MINI CAPÍTULO EXTRA

41 6 0
                                    

Alan.

Tres años antes.

Estar vigilado por la policía no es nada agradable, ya estoy tranquilo, ya no haga nada, no tengo la necesidad de meterme en problemas, no sé porqué siguen por aquí.

Tras cuatro años en un centro de menores por fin estoy libre, pero bajo vigilancia.
Perdí a todos mis amigos cuando entré en ese lugar, no sé nada de ellos y mis tíos lo prefieren así. Con las personas del centro no mantengo ningún tipo de contacto, no quiero que nadie me relacione con ellos, no necesito recordar estos cuatro años.

Llevo varios meses fuera y aún no he ido a visitar a mis padres, tampoco tengo la necesidad, ellos no se preocuparon por mí en todo este tiempo, ni siquiera quisieron mi custodia.

Ahora que estoy solo lo único que me hace sentir bien es hacer deporte, hacer deporte y este lugar tan tranquilo y con unas vistas tan...perfectas.

Allí está, otro día más, esa chica rubia de la sonrisa triste, parece tan vulnerable, no entiendo como alguien ha sido capaz de hacerle daño.

Ella, ella es el motivo por el que cada día vengo aquí, cada día, después de entrenar, me quedo media hora, el tiempo que la chica permanece aquí. Y me tranquilizo, me olvido de todo, ella es mi vía de escape.

Pero no me quiero acercar, no la quiero asustar. No soy bueno para ella, pero estoy dispuesto a cambiar, a mejorar.

Empieza a llover y se levanta rápidamente de la roca en la que estaba sentada, cierra su libreta y comienza a correr en mi dirección. Me subo a la bici y me pongo la capucha del abrigo. Mientras la coloco, ella pasa por mi lado, eleva su cabecita rubia y me mira. Me mira y me sonríe. A pesar de la fuerte lluvia puedo distinguir un brillo en sus ojos color miel que veo tan de cerca por primera vez y un rubor en sus mejillas. Vuelve a correr, no me había dado cuenta de que al llegar a mi altura había dejado de ir rápido.

A veces te quiero. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora