Una Mentira, Un Error, Un Amor {Z.M}

Capítulo 10- Sentimientos.

Ivy.

Dos semanas y media desde que Zayn y yo éramos novios. No era necesario que dijera que se había portado excelente. Nos veíamos todos los días, iba por mí a la escuela y hasta había logrado ser un gran amigo de Xime igual. Lo que me hacía querer y enamorarme cada vez más de él.

Tras que las clases terminaban, y como ya era costumbre, Zayn nos esperaba para llevarnos a casa. A la primera a la que dejábamos era a Xime y seguido de ahí recorríamos calles hasta en la que nuestras casas estaban.

—Gracias por traerme Zayn —le dije cuando me abrió la puerta del copiloto.

—No hay de que cariño —dijo con una sonrisa.

—Zayn acuérdate de tus hermanas —le susurré.

Habíamos acordado que solamente Xime y Doniya sabrían de nuestra relación. Algo que se había planteado en nuestras mentes desde que comenzamos a salir había sido lo que nuestros padres dirían. Ambos sabíamos que si las cosas entre nosotros no salían bien los perjudicados serían nuestros padres al volverse a hablar. Por eso decidimos no decirles nada.

En cuanto Waliyha y Safaa entraron a la casa, Zayn y yo nos despedimos con un casto beso en los labios. Crucé la calle hacia mi casa y noté que al cerrar la puerta principal la casa se encontraba vacía. Mamá hacía un intento para que cuando llegara del colegio ella estuviera ahí, pero algo debió haber pasado para que no estuviera ahí.

 “Hija, llegaré hasta la noche por cosas del trabajo. Te dejé comida en el refrigerado”, decía la nota que había encontrado en el desayunador.

 Ya sabía de antemano de que se trataba. Zayn probablemente tenía razón: mamá estaba saliendo con alguien, ella obviamente no me había dicho nada pero casi a diario recibía llamadas de un misterioso hombre. Dejé de pensar en eso, no podía pensar cosas que no, aunque… sería lindo que mamá volviera a enamorarse. Seguía en mis pensamientos cuando escuche que tocaban desesperadamente la puerta.

— ¿Quién es? —grité frente a la puerta sin abrir.

—Soy yo —gritaron cuatro voces a unísono: 3 femeninas y una masculina. De inmediato supe quiénes eran.

—Pasen —les dije al abrir la puerta con una gran sonrisa. Salude a cada uno.

— ¿Y tu mamá? —me preguntó dulcemente Safaa.

—Salió, llega hasta la noche.

— ¡Igual que mis papás! —grito ella emocionada. Voltee a ver a Waliyha confundida.

—Tuvieron que salir de emergencia de la ciudad. Y ni nos preguntes porqué, no sabemos —dijo Doniya.

—Y es por eso que venimos, para que no te sientas sola al igual que nosotros —me dijo Waliyha.

Después de un intercambio de palabras caminamos hasta la cocina y nos dispusimos a prepararnos algo para comer. La poca que había dejado apenas y alcanzaba para una persona, por lo que sugerimos hacer algo más.

Safaa no nos había ayudado por lo que le pedí a ella y a Zayn que ordenaran la mesa mientras que nosotros servíamos la comida en platos.

Hora y media después, cuando acabamos de comer, nos decidimos por comenzar a hacer la tarea y así tener la tarde libre de preocupaciones.

Mientras ellas fueron por sus cosas me entretuve lavando los platos y vasos. Sentí como alguien me abrazaba por la cintura y me daban un beso en el cuello. El aroma de su perfume chocó contra mí y supe que se trataba de Zayn.

Me sequé las manos en la jerga que estaba cerca de mí antes de girar para encontrarme con esos ojos color miel que tanto me encantaban.

Nuestra distancia era escasa, cada vez más y más. Rodeé su cuello con mis brazos y besé con delicadeza sus labios. No quería que fuera tierno, pero tampoco apasionado; algo equilibrado. Zayn pareció leer mis pensamientos ya que siguió la misma dirección. Mordía mi labio inferior al tiempo que nos besábamos con más lentitud. Había segundos en donde yo llevaba el mando y dejaba que fuera un poco más apasionado.