Capítulo 6

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Andando hacia la universidad, Helen nos afirma que durante 2 días la empresa cierra para dar unos días libres a la gente, que nos avisará para volver. Y entonces noto un alivio en mi interior. Necesito respirar y recuperar el cansancio que llevo encima.
Cuando nos juntamos con las gemelas, Alex lleva unas ojeras tremendamente espantosas.

-¿Has dormido esta noche?- frunzo el ceño.
-Alguien se ha divertido- se ríe Sara.
-He dormido, pero poco. Harry ha estado peleando con alguien en sueños y me he tenido que ir al sofá, luego me ha despertado tres o cuatro veces con sus gritos- suspira.
-Pero eso le pasa siempre eh- dice Ale cruzándose de brazos- es como si no hubiera fin, como si no durmiera agusto.
-Vaya, yo conocía a uno que hacía lo mismo, pero que cuando dormía con la persona que amaba, dejaba de tener pesadillas- me mira Sara y sonríe.
-Pues que suerte, porque él hace lo mismo cada noche- Alex encoge los hombros- y vosotras que, ¿nada?
-Bueno, teníamos, pero de alguna manera... Se marcharon- cambiamos de tema.
-¿Venís esta noche a la biblio?- pregunto con ánimo- nos han dado unos días libres.
-Por mi bien- sonríe Ale- le digo a Cory que venga, ¿Os parece bien?
- ¿Y tú y Cory que os traeis entre manos?- dice Sara con cara cómplice.
-Pues veras, ahora mismo nos estamos conociendo- sonríe ruborizándose- aunque ya nos hemos acostado- dice con un hilo de voz- así que no sé que pasará- vuelve a tener la voz normal y nos reímos todas.
-Yo no se qué dirá Harry- hace un puchero Alex.
-Joder, que pasa, ¿Dependes de él?- bromeo frustrada.
-Más bien, él depende de mi- se encoge de hombros- pero, ¿sabes que? Sólo será está noche y no voy a hacer nada malo.
-Así se habla- ríe Sara- bien, empecemos las clases.

Entramos dentro de la facultad y nos ponemos a dar todas las clases. Cuando acabamos estamos rendidas, pero hay que aprobar, así que decidimos tomarnos un descanso hasta las nueve y así, poder ir a la biblio a continuar donde nos hemos quedado.
(...)
Me levanto de un susto y cojo corriendo el móvil.

-¿Sí?¿Diga?¿Quién?- digo acelerada.
-Pao, soy Alex- dice corriendo- necesito que vengas a por mí, esto se me está yendo de las manos.
-¿Que hora es?- digo mirando el reloj-¿ las tres y media de la mañana, no hemos ido a la biblio?
-Sí, hemos ido nosotras, sólo que te has quedado dormida y no te hemos despertado, por favor, ven a por mí- suplica.
-Está bien, ya voy- digo levantándome de la cama- dame 20 minutos.
-De acuerdo- y corta corriendo la línea.

Conduzco con un café cargado de cafeina para no dormirme, hasta una urbanización donde todas las casas son iguales. Subo el volumen y pongo el coche en marcha. Me paro en como tiene que ser ese personaje de novio para que Alex me pida a gritos que vaya a por ella. Y me acuerdo en el parecido que tiene a Harry o es que simplemente me lo imaginé. Cuando llegó a la urbanización, miro y suspiro.

-Dios mío, son todas iguales- digo para mi misma.

Entonces me acuerdo que Alex me dio una explicación de porque vivían en el número 10. Según ella, su novio conoció la verdadera libertad un día 10 de no sé que mes de hace unos años atrás.
Busco la casa número 10 y está al final de la urbanización y veo que están todas las luces encendidas. Y me entra el agobio. Dejo el coche mal aparcado en la carretera y bajo al pequeño jardín que hay y es cuando me doy cuenta de que estoy temblando. Pero no sé el porqué.
Toco a la puerta y miro hacia otro lado para distraerme. La puerta se abre de golpe y veo a la rubia llorando.

-Vale, ya nos podemos ir- dice saliendo rápidamente.
-Creo que tendríamos que llamar a la policía- le rectifico.
-No. No hace falta, todos estamos bien- se seca las lágrimas y comienza a bajar las escaleras, pero la mosquitera se abre y miro directamente.
-¡No vas a ningún sitio nena!- dice exigentemente.

Y una parálisis profunda entra en mi cuerpo desgarrando cada órgano y rompiendo mi corazón. Sus rizos sudorosos, su cuerpo musculado y sus botas... Nada cambiado. Una euforia recorre mi cuerpo, pero al llegar a la boca se expresa con un hilo de voz, al llegar a los ojos...

-Harry...- digo en un susurro.
-Entra en casa Alex, vamos- le manda como sí yo no existiera.
-No- contesta ella- me voy con Paola- me mira.

Y ese instante, ese instante donde nuestros ojos se miran y yo noto que el arena que quemaba mis pies, se convierte en fuego y se desprende hasta llevarme al infierno. Sus esmeraldas me miran y en ellos, se forma un brillo indefendible. Pero con furia, baja las escaleras, la coge por el brazo y la obliga a subir.

-Para Harry, quieto- grita ella. Pero yo no respondo. Mis palabras no salen.
-Aquí nadie se va ir con nadie- responde con recelo. La mete en casa, cierra la mosquitera y se da la vuelta hasta volver a encontrarse con mis ojos.
-¿Porque?- me atrevo a preguntar. Pero se gira de golpe y después cierra la puerta dejándome sola en el jardín.

El frío llega a mi alma y noto como la congela poco a poco, pedazo a pedazo. No sé cuanto tiempo estoy ahí parada, sin moverme, sin hablar y sin apenas respirar, pero sé que ha pasado una eternidad porque el móvil empieza a sonar.

-¿Paola?- pero no logro responder- ¿Donde estás?- me pregunta Sara detrás de mi teléfono- ¿Paola estás bien?

Pero sinceramente me siento tan vacía, que no tengo ni fuerzas para contestar. En lugar de eso, el móvil se me resbala de las manos y se me cae, pero no lo recojo.

-No me gusta hacer esto, pero voy a localizarte vía móvil y voy a por ti con Cory- cuelga y yo sigo sin moverme de donde estoy.

Tengo un dolor tan grande en el pecho que me duele hasta la cabeza. Todavía no me puedo creer lo que he visto y oído. Es Harry, Harry Styles, estaba vivo... Y me mintió, me mintió todo este tiempo.
Ha pasado tanto tiempo que no me he dado cuenta que los gritos han cesado y las luces se han apagado. Llevó tanto tiempo ahí parada intentado asumir, que se me ha olvidado pestañear. Cuando por fín creía que había adquirido la suficiente fuerza para volver a reír, alguien viene y me la corta.
Veo unas luces que deslumbran en mis ojos, pero aún así, no pestañeo. Sale Sara corriendo del coche y puedo notar como Cory mira la casa y maldice. Él lo sabía.

-Paola- dice susurrando- que ha pasado, que haces aquí.
-Él... ella...- intento vocalizar.
-Donde está Alex- frunce el ceño.
-Cory- lo miro- ¿Tú lo sabías?- finalmente se me derrama un mar de lágrimas que estaba luchando por que no cayera-¿Verdad?
-Sí, lo sabía- dice con palabras frías.
-¡Y PORQUE NO ME DIJISTE NADA ESTOS TRES AÑOS ATRÁS!- acabo gritándole.
-Porque prometí que no diría nada- afirma con la cabeza.

Entonces sonrío finalmente y me subo al coche sin decir nada. Por el camino sólo miro por la ventanilla. Oigo como Cory le cuenta todo lo sucedido a Sara. La escucho maldecir y, cuando llegamos a casa, sólo me tumbo e intento dormir. Pero no puedo, no me lo saco de la mente. Basta que por fín, tras llorar horas, caigo en un mar de horribles sueños. Cuando me despierto, empiezo a cansarme de ver cada mañana mi libro tirado en el suelo y la ventana abierta.

QECEE *editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora