CAPÍTULO 10

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A la mañana siguiente ya me encontraba en el McDonald's esperando a Patrick. De momento me había pedido únicamente un café. Aún tenía un poco de sueño porque estos días no había conciliado el sueño tan fácilmente como en otras ocasiones, me dejaba llevar por mis sentimientos y sensaciones que se despertaban al acostarme en la cama; era un problema ya que cada vez me despertaba con más sueño por las mañanas, y estaba menos atenta a lo que sucedía a mi alrededor.
Quedaba medio vaso de café cuando apareció Patrick, nos saludamos y tras pedir unas tostadas en el mostrador, nos sentamos ha hablar, que era en definitiva a lo que habíamos quedado. Empezó Patrick la conversación:
-Bueno, creo que sabes el por qué de haberte hecho venir aquí.
Respondí claramente, sabía perfectamente el por qué de la pregunta:
-Esta relación no puede seguir, no somos los mismos de antes, las largas conversaciones, quedadas, caricias, besos... han desaparecido, pero tranquilo, no estoy enfadada, y creo que tu tampoco.
Él también fué claro:
-No, yo tampoco estoy enfadado, de hecho tengo que confesarte una cosa que me pesa en mi interior desde hace ya unos meses, y debo decírtelo ya...
-Eres gay-dije cortandole la conversación.
Él no respondió, se empiezó a poner rojo. Como no decía nada, tras dar el último mordisco a mi tostada proseguí:
-Se corren rumores desde hace ya unas semanas, ¿no te habías dado cuenta?
Al reconocer que yo le hablaba de forma serena y tranquila vuelvió poco a poco a recuperar el color pálido de piel que tenía y dijo:
-Pues no tenía ni idea de que se corría ese rumor, que verguenza. Pero es cierto, y te agradezco que lo entiendas.
Yo sonreí y dije:
-No hay problema, cada uno tiene sus gustos, y el rumor lo saben pocas personas, no te preocupes.
Él me sonrió y me abrazó; hacía mucho que no lo hacía, pero ese abrazo era diferente, no eran como los que me daba cuando salíamos, sino era un abrazo que mostraba confianza y amistad, lo que íbamos a tener a partir de entonces.
No hizo falta hablar más, cuando se terminó la tostada se levantó y se fué.
Ya eran las 11:00 de la mañana, aunque no tenía prisa, no tenía nada que hacer, o al menos hasta las 5:00 de la tarde, porque había quedado con mis amigos para continuar con el guión de la peli.
Así que me quedé sentada en la silla dónde había tenido la conversación con mi ex, que puede que hubiera dejado de ser mi novio, pero sabía que a partir de ahora sería un muy buen amigo. Empecé a pensar en él, cuando lo conocí, lo que más me llamó la atención fué su mirada; tenía unos ojos preciosos, eran claros y mostraban tranquilidad y confianza; y eso es en lo que se había basado nuestra relación, sobre todo en la confianza, no había mas que recordar la conversación que habíamos tenido hace unos minutos. Era una cualidad que me encantaba, así como su fuerza de voluntad, no todo el mundo es capaz de decirle a su novia la verdad de su forma de ser, y menos algo semejante a lo que me había confirmado. Lo estuve pensando unos minutos y finalmente llegué a la conclusión de que nuestra relación de amistad llegaría lejos, y además, yo siempre había querido tener un amigo gay. Aunque: ¿ya se habría fijado en algún chico?, ¿cómo habría llegado a la conclusón de que era gay?, ¿a cuantas personas lo había confirmado?,¿o simplemente había utilizado el rumor de ser gay para dejarme?
Me surgieron las dudas cuando ya me levantaba de la silla para volver a casa, justo entonces me dije a mi misma:
"Es demasiado sincero para haberme dejado con una mentira" Así que olvidé la última pregunta que me había formulado.

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