Cap.FINAL: Para todos ustedes, 30 años después.

77 10 5
                                    

La salida estaba más lejos de lo que pensaba. Le estaba llevando un mundo entero el encontrar el camino que le guiaba hacia las puertas que conducían a las afueras de ese paradero repleto de seres sobrenaturales que buscan llevarse su alma.

Tanto tiempo corriendo, causó que su prótesis se partiera y quedase incapacitado para seguir caminando. Sin embargo, la ira le consumía porque un tenebroso Dios se había llevado las vidas de sus amigos.

-He llegado demasiado lejos como para que esto suceda ahora. ¿Acaso el sacrificio de mis amigos fue en vano? No... Para nada... Ellos están allí, ese bastardo del inframundo se los llevó. No permitiré que sus muertes sean en vano. ¡No consentiré que eso suceda! ¡Debo aguantar hasta el final! Una promesa viene con un precio... ¡No tiraré el precio que pagué a mis seres queridos ahora!-Sin importarle nada, se levantó y siguió corriendo a pesar del terrible dolor que estaba soportando.

Llegó al acantilado cerca del lago. Todas esas figuras corpóreas que le observaban hambrientos estaban en frente suyo. Él les tiró una mirada asesina y se dejó caer al agua, abandonando aquel horroroso pueblo en el que él fue criado.

Al salir del agua, siguió huyendo. No duró mucho tiempo en pie, puesto que no podía continuar dañándose más su cadera. Al caer en el húmedo y frío suelo del bosque, observó cómo sus huesos sobresalían y la sangre no dejaba de brotar. No chilló ni gimió en ningún momento, simplemente dejó que la oscuridad lo atrapase hasta cerrar los ojos lentamente.

...

-Dime, ¿qué fue lo que viste?-Le preguntó el agente en pleno interrogatorio.

-Es... Complicado. Fue una auténtica masacre, en menos de treinta segundos más de la mitad de la población estaba muerta. Yo... Soy el único que pudo vivir para contarlo-Suspiró, los hombres anotaron todo lo que él databa, mintiendo en su mayoría puesto que nadie le creería si dice que allí pesaba una espantosa maldición.

-¿Sabes si alguno logró escapar?-Siguió cuestionando.

-No tengo datos sobre eso. Si es así, seguramente haya huido a las montañas o se habrá refugiado en el corazón del bosque. Ninguno pudo llegar hasta donde llegué yo-Mintió recordando que, en realidad, no había supervivientes.

-Bien, chico... ¿Nos puedes decir tu nombre, por favor?-En ese momento, tuvo un flashback que lo marcaría para siempre.

***

-Oye, debemos tramar este plan para que en un futuro, no se nos identifique si por lo que sea surje algún incidente serio. ¿Qué proponéis?-Consultó medio-ebrio Lars, quien apenas se sostenía en pie.

-Joder, qué directo eres. Yo creo que me debería llamar Clifford Reiss. ¿Y tú, negro?-Dijo dirigiéndose a Kirk.

-Pues... Esto... No sé... ¿Kirk Bodt? Mi mejor amigo se apellidaba Bodt, así que...-Rieron-¿Qué hay de ti, princesa danesa?-El castaño se levantó del suelo sin contenerse más.

-Lardzzz... Esto... Arm... Arbo... ¡Arlert! ¡Sí, eso!-Todos le miraban con asco.

-¿Arlert por qué?-Preguntó dubitativo el guitarrista.

-Poj porque suena majjj caguai y gringo-Y dicho esto, se desplomó en el suelo.

-Este Lars, quién le aguante... ¿Y tú qué, rubito? ¿Alguna idea?-Preguntó mirándole a los ojos.

-Um... No sé... ¿Qué propones?-Hubo un cruce de miradas entre los dos compañeros.

-No sé, no sé... Algo que sea poco original... ¡Ah, ya lo tengo! ¡Leonhardt! Te pega bastante ese nombre... ¿Te gusta?-Sonrió tiernamente.

-Um, bueno... Que sea Leonhardt-Chocaron sus manos.

-Bien, muchachos... Si algún día muere uno de nosotros, ya sabéis qué tenéis que hacer: Huir hacia otro puto país y cambiaros el apellido. Y quiero que se obedezca esta ley, ¿entendido?-Todos asintieron alegremente y continuaron con su fiesta.

***

-Cliff murió y nunca cambiamos nuestros apellidos. Decidimos... Que mientras hubiera un sustituto, no se cambiaría. Sin embargo... Ya no tengo nada... Estoy sólo y debo re-empezar mi vida de cero. Creo que es hora... De obedecer esa ley-Una lágrima cayó de sus ojos sin alzar la cabeza, todo el tiempo agachada y sin ninguna expresión en el rostro-Soy James Leonhardt. Oriundo de Kansas. No pregunten por ningún familiar o conocido mío, vivo sólo en aquel sitio-Apretó con fuerza las mangas de su camiseta sin todavía creerse que haya perdido a todos sus amigos en una sola noche.

-En seguida te llevaremos a casa. ¿Prefieres que te financiemos por lo de tu prótesis o la pagamos nosotros directamente?-Se mantuvo en silencio sin mirarles a los ojos.

-Mejor denme el dinero. Ya me las apañaré como pueda-Contestó fríamente, dicho esto, los agentes fueron a preparar todo lo que el joven necesitaba para volver a sus tierras.

En el trayecto en coche, se la pasó sin decir nada e incapaz de expresar siquiera sus sentimientos. Eso finalizó cuando vio el cartel de Downey a lo lejos, pidiendo a los policías que aparcasen en cualquier lugar.

Se adentró para contemplar el panorama desde el acantilado por el que se precipitó. Gran cantidad de ambulancias y coches de patrulla se llevaban a los muertos en bolsas. Al parecer, el demonio tenía en mente poseer a sus huéspedes y posteriormente asesinarlos.

Su vista se tornó vacía e incapaz de contener la tristeza cuando vio el cadáver de Lars siendo introducido en un saco. Se arrodilló y comenzó a llorar desconsoladamente. Cuando volvió a abrir los ojos, vio grabado en la roca un escrito que decía: ''El Caballero de la Medianoche fue liberado de todo pecado''. Sorprendido, se percató de que se refería a él. Y fue así que, cuando vio su sombra a su derecha, observó la figura de un ''yo'' en la misma posición pero fijando el contorno de una armadura y sosteniendo entre sus manos una espada. Tal y como decía en aquel libro de leyendas que le contó la verdad de todo lo que sucedería esa trágica velada.

Cuando se levantó, su sombra siguió reflejando su ''álter-ego'' de caballero. Miró hacia debajo y, al mismo tiempo, posó su mano izquierda empuñada en su espalda y la derecha también en forma de puño en su pecho. Acto seguido, pronunció unas palabras.

-Yo entrego mi corazón a todos aquellos cuyas vidas murieron por una buena causa-Dijo, y dicho esto, miró una última vez hacia detrás y se alejó de aquel oscuro lugar para siempre.

FIN




La profecía de Downey (Metallica, Suspenso, Terror)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora