina hacia mi. No me muevo de mi lugar; si me hubiese querido matar, ya lo hubiese hecho.

— ... así como los adquirió, éstos se gastaron y volvió a ser un hombre común y corriente en cuestión de días. Ese ángel no era muy poderoso pero tú, Kim... tú — camina en círculos alrededor mío.

— ¡DÉJALA SOLA! — Yoongi grita y Hang pone su brazo alrededor de su cuello.

— Yo no soy un ángel — le espeto.

— Lo sé pero tienes los poderes de tu padre, eres más ángel que humana. Puedo olerlo a kilómetros — recorre el filo de la espada con su dedo índice.

Ahora entiendo por qué Hang le hace caso. Al parecer, aunque Jung es un hombre, ha matado a tantos Nephilims y adquirido sus poderes que es más poderoso que Hang. Trato de evitar hacer contacto visual con Yoongi porque me siento morir viéndolo así. Debo ser fuerte si quiero que, al menos él, salga vivo de esto.



   


 

|| Between Heaven & Earth || Suga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora