2. Un comienzo nuevo... y especial.

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Lina me convenció de volver a vivir en el país de mi madre, Corea del Sur, por unos años. Viajamos desde Londres hasta Seúl en avión. La verdad no me entusiasma mucho volver a Seúl porque es allí donde cometí el peor error de mi vida pero siempre nos turnamos con Lina para elegir el próximo destino que será nuestro hogar durante los próximos 10 años, y Londres había sido elegida por mi, asi que ahora era el turno de ella. 

Duermo la mayor parte del viaje y sueño con mis padres; a pesar de que haya pasado tanto tiempo todavía recuerdo sus rostros, sus voces, sus caricias, las veces que ambos se sentaban al lado de mi cama cuando era pequeña y me cantaban canciones de cuna hasta que me quedaba dormida. Cuando anuncian que estamos por llegar a nuestro destino, despierto y limpió una lágrima que recorre muy lentamente mi mejilla.

—   Kim, ¿estás bien? — Lina me pregunta preocupada y busca un papel tissue en su cartera.

— Es sólo el aire acondicionado Lina, me irrita los ojos — le digo con una sonrisa.

Diez minutos después, el avión desciende, pasamos los controles del aeropuerto y tomamos un taxi hasta el departamento que Lina consiguió. La última vez que estuve en Seúl fue entre 1800 y 1820, no recuerdo muy bien, y todo estaba cubierto de colores naturales pero ahora todo está revestido de una amplia gama de colores grises, agrio y frío. Lina ve maravillada cada edificio por la ventanilla mientras que yo trato de recordar el pasado.

— ¿Solías vivir por aquí? — Lina voltea al interior del taxi.

— Sí pero es muy diferente ahora, no sé dónde era que estaba mi casa — le sonrío sin ganas.

 Sólo viajamos con nuestra ropa, Lina siempre consigue un lugar amueblado de antemano. Cuando estamos por entrar al edificio, un chico de cabello castaño claro y piel pálida sale corriendo y me choca, haciendo que mi maleta caiga al suelo y se abra.

— ¡HEY, MOCOSO! ¡DISCÚLPATE! — le grita Lina, agitando su puño en señal de querer golpearlo.

— ¡PERDOOOOOOOÓN! — grita el chico mientras se aleja.

Me le quedo observando mientras su figura se hace más y más chica hasta que desaparece en la esquina; he visto muchos ángeles en mi vida, uno más hermoso que el otro. ¿Puede ser que es chico sea uno? Porque me pareció muy hermoso para ser humano.

Lina continua quejándose de aquel chico mientras subimos las maletas. Llegamos a una puerta que dice 2°A, Lina saca una llave y abre. El lugar no es muy amplio pero tampoco pequeño, es justo para las dos. Un ventana francesa en el living deja entrar la luz del sol e ilumina cada rincón de la sala. Es lo más parecido al paraíso que alguna vez haya visto. Todo es blanco y de colores claros; mesas, sillas, sillones, muebles, puertas, lámparas.

— Pedí todo de este color porque sé que te hace sentir bien — Lina toma mi maleta de mi mano y la lleva a una habitación que de ahora en más, será la mía.

Es verdad, el blanco me recuerda al paraíso, el lugar donde debe estar mi madre ahora. Los humanos son los únicos que pueden ser perdonados por sus pecados, así que mi madre seguro se encuentra allí.

Mi habitación es bastante común; una cama de uno, un escritorio con una computadora, una mesa de luz junto a la cama y un armario de tamaño medio vacío. Una ventana con vista a plena calle que seguramente mantendré cerrada el 99% del tiempo debido a los ruidos y el humo de los autos.

— Kim, ya hemos hecho esto miles de veces en los últimos 200 años pero se que esta vez es especial para ti por el lugar. Sólo dime si te sientes a gusto, puedo conseguir otro lugar y... — la interrumpo con un abrazo.

— Estoy a gusto Lina, gracias por traerme de nuevo a casa — le digo con voz débil. Una vez que puse un pie de nuevo en esta tierra, me di cuenta de cuánto extrañaba mi hogar.

La suelto y ambas nos sentamos sobre la cama.

— Mañana mismo comienzo a trabajar como maquilladora en la estación de tv de SBS y tú empezarás la secundaria — Lina adopta el rol de madre ahora.

— ¿Secundaria? ¿En serio Lina? Yo pensaba que ya me podía saltear esa parte... — le hago puchero tratando de convencerla para que no me mande al colegio.

— No señorita, si quieres trabajar aquí por lo menos debes tener un título que diga que te graduaste de un colegio de aquí. Es tan solo el último año — pellizca mi mejilla y se levanta.  

— ¿No lo puedes falsificar como el resto de mis títulos escolares? ¿Por favor? — cuando quiero algo, agoto hasta la última gota de aegyo que hay en mí.

— Te ayudará a ser un poco más sociable Kim. Iré a comprar algo de comer, ¿qué quieres? — revuelve mi cabello y da unos pasos hasta la puerta de mi habitación. 

— Ddeobokki — digo apretando los dientes, enojada. Lina sonríe y desaparece.

Miro por la ventana a la gente caminar por la vereda y de repente, pasa una madre con su hija tomadas de la mano. En ese mismo momento, siento como si madre estuviese a mi lado, tomando mi mano también. A veces no sé si de verdad es ella o es sólo mi deseo de verla otra vez.

Alguien golpeando a la puerta, interrumpe mis pensamientos. Tropiezo con mi maleta al salir de mi habitación y me hago un moretón por encima del tobillo.

Si Lina estuviera aquí, me hubiera regañado por haber abierto la puerta sin preguntar quién era antes.
Ese mismo chico que me chocó hace un rato, está parado frente a mi.

— Hola, quería pedirte disculpas por lo de hoy pero es que estaba apurado... — dice algo nervioso, pasando su mano por detrás de su nuca.

— No hay problema... — le respondo. Como Nephilim, puedo oír los pensamientos de algunos humanos, si logro concentrarme en ello. Se forma un silencio incómodo entre los dos y aprovecho esos segundos para leer su mente.

"...qué bonita es, ¿cómo se llamará?... ¿debería preguntarle? No, no. Quizás piense que soy un pervertido o un stalker..."

Sus pensamientos me hacen sonreír y cubro mi boca para disimular.   

— ¿Estás enferma? ¿Quieres vomitar? —  se apresura a preguntarme. Lina vuelve con la cena y nos sorprende a los dos parados en la puerta.

— ¡Kim, te dije que no tengas la puerta abierta así! — me reta y le sonríe al chico en modo de saludo.

— Hola, eh... quería pedir disculpas por lo que hice hoy... —  él suena más nervioso con la presencia de Lina.

— En ese momento pensé que eras un maleducado pero, si vienes a disculparte, has cambiado mi pensar sobre ti —  ella deja las bolsas sobre la mesa de la cocina.

"Invítalo a cenar..."

Lina me habla mentalmente mientras prepara la cena sobre la mesa. 

— ¿Quieres pasar...? —  le pregunto dubitativa para que me diga su nombre.

— ... Yoongi. Min Yoongi.

Sonríe al decir su nombre y entra.  


|| Between Heaven & Earth || Suga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora