En Mis Sueños

12- * Y La Conocí *

Capítulo 12: Y LA CONOCÍ

Ethan

No podía creerme que de verdad esto estuviera pasando. Estaba en la nieve, haciendo giros, saltos y muchas cosas más con muchos ojos mirándome y unos jueces evaluandome. Me sentía como en una nube, todo era simplemente perfecto. En cuanto empecé a deslizarme hacia abajo por la nieve todos mis nervios desaparecieron y empecé a disfrutar y hacerlo lo mejor que pude pero, siempre había una palabra que no salía de mi mente:Isabella. No sé porqué tenía el presentimiento que ella estaría allí y sería otro par de ojos que me miraba y de algún modo me sirvió para obtener más ganas para ganar el campeonato. Y así fue, lo gané.

Después de que me dieran el premio y demás y la gente empezara a irse poco a poco, me puse a buscar como loco pero ella no estaba por ningún lado. Siemplemente ella era lo que siempre sospeché... Un simple invento de mi imaginación.

Por la noche a mis padres y mi hermano les dió por ir a celebrar mi victoria y fuimos a cenar a un maravilloso restaurante que no se encontraba demasiado lejos de mi casa. Al llegar nos sentamos y ordenamos la comida, en lo que la esperábamos, mi madre vio al fondo del restaurante, al lado de un gran ventanal unos antiguos amigos suyos y nos hizo levantarnos a todos para ir a saludar. Al acercarnos a ellos mi madre los saludó y ellos parecieron alegres con su visita... Pero al mirarlos mejor algo vino a mi cabeza modo de flash. Era la familia de Isabella y estaba totalmente seguro aunque ella no se encontraba allí. No pude contener mi cara de asombro hasta que mi madre me sacó de mis pensamientos.

-Y el es mi hijo, Ethan - me presentó mi madre. Yo reaccioné rápidamente y salude.

-Buenas noches, encantados de conocerlos.

La cara de la chica que se encontraba allí (que supuse que sería la prima de Isabella) desde que oyó mi nombre se sobresaltó y su cara de asombro no podía ser más clara.

-¿Como has dicho que te llama...?- empezó a decir ella pero algo la interrumpió entonces descubrí que era. Isabella.

Ella se acercó a la mesa y se puso de pie junto a su familia, cuando levantó la mirada del suelo, directamente esta se poso en mí y vi como su cara de asombro rápidamente se apoderaba de su expresión. Nuestras miradas se quedaron clavadas en las del contrario y noté como poco a poco mi cara de asombro salía otra vez a la luz sin yo poder impedirlo.