Cap.4.: ¿Un fantasma o una persona?

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La mañana se despertó algo fría, el tiempo se empezaba a tornar menos cálido y cada vez se alejaba el verano más.

James, quien resultó herido por la noche a causa de la caída, se levantó con una sensación completamente distinta, algo que nunca había sentido... Y que, a la vez, le asustaba.

-¡Laaaaaaaaaaaaaars!-Gritó, la puerta de la habitación del nativo de Dinamarca se abrió y caminó en diagonal hasta el cuarto del rubio.

-¿Qué pasa, James?-Dijo asomándose por la pared cuando estaba parado en frente de su cama.

-No me siento las piernas...-Dijo tembloroso y con algo de miedo, el batería abrió los ojos como platos, sin saber qué responder y contemplando el miedo y la angustia en los ojos de su amigo de ojos azules.

-Dios... Entonces, llamaré a un médico para que te mire la cadera-Le aclaró el baterista, el vocalista asintió con la cabeza cuando sus ojos comenzaron a humedecerse y los brazos de Lars empezaron a abrazar las piernas de Hetfield-Sujétate a mi. Voy a llevarte a desayunar, no tengas miedo-Le levantó de la cama y comenzó a caminar lentamente por la habitación cargando a su amigo.

Al ser más alto que él por muy de lejos, le cargaba tan fuerte como podía. Cerró con cuidado y tratando de que James no se cayera, anduvo por el pasillo para bajar las escaleras. Una vez estuvo abajo, le tumbó con mucha suavidad en el sofá, a pesar de que no sentía las piernas, el dolor en su cadera era peor que la rotura de brazo por la que hace poco pasó. El joven rubio se quedó tumbado en el sillón sin la capacidad de tan si quiera mover el pie lo más mínimo. Jason y Kirk llegaron al lugar y no pudieron evitar la compasión al ver los pequeños gemidos de dolor que Hetfield disparaba.

-¿Qué te pasa, James? ¿Te sigue doliendo la cadera?-Preguntó Hammett, el de ojos azules sólo pudo tratar de acomodarse en el sofá como pudo, tiraba, literalmente, con fuerza de sus piernas, la primera vez en la vida que sintió aquello.

-No... Puedo... Mover... ¡Ah! ¡Joder! ¡Pesan las hijas de puta!-Exclamaba enfurecido, Lars estaba en la cocina tratando de establecer contacto con doctores con el fin de que le mirasen qué tenía y por qué sus piernas estaban inmóviles.

-¿A qué te refieres?-Dijo más sereno Jason, a pesar de que en el fondo desearía salvar a su amigo, quién ahora gritaba un poco de los tirones que daba tratando de despertar a sus piernas, el sufrimiento y frustración unidos en su interior ahora se plasmaban como una película en su rostro.

-Me pesan... Me pesan las putas piernas... ¡Muévete, joder!-Furia, frustración, rabia, angustia y algo de tristeza... Era completamente incapaz de hacer que sus extremidades superiores estuviesen con vida, realmente no podía moverlas.

-James, lo primero de todo, creo que debes calmarte, contra más nervioso estés, peor será. Y, segundo, esto... Es... Mira, soy tu amigo y te daré mi opinión, en mi vida vi algo semejan-Las palabras del bajista fueron interrumpidas por gritos de furia del de ojos azules.

-¡Quiero mover las piernas, joder! ¡¿Me oyes, cerebro?! ¡Quiero mover las putas piernas!-Gritaba como si la vida le fuese en ello, pero se sentía demasiado frustrado, ya llegó el momento en que empezaba a dar puñetazos y sacudía la cabeza violentamente a la vez que gritaba lleno de frustración y empezaba a sentirse agobiado, las lágrimas volvieron a comenzar a formarse en sus ojos, se llevó las manos a la cabeza y se empezó a agarrar el pelo fuertemente, tratando de arrancárselo.

-James, ya llamé al doctor, dice que vendrá en unos 10 minutos-Le explicó su amigo danés, el nombrado se levantó y se limpió el rostro de las pocas lágrimas que se habían deslizado de éste-Oye, ya que estamos... ¿Qué pasó para que te calleses anoche?-Preguntó de nuevo el batería, aquí el rubio se quedó en shock teniendo un flashback de los hechos.

Viviendo de nuevo entre sus pensamientos aquella pesadilla, no respondía ni reaccionabda ante ninguna pregunta que le hacían sus amigos... Se desmayó, tras gritar varias veces su nombre, acabó desplomándose en el sofá, quedando más que inconsciente.

-¡James!-Gritó Jason, Ulrich tomó su cabeza y trató de despertarle agitando su mano para tratar de refrescarle, pensó que sería un mareo o algo por el estilo, abrió lentamente los ojos y observó a su amigo batería.

-James, ¿qué sucede? ¿Qué ha pasado?-Le preguntaba el europeo de ojos verdes, los ojos azules del vocalista mostraban miedo en todo su esplendor, sólo pudo tomar un poco de aire para soltar la respuesta.

-Estaba... Allí... Lo vi... Me persigue...-Comentaba en voz baja Hetfield, sus amigos al no entender qué quería decirles, se asustaron con esas palabras, eran... ¿Espeluznantes? Tal vez, porque... ¿Qué estaba allí? ¿Qué vio? ¿Qué le perseguía?

-James... ¿Quién te perseguía?-Preguntó asustado Kirk, se apartaron en cuanto el chaval empezó a levantarse con todas sus fuerzas tratando que las piernas no le molestasen como le estaban molestando, tomó aire y miró hacia abajo.

-Posiblemente no me creáis... Pero, os juro que lo que vi era verdad, o eso creo... Y espero que no lo fuera, porque jamás vi semejante horror...-Les explicó más calmado y animado, en James era obvio que las pocas veces que se desmayaba se recuperase en el momento, pero sin ser presionado, obviamente.

-¿Qué era?-Preguntaba aquel chico parlanchín que conoció en el 81, volteó a mirarle por varios segundos y segundos después, se giró mirando al frente.

-Era... Una mujer... Tenía una sonrisa muy... Perturbadora, y... Me miraba tratando de... ¿Matarme? Eso creo... Su piel era pálida por completo, estaba manchada de sangre por todos lados, su cabello era negro, si no recuerdo mal, y lo llevaba muy alborotado. Su ropa constaba de una camiseta azul de tirantes y unos shorts color beige, y... No llevaba zapatos o zapatillas, era... Dios, en serio, me ha dejado traumatizado... Terrorífica, con esa sonrisa que le pone nervioso a cualquiera y toda manchada de sangre, sus uñas rotas, sus dientes negros... Y lo peor, se dirigía hacia mí...-Terminó con una expresión en sus ojos que mostraba todo el tormento por el que había pasado, los otros se quedaron sin poder intervenir tratando de quitarle el miedo a su colega, pasaron segundos hasta que por fin el batería volvió a entrar en la conversación.

-Y... ¿Sabes quién era?-Preguntó con voz apagada, el joven de rizos dorados se giró y, temblando, trató de aclarar la duda que su mejor amigo le había ejercido.

-No... Pero me suena... No sé... No quiero recordarlo...-Respondió abrazándose a sus piernas como pudo, los tres se miraron sin decir ni pío y, más adelante, James les miró bastante aterrorizado, el silencio reinó de manera inoportuna en la habitación, dejando sólo un único sentimiento y sensación: Ansiedad.

La profecía de Downey (Metallica, Suspenso, Terror)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora