¿Aún me amas? - NaLu

Capítulo 21: "El tiempo pasa volando".

• Narra Levy •

Lu-chan. Como pasa el tiempo, ¿no?. Dos años. Dos años han pasado desde la última vez que te vi, desde la última vez que te vimos.

¿Cómo no recordar ese día? Fue la segunda vez que vi a Natsu así, ¿la primera? Cuando llegaron al gremio heridos, por Zeref. Sé nota que en verdad te ama.

Recuerdo que el maestro no dio ordenes de buscarte, dijo que sí te habías ido es porque tenías motivos. Nadie lo escucho, te buscamos a pesar de las ordenes del maestro. Un año, paso un año sin rastros de ti, nos dejamos llevar por las palabras del maestro, y ya no te buscamos. Más bien, te esperamos.

Natsu, Natsu fue el único que siguió con tu búsqueda, hasta ahora. Ya no es el mismo de siempre, al igual que el gremio.

Tratamos de ser como normalmente eramos, pero aún así no podemos. Nos hace falta algo, nos haces falta tú.

Erza ya no come pasteles de fresa, Cana ya no bebe, los chicos ya no pelean, yo ya no leo. Todo ha cambiado. Y esperamos el día en que esa felicidad regrese al gremio, en que regreses tú.

Gajeel y yo estamos comprometidos, al igual que Gray y Juvia. Pero aún no queremos que sea la boda, porque falta la madrina. Queremos que seas la madrina, y no nos casaremos hasta que regreses. Sí Erza si te alcanzo ¿por qué nosotras no?.

Te extraño, te extrañamos, el gremio te extraña. Más Natsu.

Él no piensa que lo abandonaste, aunque sí está algo dolido porque te fuiste sin despedirte. Pero supongo que tenías motivos, nadie te culpa; mucho menos Natsu. Él, él te está esperando con los brazos abiertos. No solo él, todo el gremio, tu familia.

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• Narración normal •

– Cambia tu olor, te pueden detectar – ordeno una chica pelinegra

La rubia solo asintió, concentrada hacia el norte, donde se encontraba un gremio de magos. La pelinegra la miro algo preocupada y triste.

– Oe, solo un poco de tiempo más...

– Lo sé

La rubia giro a mirar esos ojos carmesí, y la pelinegra miro los ojos chocolate. La rubia sonrió.

– Estoy bien, Yami

– Tch, como sea. – rodó los ojos – Ya deja de perder el tiempo, sí nos tardamos más en llegar sospecharan. – dijo dándose media vuelta, sus cabellos negros como la oscuridad se revolvieron con el viento

– Sí, solo... un poco más

Se encontraban en unas montañas, al norte de Magnolia. Mientras la rubia veía aquel gremio, la pelinegra la miraba a ella. Cuando, se dieron cuenta, de que las espiaban.

– Yami... – le advirtió mientras sus ojos café cambiaban a un color rojo carmesí

– Sí – respondió la pelinegra apareciendo una espada negra en su mano

Las dos miraban a los arbustos que tenían detrás, sin voltearse. De pronto los ojos de la rubia se abrieron de sorpresa.

– Ese poder mágico... es... – decía sorprendida

– Vaya, parece que me encontraron – dijo un hombre pelinaranja mientras salía de los arbustos

Las dos chicas se giraron viendo al hombre frente ellas, la pelinegra en pose de pelea.