La profecía de Downey (Metallica, Suspenso, Terror)

Cap.9.: No... There's no escape.

La noche antes de la fiesta, James decidió ir a dar una vuelta para pensar en qué hacer para convencer a sus amigos. Pensó en que tal vez, sin saberlo, le quedaba poco tiempo de vida y que tendría que aprovechar ese poco tiempo en disfrutar con sus colegas. Pero igual, quería poder salvarse a sí mismo y a los que vienen a ser sus seres queridos.

Se sentó a la luz de la luna, la noche siguiente sería llena en su totalidad. Sería muy probablemente la última noche en calma que viviría, y quería disfrutar de ésta. Se le vino a la mente una imagen de él con sus amigos y una lágrima se derramó por su ojo, tantos momentos con ellos... Deseaba que fuera tan fácil que su única compañía le creyeran.

Por la noche, tuvo una pesadilla la cual consideraba un sueño predictorio. Era acerca de la fiesta, todos con una perturbadora sonrisa y queriendo poseerle. No sabía cómo tomarse eso, ¿y si era una señal? Decidió no pensarlo y dejar que el tiempo pasase. Ya le daba igual todo.

La noche de la fiesta. Ahora sería el momento de conocer la verdad: ¿Se cumplirá o no la supuesta profecía? Era el momento de saber si era un mito o una terrible realidad.

El ambiente estaba muy relajado, el típico de una fiesta. Por un momento, Hetfield se olvidó que había una posible maldición de por medio. Mantuvo su mente concentrada en pasarlo bien. En ningún momento tuvo en su cabeza que algo terrible podría pasar, disfrutó del espectáculo en sí como el resto. La mejor forma de despedir a sus amigos se estaba levantando, era maravilloso...

Hasta que...

-¡Eh, tíos! ¿Alguien sabe dónde se encuentra el nuevecito?-Preguntó Lars en medio del festival, ninguno le hizo caso por el momento.

-No tengo ni idea. ¿Por qué preguntas?-Contestó el vocalista, el danés rió, los efectos de la borrachera.

-Yo qué sé. Tienes razón, mejor me dedico a pasarlo bien y dejo de pensar tanto en los demás-Comentó sin tomarle más importancia al tema, al contrario que él, su compañero todavía andaba sobrio.

-Será mejor que vaya a buscarle-Se dijo así mismo, salió del recinto para adentrarse en el bosque y hacer lo que dijo.

Cuando entró, no pudo divisar bien lo que había en el interior de éste. Decidió encender su mechero para poder localizar a su compañero. Se tomó el tiempo de entrar al corazón de ese sitio para poder encontrarle.

-¿Jason? ¿Dónde estás?-Preguntaba, no hubo respuesta al principio.

Le llamó unas cuantas veces más, todas sin ser respondidas. Cuando ya no podía adentrarse más en la hojarasca, se dio por aludido y pensó que tal vez aparecería en cualquier momento.

Pero al darse la vuelta... Todo cambió. Allí estaba el que era uno de sus amigos, mirándole fíjamente. Apagó el encendedor y se lo guardó en el bolsillo, se acercó un poco más a él, tratando de tocarle para que pudiese confirmar que estaba bien y no le ocurría nada extraño.

A tan sólo unos centímetros de rozar sus dedos en el rostro del chaval, éste parpadeó y ahora sus ojos estaban rojo brillante. Se echó hacia detrás tembloroso, el de en frente alzó su mano derecha en la que portaba una cabeza de un ciudadano. El rubio salió corriendo horrorizado, el castaño le persiguió.

Al llegar de nuevo a la fiesta, todos se aterrorizaron al igual que él al ver a Newsted. Huyeron hacia la ciudad para tratar de salvarse, quedando únicamente a salvo Daniella, James, Lars, Kirk, Dafne, Marina y la chica que le comentó a Hetfield la profecía. Unas pocas muchachas murieron y el resto de personas en la fiesta igual. Al llegar a la zona urbana, también quedaron todos endemoniados o muertos al igual que Jason, tenían que hacer lo posible por huir de ese lugar.

Sin duda... No había forma de escapar. ¿Quién sería el elegido?