Las luces de Londres

2K 161 12
                                    

El reloj dió las nueve y yo ya estaba completamente lista para irme a mi cita con Mathew.

Llevaba un vestido negro con encaje en la espalda y el pelo alisado recogido en una cola.
El timbre sonó y corrí a abrir la puerta.
-Hola- dije sonriendo.
-Wow- dijo Mathew con la boca abierta y los ojos como platos -¡Estás increible!-
-Gracias- sonreí -¿Nos vamos?-
-Por supuesto- dijo ofreciéndome su brazo el cual agarré antes de cerrar la puerta -¿Lista para una maravillosa cita?-
-Siempre- dije con una risilla tonta.

La verdad estaba algo nerviosa en aquella situación, ya que estaba con el chico más guapo de Scotland Yard.
Me llevó a un restaurante precioso y muy caro, a pesar de que yo no quería tantas molestias.
-MAthew- dije -podríamos ir a otra clase de restaurante. Este sitio es demasiado caro y no me siento cómoda si tú lo vas a pagar todo-
-Lo sé- dijo él -pero hoy es una ocasión especial y quiero que te sientas mimada por un día-
-No Mat- dije seria -pagaremos a medias-
-De eso nada- dijo él -pago yo y punto-
-Vale- suspiré derrotada -pero que sepas que no me siento cómoda con esto-

La cena fue increíble.
El ambiente era muy romántico y Mathew sabía como hacerme reír.
Teníamos muchas cosas en común y prácticamente el mismo sentido del humor.
Me sentía muy afortunada de ser la única mujer de Scotland Yard que había sido capaz de conquistar su corazón de aquella forma.

Después de cenar, me llevó a dar un paseo por el Támesis en barco.
Las luces de Londres me parecían mucho más brillantes aquella noche, aunque no sabía realmente el porque.
Reposé mi cabeza en el hombro de Mathew mientras pasábamos por debajo del puente de Londres con una suave sonrisa y él posó un suave beso en mi cabello.

De pronto, recordé que Holmes me iría  a visitar aquella noche y mi felicidad se esfumó.
Miré mi reloj y marcaba las dos de madrugada.
-Mathew- dije mientras bajaba del barco ya en la parada -tengo que irme-
-¿Por qué?- dijo él -¿Ocurre algo?-
-No- dije con una suave sonrisa -¿Me acompañas a casa?-
-Si- dijo él -vamos-

Tomamos un taxi y volvimos a Baker street.
Me bajé y Mathew me acompañó a la puerta.
-Bueno- dije con una sonrisa -gracias por una cita tan hermosa-
-¿Querrás repetir?- dijo acariciando mi mejilla con suavidad.
-Tal vez- dije notando mi pulso acelerado cuando estábamos a unos centímetros.
-Buenas noches (T/N)_____- dijo antes de posar sus labios sobre los míos con delicadeza.
-Buenas noches Mathew- dije al separarme.

Cuando se subió de nuevo al taxi, entré en mi apartamento.
Solté un suspiro y una sonrisa cruzó mi rostro antes de subir a casa.
Cuando entré en el salón, Holmes estaba sentado en su butaca con pinta de estar enfadado.
-¿Dónde estabas?- dijo molesto.
-Fui a dar un paseo- dije dejando mi abrigo en el perchero.
-¿Así vestida?- dijo levantándose.
-Si- dije -he tenido una cita-
-¿Con quién?- dijo encarándome.
-No te importa- dije caminando a mi habitación para cambiarme y cerré la puerta.

Agarré un pijama de tirantes con pantalón largo y me quité el maquillaje que tenía puesto.
Al salir, Sherlock me esperaba frente a la puerta.
-No deberías de haber ido- dijo serio.
-Es mi vida- dije seriamente y algo molesta -puedo hacer lo que me venga en gana sin que tú me lo impidas-
-Lo hago por tu bien- dijo Sherlock acariciando mi mejilla con suavidad -este trabajo no puede permitirse entablar una relación con nadie-
-Lo dices porque no quieres que nadie me toque- dije apartando su mano -no soy de tu propiedad. Soy un ser humano y al contrario que tú tengo sentimientos-
-No quiero que te hagan daño- dijo él agarrando mi mano con suavidad -eres una mujer inteligente pero el amor puede cegarte-
-No quiero que te metas en mi vida- dije seriamente -no tienes derecho a hacerlo-
-Puedo hacer lo que quiera contigo- dijo Sherlock con una sonrisa ladeada -¿Qué sería de ti sin mí?, ¿Acaso no te has dado cuenta de que sin mí no eres nadie?. No habrías resuelto ni un solo caso sin mi ayuda y mucho menos sabrías cosas de Moriarty-
-Puedo arreglármelas perfectamente sin usted señor Holmes- dije firmemente -y le agradecería que desapareciese de mi vida-
-¿Estás segura?- dijo serio.
-Completamente- respondí con seguridad.
-Si así lo deseas- dijo él -así lo tendrás. Pero recuerda... sabré cuando quieres que vuelva-

Saltó por la ventana como solía hacerlo y yo me quedé sola en mi apartamento.
De pronto, las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas como dos pequeñas cascadas de agua salada.
Sentía un gran dolor en mi pecho y las palabras de Holmes revotaban en mi mente una y otra vez.

Él tenía razón, sin él yo no era nadie y no podría haber resuelto la mayoría de los casos que Lestrade me había dado.
Sherlock era una figura muy importante en mi vida y ahora ya no estaría.
Pero no debía derrumbarme por su pérdida, tenía que ser fuerte y poner en práctica todo lo que había aprendido con su ayuda.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Pasaron unos 9 meses desde la última vez que vi a Sherlock.

Con el tiempo, supe alcanzar el mismo grado de admiración que él tenía antes del accidente.
Ahora todo el mundo quería contar con mis servicios como detective privado y estaba muy orgullosa.
John me ayudaba de vez en cuando con algunos casos y mi sobrina Rosy estaba comenzando a tomarme como su modelo a seguir.
La prensa me acosaba en cada caso importante que tenía, mi buzón estaba lleno de casos interesantes y mi móvil no dejaba de sonar prácticamente con nuevos casos.

Mi relación con Mathew era cada vez más estrecha, incluso comenzó a quedarse a dormir en mi casa muchas veces.
Poco a poco íbamos camino de ser una pareja formal y me sentía muy bien a su lado, tanto que creía que mi "capricho" con Sherlock Holmes estaba a punto de desaparecer.

El fantasma de Baker street (Sherlock Holmes y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora