QECEE *editando*

Capítulo 12

Me despierto con el mayor dolor de cabeza que he tenido nunca.
Revuelvo las sábanas hasta que consigo adoptar una buena postura y, con mis manos, me presiono las sienes para aliviar el dolor.

"¿Qué hice anoche?"

No me acuerdo de nada.

"¿Hice algo malo?"

Tampoco me acuerdo. Me incorporo lentamente para evitar que mi estómago se revuelva y acabe vomitando y cuando estoy sentada, miro alrededor. Mi ventana abierta y mi libro tirado. Como no.
Suspiro y rezo por que hoy no nos llame Helen para trabajar porque llevo un resacón del siglo. Me levanto como puedo y me voy directa a darme una ducha de agua fría para quitarme el cansancio que llevo encima.
Cuando salgo me vuelvo a poner un pijama calentito y me salgo al comedor para hacerme un chocolate caliente.
Cuando llego al sofá y me siento, todos mis músculos se relajan hasta tal punto que me siento cómoda con mi dolor de cabeza.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que estoy así sentada, con la televisión apagada y empanada, pero mi móvil suena.
Lo cojo de la mesita y miro quién insiste tanto.

-¿Sí?- digo sonriendo sin querer.
-Buenos días, ¿eres esa chica tan guapa que vi anoche?-responde una voz masculina.
-Mmm... No, creo que te has confundido, lo siento- carcageo.
- Que pena, la iba a invitar a cenar conmigo esta noche.
-Bueno, quizás no sea la chica guapa que dices, pero sí que puedo ir a cenar esta noche, no tengo nada que hacer.
-Entonces pasaré a recogerte a las siete. Ponte guapa. Hasta luego.
-Adiós- cuelgo, doy un pequeño grito y guardo el número desconocido como "Fred "

Su llamada no me ha quitado la resaca, pero sí me ha levantado el ánimo bastante. Sara aún no se ha levantado, por lo que entorno su puerta y me pongo los cascos para no molestarla. Recojo la casa y hago la comida bailando con "She bad" con la que me siento identificada.
Han pasado de las cinco. Me he duchado y he pasado mi pelo por los rulos dejándolo lleno de tirabuzones. Me he hecho la manicura y he decidido que me pondré, pero Sara aún no se ha levantado.
Asique decido despertarla.

-princesa- digo abriendo su puerta- son las seis de la... ¿Pasa algo?

Frunzo el ceño al verla despierta acurrucada en la cama mirando a la nada.

-No lo sé exactamente- me dice con un hilo de voz- tenemos que hablar.
-Claro que sí- entro en su cuarto y me siento a su lado.
-Quiero... Quiero pedirte perdón- se incorpora y se sienta a mi lado.
-¿perdón? ¿Porqué? - Le coloco un mechón corto detrás de la oreja.
-Porque tenías razón desde un principio y jamás te hice caso- suspira para no ponerse a llorar.
-No entiendo nada- frunzo el ceño.
-Anoche vino Zayn a casa- dice sin ningún ánimo.
-¿Zayn?- se escapa de mi boca-¿cómo? Igual que Harry.
-Sí, y quería pedirte perdón, porque jamás me fie de ti, y era cierto.
-No te preocupes - sonrío - hay que intentar olvidar.

Y sé que lo intentará, pero ella es más sensible que yo para las cosas sentimentales.

-Ya- dice seca-eso quiero intentar pero no sé cómo.
-Mira, yo ya he empezado- me rio y me pongo de pie- han pasado tres años, pero he quedado con Fred, vamos a cenar.
-¿ENSERIO?- sonríe - que te vas a poner.
-ahhh, ya verás- digo y me voy corriendo.

Un jersey de lana marrón ancho junto a una falda corta de vuelo color crudo y unos botines marrones con algo más de mucho tacón.

-Dios, te sienta genial- dice Sara anonadada- aunque parece que el tiempo no acompaña- Mira por la ventana.
-Lo sé, creo que lloverá, me voy a llevar un paraguas. Voy a bajarme y lo espero en la esquina.
-Suerte- me enrollo su meñique en el suyo.
-Gracias- besamos los dedos y salgo por la puerta.

Voy hasta la esquina donde hay una parada de bus y no hay absolutamente nada más. Son las 18:45, ya es de noche y hace frío, para variar.
Llevo más de 20 minutos esperando,el reloj marca las 19:10 y estoy tiritando.
"es de los que se retrasa"pienso.
Cuando por fin veo aparecer unos faros, me levanto para entrar rápidamente.
Pero conforme se acerca veo que el coche no es el Jeep de Fred si no un Land Rover. Su Land Rover.
Me vuelvo a sentar y giro la cara, pero no paso desapercibida y para justo delante de mí y sin quitar la llave de la toma de contacto, baja dirigido a mí.