12| Guerra de gemelas

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Lunes. 

Horrible y asqueroso lunes, que significaba el comienzo de la semana escolar y con ello, tenía que levantarme temprano.

Por suerte, nuestro padre nos dejó su auto ya que él se había ido en un viaje de negocios y el auto de Luke estaba en el taller. Agradecía eso ya que no tenía la energía suficiente para poder tomar el bus escolar.

Solté un suspiro mientras observaba por la ventana del auto, pensando en que comenzaba una semana nueva, una semana más que estaba en Florida con Thiago e Isabela, quienes estaban escapando de su padre.

Todo era tan difícil, tan complicado que no sabía como reaccionar ni que sentir. Por un lado, estaba Samanta, mi hermana gemela que no podía encontrar un momento en que podamos hablar, la pasábamos discutiendo y odiándonos, sin poder conseguir un momento de tranquilidad. Me dolía porque, dentro de todo lo que pasaba con ella, era mi hermana y la amaba.

Y por otro lado estaba Thiago con todo el tema de su padre qué lo está buscando y mandando mensajes amenazantes cada día a su celular, no sabíamos que hacer ni que decir. Todavía no había encontrado el momento para poder comentarles a mis hermanos que era lo que estaba pasando con mi amigo, pero sabía que tenía que decirles y que ellos estaban al tanto de que nos traíamos algo en mano, solo que no se animaban a preguntar.

Cuando llegamos al instituto, bajamos de la camioneta y sentí las miradas de los estudiantes en nosotros. Los entendía, es decir, era sumamente extraño ver a dos personas iguales, con dos personalidades diferentes y que se lleven mal. Y que de repente la hermana gemela de la chica popular del instituto aparezca de repente haciendo un revuelo era muy curioso, pero al menos podían disimular un poco ¿No?

— No hagas caso a esas miradas, amiga. — susurró en mi oído Thiago, lo miré haciendo una mueca con mis labios, sabiendo que no hacía falta que le dijera como me sentía porque él ya lo sabía. Era sorprendente la conexión que teníamos, ya con la mirada del otro sabíamos que estaba sintiendo o pensando. Creo que esa conexión fue creciendo junto con nuestra amistad.

— Lo sé, Thiago. Pero eso no deja de ser incómodo. — contesté acomodando mi mochila en mis hombros. Mis hermanos ya se habían marchado porque tenían entrenamiento a la mañana temprano y estaban llegando tarde. — Voy a dejar mis cosas a mi casillero — murmuré. Thiago asintió y me contestó que me acompañaba a dejar mis cosas.

— Corre. — lo miré entre divertida y confundida. Él miró por encima de su hombro y yo le hice lo mismo, haciendo que todo mi poco humor que me quedaba en el día de hoy se esfumara.

— Joder ¿acaso no se cansa de ser un idiota? — puse la clave en mi casillero y metí mi cabeza dentro para que no me viera, deseando desaparecer en este momento. A mi lado sentí la risa de Thiago.

Habíamos quedado mal desde el fin de semana, cuando mis hermanos y él se juntaron el domingo a ver el partido de futbol. Antes solíamos hacerlo todos los domingos, pero cuando me marché todo cambió y me olvidé de ese "ritual" que teníamos entre nosotros. Me dolió un poco que no me invitaron a ver el partido, pero me molestó a un más cuando Thomas me dijo en un momento que estaba en la cocina que mis hermanos ya no me veían como uno de ellos, sino que les costaba confiar en mí nuevamente por el miedo de que me marche nuevamente y que sentía que él era mi reemplazo.

¿Me molestó? Si, definitivamente.

¿Tenía razón? Un poco... solo un poco.

— Hola, preciosa. — siento el susurro en mis oídos. Salto por el susto y me di la vuelta para verlo. Era imposible no reconocer su voz y mucho más esa risa burlesca que tenía. — Lo siento, no quería asustarte. — fruncí mis cejas molesta. Miré a mi amigo que sonreía burlesco, alzó su mano y me saludó para luego marcharse por el pasillo. Solté un suspiro sintiéndome frustrada.

Guerra de Gemelas ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora