Subimos al auto, Louis conducía tranquilo, supongo que feliz por haber salido del Bungalow. El sol comenzaba a ocultarse, nos encontrábamos cerca del lugar donde había volcado mi auto. Cuando de pronto el auto dejo de andar.
-¿Y ahora que pasa?
-Eh, la camioneta se quedo sin gasolina.
-¿Qué? Olvidaste llenar él tanque.
-¿A caso viste alguna estación de gasolina en el camino?.
-Oh cállate
-¿Por qué no nos vamos caminando?
-Puedes hacerlo tu sólo, yo pediré un aventon .
-¿Estas loca?
-Juzga por ti mismo.
-Si, estas muy loca.
A penas levante él pulgar, y un Cadillac rojo con franjas blancas paró. Bajo la ventanilla y Wow que suerte la mía.
-¿Ashley?
-¿Elle?
-A caso ves a alguien más, tonta.
Ignore su amable comentario.
-Oye, ¿Me das un abenton hasta mi casa?.
-Nos... -me corrigió Louis.
-Si, nos... Y bien ¿me llevas?
-¿NOS llevas?
-Cállate, Louis.
-¿Novios? -pregunto Elle.
-¡Nooo! -respondimos al unísono y nos cruzamos de brazos.
-¿Nos llevas o qué?
-Claro, suban.
-Gracias Elle.
-Si, claro, y ¿Quien es el chico?.
-Nadie importante.
-Si tu lo dices, ¿Dónde vives?
-Yo te indico.
-Diablos, me estoy congelando, está haciendo un frío terrible.
-Ni me lo digas.
-Y tu vestida así. ¿A caso estas falta de ropa.
-Cruza a la izquierda.
-Ok, ¿Qué hacían ahi? En esa carretera tan solitaria.
-Es una muy pero muy larga historia.
-Tienen suerte de que pasara por ahí, si no habrían sido robados y no quiero ni imaginar la paliza que les darían.
Elle seguía hablando y hablando, pero lo único que escuchaba era solo ruido al fondo.
Estaba tan concentrada pensando en como reaccionar, y que decir al atravesar la puerta de mi casa que apenas escuchaba.
Pero de que me servía pensar en como actuar, si se que me dejare llevar y gritare mucho. Quizás sea porque no quiero llorar, no frente a él. "Maldito, maldito " pienso "malditos los dos ".
Llegamos a casa y mi cara se descompuso al instante, estaba tan mal, me veía tan mal que hasta Louis lo había notado.
-¿Estas bien?
-Si, ¿Por qué estaría mal?
-¿Entramos?
-Deberias irte a casa, déjame llamar un taxi.
-Olvida eso, ya en serio ¿Estas bien? ¿Necesitas compañía?
-No, descuida me siento mejor, gracias, por todo, pero enserio debes ir a casa y descansar.
-Ok.
El se da la vuelta y comienza a caminar, yo me quedo viendo, sabiendo que hay algo que quiero hacer.
-Louis.
El se detiene y me mira, mientras yo corro y lo abrazo.
-Todo estará bien.
Cuando por fin entró a casa. Anthony me abraza.
-Al fin estás aquí, Dios estaba tan preocupado por ti.
-¡Sueltame! ¡No me toques!
-Ashley, ¿Qué te pasa?
-¿Qué?, ¿Qué que me pasa?
Lo empuje y corri poniendo uno de los sofás como barrera entre los dos.
-Amor tranquilízate.
-Basta, no me digas amor.
-Vamos, ¿Qué te sucede? ¿Por qué estás así?
-Eres un imbécil, un cínico, todavía me preguntas que que me pasa.
-No entiendo por qué estas molesta.
-Te refrescare la memoria, querido. La otra chica -el me vio como si no entendiera de que hablaba - Eres igual a todos los chicos, sí te gustaba otra, bien me lo hubieras dicho y hubieramos terminado con esto. Y no habrías regado con mierda la puta confianza que te tenia.
Dije entre dientes para no gritar y terminar llorando, y el al fin pareció entender de que hablaba.
-Fue... Eso fue un pequeño desliz, yo te amo a ti. Solo a ti y tu lo sabes.
Me tomo de la muñeca con fuerza he intento besarme. Ni siquiera me di cuenta en que momento se acercó. Aparte la cara.
-No me toques, no me beses. No quiero verte.
-Dejame explicarte.
-No me expliques nada, no quiero escucharte.
Mi voz se quebró al final.
-Ella me besó.
-No me importa si ella te besó, tu le seguiste el juego.
-Es que... Por favor perdóname.
-¡Oh diablos! Eres un hijo de puta, un estúpido.
-Ashley, no puedes -me tomo de ambas manos - yo se que me amas.
-Amarte... yo no te Amo... Eres tan poca cosa. Ahora sueltame.
-No, hasta que me perdones.
-Me estas lastimando ¡Sueltame! ¡Sueltame! Anthony me lastimas.
Un par de lágrimas rodaron por mis mejillas, ya no podía soportarlo, la garganta me quemaba y lance un gutural.
-¿Por qué no te das cuenta de que eso no fue nada? Yo se que me amas.
No, ¡esto se acabo! No quiero escucharte, no quiero verte, ya no quiero estar contigo.
-Nena, solo fue un beso. No seas tan dura.
Y ahí estaba, lo había dicho, ¿Quien era esa persona que tenia enfrente? Porque no era la persona que yo creí conocer toda la vida, crei que era diferente.
Pero no, otra vez se repetía la historia, la chica que lo había dado todo por él.
Me solté De su agarre y corrí hasta el ascensor para refugiarme en mi habitación, él no iba a seguirme.
Y cuando al fin estuve sola, grité grite como nunca lo había hecho, destroce mi habitación, en lugar de destrozarme a mi misma, ya mucho me había destrozado, aquel que según yo era él amor de mi vida.
ESTÁS LEYENDO
ALAS NEGRAS
De TodoEsta es la historia de una chica llamada Ashley Johnson, con 19 años tiene que dejar su país Estados Unidos para mudarse a Inglaterra por motivos de trabajo de su padre. Sus padres son Henry Johnson un importante director de cine y su madre Carolyn...