Capitulo 5: El nuevo entrenador

2.3K 98 10
                                    

Hoy era la carrera benéfica de caballos que había organizado para mi fundación en el hipódromo. Después de regresar de Europa lo primero que quise fue ponerme al día con la misma. Necesitaba fondos y nuevos colaboradores, y esta idea me había parecido la mejor. De repente, Irina entró a mi habitación, ella había quedado en acompañarme.

-Andrea no puedes ir así ¿Qué te pasa? – me cuestionó al verme, ni bien cruzó la puerta.

-¿Qué tiene de malo Irina? Es una carrera de caballos – le respondí azorada. Me había vestido bastante deportiva pero no pensé que fuera para tanto. Bah, pensándolo bien estaba vestida bastante igual a como me vestía siempre para trabajar en el rancho, pero no me pareció un evento que requiriera que fuera muy producida.

-¿Es qué tú te vas a montar en uno también o qué?- ironizó.

-No. Pero tiene que ir de acuerdo con el lugar – me defendí- ¿Qué piensas? ¿Vestirme con un vestido provocativo como la otra vez? ¡No!- le advertí tajante.

-Bueno, pero podrías usar una camisa más entallada- me sugirió- Un pantalón tiro alto como te gustan, pero no este, tienes uno negro que te queda al cuerpo y se te ve divino. Y obvio unas botas más nuevas que esas, Andrea- medio me reprendió- Un buen maquillaje, sombrero que convine y quedas preciosa.

-¡Ay, ya!- la interrumpí- ¿Qué soy? ¿Tu fashion emergency, ahora? – le pregunté sarcástica y me dirigí a buscar sombreros en mi perchero.

Irina carcajeó.

-Óyeme, fashion emergency – me llamó la atención recostándose sobre mi cama- Mis consejos no te resultaron tan mal el otro día. Llegaste bastante tarde- sospechó.

-Se me pasó la hora, nada más- mentí y fingí probarme un sombrero frente al espejo para evitar su mirada.

-Claro – dijo acentuando demasiado la "A" y se incorporó posicionándose a mi lado - Porque mejor no me cuentas la verdad. ¿Hay galán a la vista?- indagó golpeándome con su codo.

-¡Auch!- me quejé - ¿Cómo crees Irina?- dije intentando no ponerme nerviosa.

-¿Y por qué, no? Eres joven, bonita, cualquier hombre se podría fijar en ti- dijo eso e instantáneamente recordé a Samuel. Si hermana, cualquier hombre menos él que quiero- El amor es de las cosas más hermosas de la vida- concluyó un poco más pensativa.

-¿Lo dices por Flavio?- y me giré para mirarla a la cara.

Irina asintió cabizbaja.

-Pero sabes, no quiero hablar de eso ahora- aseguró en el afán de recuperar el ánimo.

-Está bien- acepté y acaricié su hombro para reconfortarla, lo que menos quería era hacerla sentir mal.

-Mejor te cambias hermosa como te dije, y en cinco minutos paso a buscarte- resolvió y asentí.

Fue así que decidí seguir los consejos de mi hermana. Por primera vez en años tenía ganas de sentirme bien conmigo misma. De mirarme a un espejo sonriendo, satisfecha con el reflejo que este me devolvía. Y también en el fondo, tenía que reconocerlo, guardaba la ilusión de que Samuel fuera a la carrera, sabía que se había mandado una invitación al banco por ser el mayor colaborador en la fundación. Que tonta eres Andrea, como si Samuel fuera a ir a un evento organizado por ti. Pues sí, era una tonta y lo más probable es que no hubiera aceptado ir, sin embargo, la posibilidad estaba y con eso era suficiente para mí.

Minutos después estábamos con Irina en la puerta del hipódromo. Ni bien ingresamos muchos conocidos se acercaron a saludarnos. No tardaron mucho en aparecer los reporteros a entrevistarnos. Irina estaba en su salsa, adoraba ser el centro de atención, por lo cual la dejé que contestara ella a menos que fuera una pregunta respecto a la organización de la carrera que mi hermanita no tenía la más mínima idea. Después de tomarnos unas fotos necesarias para la revista, nos dejaron en paz.

El amor es fuerza - Samuel y AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora