Londres

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Narras tú

Acababa de llegar a Londres en un día gris y lluvioso.
Estaba en el aeropuerto esperando a que mi amiga Mary me recogiese.

Los nervios recorrían todo mi cuerpo, hacía años queno la veía desde que se mudó aquí y apenas sabía nada sobre suu marido y su hermosa hija.

De pronto, un Audi de color negro se paró frente a mí y pude ver que era ella.
-Venga sube- rió -no querrás quedarte aquí bajo la lluvia ¿Verdad?-
-Hola Mary- sonreí para abrazarla al subirme -Que guapa-
-Mira Rosy- dijo Mary -esta es tu tía (T/N)_______-
-Hola- dijo la pequeña con una linda sonrisa -Que guapa eres-
-Gracias Rosy- sonreí pero tú eres mucho más linda y adorable-
-John está muy contento de que hayas venido- dijo Mary sonriente -de hecho ha permitido que te instales en la casa de su amigo-
-¿Qué amigo?- dije curiosa.
-Sherlock Holmes- dijo ella -supongo que oirías hablar de él-
-Por supuesto- dije -era una de sus mayores fans y sigo siéndolo a pesar de que haya desaparecido-
-El tío Sherlock no está muerto- dijo Rosy.
-Rosy- dijo Mary -¿Qué hemos dicho del tema?-
-Pero es cierto mamá- dijo ella -a veces viene ha verme-
-Rosy ya vale- dijo Mary aparcando frente a la puerta del 221 B de Baker street -hemos llegado-

Cuando me bajé, un cosquilleo recorrió todos los rincones de mi cuerpo al pensar que viviría en la casa de mi mayor ídolo.
Llamamos a la puerta y una mujer mayor nos abrió.
-Mary- dijo ella abrazándola -que ganas tenía de veros-
-Hola Señora Hudson- dijo ella sonriendo -esta es (T/N)______ la nueva chica que vivirá aquí-
-Encantada cielo- dijo ella -soy tu casera y si necesitas algo estaré justo abajo-
-Gracias- sonreí amablemente -Mary me ha hablado muy bien de usted-
-Lo mismo digo- rió -pasad voy a abrir el piso-
-¡Rosy!- dijo Mary -¡Vamos cielo!-
-Ya voy mami- dijo ella mientras su madre subía.

Antes de venir vi como la pequeña le decía adiós a alguien con su mano y corría hacia mí con una sonrisa.
Subimos al piso y la emoción invadió todos los poros de mi piel.
-Siento la suciedad- dijo la Sra. Hudson -pero a Sherlock no le gustaba limpiar el polvo-
-No importa- dije -me gustaría dejar todo como está si es posible. Claro que quiero quitar un poco de polvo-
-Pues podemos empezar ya mismo- dijo Mary -ven te enseñaré tu cuarto-

Me llevó a una habitación al final del pasillo y  me mostró un sencillo cuarto con cama doble, un armario, una mesa con una tabla periódica y una ventana que daba a un callejón.
Posé mi vista detrás de la puerta y vi un hermoso abrigo negro con un ojal rojo, era el abrigo de Sherlock.
No pude evitarlo y acerqué mi nariz a la prenda para aspirar su aroma, olía de maravilla.

Tras enseñarme toda la casa, comenzamos a limpiar un poco las cosas en la casa y quedó fabulosa.
-Hacía años que quería hacer esto- dijo la Sra Hudson riendo.
-Al tío no le gustará- dijo Rosy cepillando el cabello de su muñeca.
-Rosy- dijo Mary.
-Vale- dijo ella -no hablaré más sobre el tío-
-Bueno- dije -voy a reunirme con mi jefe en Scotland Yard en un par de horas-
-LEstrade es muy agradable- dijo Mary -te caerá bien-
-Seguramente- sonreí para luego preparar un té para todas.

Después de tomarnos el té y charlar, Mary me llevó a las oficinas y subí al despacho de Greg Lestrade.
Era bastante amplio y bien iluminado con puertas de cristal.
Greg se encontraba leyendo unos informes cuando se dio cuenta de que le esperaba.
-Hola- dijo sonriendo -tú debes ser (T/N)_____ nuestra nueva detective-
-Así es- sonreí -y tú debes ser Greg-
-Correcto- dijo él riendo -se me hace raro que un detective me llame por mi nombre-
-Lo imagino- sonreí -¿Por donde quieres que empiece?-
-Verás- dijo sacando unos informes- me gustaría que vieses estos casos no resueltos para ver si eres capaz de encontrar una solución-
-No será difícil- sonreí -la deducción está de mi parte-
-¿También la usas?- dijo sorprendido.
-Por supuesto- sonreí -aunque alguien con una mente tan sencilla como la tuya no lo comprendería y siento ser algo grosera-
-No importa- rió -puedes llevártelos a casa si no los terminas-
-Gracias- sonreí -Podré sacar fotos en los casos ¿Verdad?-
-Por supuesto- dijo él -todo lo que necesites-
-Muchas gracias- sonreí de nuevo para ir a mi despacho.

Mi despacho era pequeño con dos escritorios uno donde estaba la impresora y en el otro un Mac, un cubito con lápices, folios y un calendario.
Las paredes eran de color blanco y detrás de los escritorios tenía un enorme ventanal desde donde se veía toda la calle y parte de Londres.
También tenía un gran corcho donde poner todo lo que necesitaba para los casos y algunas fotografías además de un perchero para colgar mi abrigo.

Cuando terminé mis horas de trabajo correspondientes, me fui a casa y paré en un Fish & Chips para tener algo de cena.
Al entrar en mi piso, había algo extraño en el ambiente.
Aspiré un poco de aire y percibí un aroma a perfume masculino, era dulce pero no demasiado.
Algunas de mis cosas estaban revueltas como si alguien hubiese estado buscando información sobre mí.

Dejé la cena en la cocina y fui a mi nuevo cuarto para dejar mi bolso.
Al entrar, me encontré con una rosa de color rojo sobre la cama con una nota donde ponía

"Bienvenida a tu nuevo hogar. Espero que te sientas cómoda aquí."

La caligrafía era claramente masculina además de que todo el ambiente olía a perfume masculino.
La tinta aún estaba algo húmeda por lo que supe que lo había dejado hacía unos minutos.

Me preguntaba quién sería aquel hombre tan misterioso que se dedicaba a dejar notas en casas ajenas y una rosa.
No podía negar que aquel detalle me gustaba pero recibirlo de aquella manera me aterrorizaba un poco.

El fantasma de Baker street (Sherlock Holmes y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora