22. Cameron Dallas (@RubyCarpenter)

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Como cada mañana te despertaste temprano para ir a trabajar a la heladería, con tan solo dieciséis años empezaste a trabajar allí, pues querías conseguir dinero para comprarte un móvil nuevo, y lo compaginabas muy bien con los estudios. Así que decidiste seguir trabajando allí para ver a los niños que iban felices y para ganar algo de dinero.

Te pusiste el polo rosa que te daba la empresa y te hiciste una coleta alta para que no te molestaran los mechones rebeldes a la hora de trabajar.

Cuando llegaste allí, había un chico esperando en la puerta, tú no querías pasar, pues ese chico era muy guapo y te daba vergüenza abrir con él ahí.

-Hola - saludó cuando estuviste a su lado.

-Hola - respondiste algo confundida.

-Soy el chico nuevo - te informó - Cameron - te dio su mano para que la estrecharais.

-Ruby - dijiste sonriéndole -. Yo soy tu mentora, por así decirlo, te enseñaré cómo funciona todo.

-¿No eres joven para trabajar? - preguntó algo extrañado de tu apariencia.

-Bueno... Empecé a trabajar hace un año y medio, con dieciséis, porque mis padres no me querían comprar un móvil nuevo. Pero después me gustó el trabajo, porque se ven tan felices a los niños cuando salen de aquí, o a parejas de enamorados. Así que decidí quedarme - le contaste la historia y él asintió sonriendo.

Cuando le entregaste su polo rosa y una chapa con su nombre le explicaste cómo funcionaba la heladería: las máquinas de batidos, cómo y dónde tenía que colocar las galletas, la posición de las mesas... Todo. Cameron parecía entenderlo así que cuando entró el primer cliente le dijiste que lo atendiera él. Te quedaste observando al chico para ver cómo lo hacía.

-Buenos días, ¿qué desea? - preguntó amablemente.

-Me gustaría una taza de café bien cargado y... Tres churros. - Ordenó el cliente.

-En seguida - el chico se lo preparó muy rápido, dejándote asombrada. Este chico no sólo era guapo, también se le daba bien atender a la gente.

Dos minutos después entró mucha gente más así que tuviste que ayudar a Cameron, que ya no podía controlar la situación.

-Ruby - te llamó -. ¿Esto cómo va?

Fuiste a su lado, donde esperaba a que le explicaras cómo funcionaba la licuadora para los batidos, que era bastante liosa, pues tenía muchos botones para una sola función.

-Tienes que darle al botón verde, y poner una mano en la tapa, para que no salga volando - le enseñaste cómo iba y Cameron puso su mano sobre la tuya, haciéndote sonrojar.

-Gracias - te fuiste con la cabeza agachada y con la cara más caliente que una estufa. Seguiste atendiendo a gente hasta que ya no había nadie más por atender, Cameron y tú decidisteis sentaros y tomar un vaso de agua.

-¿Cansado? - preguntase sonriendo.

-Un poco, pero no importa. Necesito dinero y lo tengo que conseguir sea como sea - dijo seriamente.

-La heladería es muy grande y caben muchos clientes, por eso viene tanta gente. Pero ahora, hasta la hora del almuerzo no creo que venga nadie así que vamos a limpiar un poco - Cameron se levantó y recogió algunos vasos que habían quedado por las mesas y los llevó a la cocina, que era la parte oculta de la tienda. La gente que estaba allí (entre ellos la jefa) se encargaba de limpiar los platos y vasos, y cocinar algunos postres o los helados...

Siempre habías querido que te ascendieran pero no lo conseguías, pues la jefa era un poco tacaña y no quiere pagarte más.

El día transcurrió bien, menos por las felicitaciones que la jefa le hacía a Cameron y que nunca te había hecho a ti. Eso hizo que te cabrearas un poco con él, pues era el primer día y ya lo felicitaba así. Al final del día la jefa comenzó a felicitar eufórica a Cameron, que si todo lo hacía perfecto, que si era muy amable, que todo lo que limpiaba lo dejaba brillante...

Recogiste rápidamente y saliste notablemente enfadada por la puerta principal. Caminabas rápido y sin parar, querías llegar lo antes posible a tu casa, tumbarte en el sofá y quedarte profundamente dormida.

-¡Ruby! - escuchaste su voz detrás de ti, pero la ignoraste, aunque sabías que se había dado cuenta de que le habías escuchado, pues habías pegado un salto del susto -. ¡Espera, por favor! - una mano envolvió tu muñeca con delicadeza para frenarte y darte la vuelta.

-¿Qué pasa, don perfecto? - escupiste.

-¿Qué te pasa a ti? Creía que nos habíamos llevado bien.

-Sí, sí. Nos llevamos genial, no te preocupes - dijiste con algo de rabia.

-Escucha, yo... No entiendo porqué te has enfadado conmigo de repente... Si he hecho algo mal, dímelo - dijo algo preocupado mirándote a los ojos.

-No es tu culpa, no pasa nada. Es solo que... Llevo mucho más tiempo que tú trabajando allí y nunca me han felicitado y llegas tú y todo lo haces genial. Lo siento, me he puesto celosa.

-¿Sabes por qué he empezado a trabajar aquí?

-Porque necesitas el dinero, ¿no?

-No necesito dinero, soy un viner famoso - ahora entendiste porqué las chicas que entraban se ponían tan nerviosas a su lado, aunque pensabas que era por su belleza - Quise trabajar aquí por ti - abriste los ojos, sorprendida.

-¿Cómo que por mí?

-Bueno, hace poco entré con unos amigos y me pareciste muy mona y simpática y quería conocerte, así que empecé a venir más a menudo pero nunca te diste cuenta y me atendía tu compañera, hasta que el otro día vi que necesitaban un nuevo empleado y era mi oportunidad.

-Vaya... Eso es muy bonito, Cameron. Yo también quiero conocerte mejor - sonreíste.

-¿Y por qué no empezamos ahora? Vamos a cenar a algún sitio, yo invito.

Y los dos pasasteis una noche genial, entre risas, miradas y más risas.

🌈🌈🌈

Imagina dedicado a RubyCarpenter que espero que te guste y que la espera haya valido la pena.

Gracias por leer.

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Valeria 💘

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