CAPÍTULO 13

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Hace bastante tiempo que no vengo aquí. Demasiados días. El claro del bosque, ese lugar en el que puedo ser yo misma, sin ningún miedo, sin nadie. Sólo yo.

Ha cambiado, igual que he cambiado yo. Está muy bonito, todo verde y lleno de flores. La primavera.

Me siento en el campo, ya no hay hojas por el suelo.
Todo está diferente, ya no parece el sitio al que iba siempre, ya no me siento tan segura.

¿Cómo puede algo cambiar tanto en tan sólo unos meses? Yo tampoco me siento la misma, y me da miedo.

Desde que Alan y yo nos reconciliamos han pasado varias semanas, que han sido increíbles. Cuando estoy con él, no deseo estar en otro lugar, no deseo ser otra persona, deseo que se pare el tiempo y quedarme a vivir ese momento.

Porque la vida es eso, momentos que nos gustaría vivir una y otra vez.

En cambio, cuando no estamos juntos, todo se complica. Los pensamientos revolucionan mi mente y eso es lo que me asusta.

Porque en la vida, también existen momentos que queremos olvidar.

"Te prometo que entre los dos lo conseguiremos. Pero por favor, déjame intentarlo, déjame demostrarte que podemos estar juntos. No dejaré que nada ni nadie te haga daño."

Las palabras de Alan invaden mi mente y los latidos de mi corazón se aceleran.

(-)

A las cinco viene a buscarme a casa, lo espero en la entrada, no quiero que timbre. Quedó con sus amigos y me dijo que fuera con él.

Durante los primeros minutos en el coche estamos callados. Hasta que aparece una canción en la radio y la empiezo a cantar bajito mientras miro por la ventanilla.
Justo cuando va a llegar el estribillo, Alan baja el volumen. Lo miro.

-No, justo ahora.

-Es que te quiero escuchar cantar y con la música tan alta no puedo.

Le sonrío y mis mejillas se enrojecen.
Después de respirar y relajarme, canto la estrofa siguiente mucho más alto que antes. Miro hacia la calle y aunque no lo vea, sé que Alan está sonriendo :

- Don't you remember how
I used to like
Being on the line?
I dreamed you dreamed of
me calling out my name
Is it worth the price?

La estrofa que viene después también la canto. Esta vez sí lo miro y comienzo a bailar en el asiento. Mis manos marcan el ritmo en mis piernas y las suyas lo hacen en el volante.

Voy a cantar el segundo estribillo y me sorprendo cuando Alan lo hace también. Los dos nos ponemos a cantar y a movernos al ritmo de la música :

- And oh, oh, oh
I was a king under your control
And oh, oh, oh
I wanna feel like you've let me go

Noto como ya no estoy tan ruborizada. Miro a Alan, que me sonríe y me guiña un ojo. No puedo evitar reír.
El resto de la canción la cantamos los dos juntos.

Antes de ir con sus amigos paramos en una heladería. Los dos pedimos un cucurucho mediano de frutas del bosque.

-Quiero que me presentes a tu padre. Yo haría lo mismo con los míos, pero ya sabes como están las cosas. Aunque sí quiero que conozcas a mis tíos.

-Estás loco.

-¿Por qué? Ahora que su novia vive con vosotros ¿No es todo mejor?

-No como crees -digo después de lamer el helado - las discusiones han disminuido, pero cuando ella no está, es como antes. Además, prefiero que no.

A veces te quiero. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora