Vino

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La cena había sido deliciosa y el vino nos había subido a la cabeza bastante rápido.

Sherlock y yo reíamos mientras hablábamos de cosas sin sentido sentados en e sofá con dos copas de vino.
-¿Sabes que yo tenía una reputación internacional?- dijo él cn la copa de vino en la mano -por algo de crímenes-
-Si lo sé- Reí dando otro trago a mi copa.
-Estoy seguro que tú no la tienes aún- dijo besando mi mejilla.
-Si que la tengo- dije viendo lo cerca que estaba.
-No- dijo él riendo acariciando mis mejillas.
-Si- dije viendo como se acaba su copa de un trago -creo que has bebido mucho ya-
-Todavía tenemos media botella- dijo él levantando la botella que estaba en el suelo.
-Si...- dije acercándome a su rostro -pero le quiero despejado señor Holmes-
-Eso me gusta señorita (T/Apellido)_____- dijo Sherlock con una sonrisa ladeada.

Poco a poco su rostro se fue acercando al mío y nuestros labios se unieron en un tierno beso.
Tenía que admitir que besaba muy bien, mucho mejor de lo que me había imaginado.
No pude evitarlo y tuve que intensificar el beso.

Sus manos se deslizaron a mi cintura haciendo que nuestros cuerpos estuviesen más unidos todavía.
Cuando nos separamos por falta de aire, mordí suavemente su labio inferior.
Una sonrisa ladeada iluminó su rostro y volvió a besarme con suavidad.
-¿Qué es lo que me has hecho?- dijo Sherlock apartando el pelo de mi rostro para ponerlo detrás de mi oreja.
-Más bien- dije -¿Qué es lo que me has hecho tú a mi?-
-Convertirte en una gran detective- dijo él -y ahora... hacerte sentir una mujer de verdad-
-Me gustaría verlo- dije con una risilla.
-¿Lo dudas?- dijo él agarrando mi cabeza con suavidad y con su nariz pegada a la mía.
-Si- dije pasando mi lengua por sus labios.
-Pues vas a ver- dijo tomándome en brazos.

Una carcajada salió de mi cuerpo cuando Sherlock se levantó del sofá.
Caminaba torpemente hasta su habitación pero me sujetaba con mucha fuerza.

Una vez llegó a su destino, me tumbó sobre la cama y se tumbó sobre mí para comenzar a besarme.
Él me quitó la ropa y yo la suya para quedarnos completamente desnudos.
Sus manos acariciaban todo mi cuerpo mientras nuestras lenguas jugaban entre ellas.

Sin previo aviso, me penetró haciendo que gimiese con fuerza.
Sus movimientos eran lentos al principio y poco a poco iba aumentando el ritmo.
Mis gemidos eran intensos al igual que los suyos pero de vez en cuando nos besábamos para no formar un escándalo y no despertar a la señora Hudson.
Tras haber llegado al orgasmo, ambos nos quedamos profundamente dormidos, ya que estábamos agotados.

A la mañana siguiente, yo fui la primera en despertarme.
Mi cabeza me dolía a horrores y tenía un mareo horrible.
Miré mi cuerpo y vi que estaba desnuda, lo que más me asustó era que sherlock también dormía desnudo a mi lado.
No recordaba nada de lo que había pasado anoche y mucho menos recordaba lo que habíamos conversado Sherlock y yo después de la cena.

Fui a mi baño me duché y me arreglé antes de volver a la habitación.
Contemplé como Sherlock dormía plácidamente con su máscara puesta.
La curiosidad comenzó a llamar mi atención, por lo que decidí quitarle la máscara sin despertarle.

Examiné sus heridas con cuidado sin hacer que se despertase, eran sencillas de operar al igual que las de Jim.
No entendía el motivo por el que Sherlock seguía con esas heridas en su rostro, sabía que era por culpa de Moriarty pero Jim se las había quitado.
Deposité un suave beso en su nariz y dejé su máscara en la mesita.

Bajé a preparar nuestro desayuno como solía hacer todas las mañanas, me tomé una aspirina y vi que tenía mi teléfono sin batería.
Lo puse a cargar y vi un mensaje de Mathew pidiéndome disculpas pero lo borré.
De pronto, el timbre de la puerta comenzó a sonar y bajé a abrir la puerta.

Al abrir vi a un repartidos con una caja enorme.
-¿Es usted la señorita (T/Apellido)______?- dijo.
-Si, soy yo- dije con una sonrisa.
-Esto es para usted- dijo dándome un paquete -firme aquí-
-Gracias- dije firmando -que tenga un buen día-

Cerré la puerta y subí corriendo a la cocina para examinar el paquete.
No tenía remitente, ni siquiera una tarjeta que pusiera quién me lo había mandado.
Abrí la caja y saqué un precioso vestido negro muy ajustado y de mi talla con unos zapatos a juego.

Justo cuando lo saqué, el móvil que Jim me había dado comenzó a sonar con un mensaje.
"Espero que lleves esto esta noche. ya sabes que día es hoy ¿Verdad? -JM-"
"Por supuesto que lo sé pero no entiendo esto" respondí con rapidez.
"Pequeños detalles querida. Te veré a las 22:00 en el restaurante al que Patrick te llevó en tu último cumpleaños -JM-"

Un nudo se me creó en el estómago temiendo lo que pudiese pasarme aquella noche.
Puse la mesa y unos paso llamaron mi atención, era Sherlock que venía a la cocina.
-Buenos días- dije colocando los últimos detalles.
-¿Tienes aspirinas?- dijo él con la mano en su frente.
-Toma- dije dándole el paquete.
-Gracias dijo tomándose una -¿Recuerdas algo de anoche?-
-No- dije tomando asiento a su lado -estoy igual que tú-
-Me gustaría recordarlo- dijo él -pero he de reconocer que me divertí mucho conversando contigo-
-Y yo la verdad- reí -nunca pensé que tuvieses un lado divertido-
-Pues lo tengo- rió.

Mi móvil comenzó a sonar con un mensaje de Lestrade para ir a un nuevo caso.
Desayuné rápidamente, me despedí de Sherlock y corrí a la calle para coger un taxi que me llevase a la escena.
Durante el camino, intenté hacer memoria de lo que había sucedido la noche anterior pero todo esfuerzo era inútil ya que tenía un montón de lagunas en mi cabeza.

El fantasma de Baker street (Sherlock Holmes y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora