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— ¡Corre! — grito al ver que estábamos llegando tarde. Miré de reojo hacia atrás y Thom seguía caminando tan tranquilo que me agarraba ansiedad. Solté un suspiro frustrado y me detuve hasta que él llegó a mi lado. — Estamos llegando tarde, Thom. Lo sabes ¿No? — él asintió divertido.
— Lo sé, pero ya estamos tarde. ¿Por qué apurarnos? — tenía razón. Solté un suspiro y seguí su ritmo. — ¿Sabes que tus hermanos nos estarán esperando en el receso? Espero que no me golpeen delante de todos. Joder, tienen un buen gancho. — se sobó su mejilla con una mueca de dolor y supuse que estaba recordando como lo habían golpeado el sábado pasado.
Para que entiendan, había desaparecido todo el fin de semana sin aparecer en mi casa, solo Thiago sabía que estaba con Thomas, pero él no les había dicho a mis hermanos. Aunque ellos lo suponían, era bastante obvio.
— No lo creo, hoy es lunes, ellos están bastantes ocupados con el entrenamiento. El viernes tienen un partido muy importante y tienen que estar concentrados.
— Cuando se trata de tu hermana, todo lo demás es algo pasajero. Te lo aseguro, ellos vendrán y me golpearán. — Seguimos caminando hasta llegar al salón que me tocaba. — Te veré en el receso, suerte. — besó mi frente y se marchó por el pasillo.
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— Nunca había tenido una clase tan aburrida como esta. Joder, creo que por unos instantes me quedé dormido con los ojos abiertos. — reí divertida asintiendo, acordando con mi mejor amigo.
— En eso tienes razón. No veía la hora de que tocara el timbre. — abrí mi casillero y guardé los libros de historia. Por ahora no tenía que volver, tenía dos horas libres porque el profesor de química había faltado.
— Ahora que estamos los dos, ¿Me vas a explicar como es que pasaste el fin de semana con el castaño, enemigo de tus hermanos, Thomas Cambar? Joder, nena, me has tenido como loco estos días. — reí divertida mientras cerraba mi casillero y empezábamos caminar hacia el comedor. Thiago se había olvidado de sus libros y por eso no habíamos pasado por su casillero.
Antes de que pudiera decirle, un chico apareció al frente de nosotros y se quedó en silencio. Miré Thiago y él me miró a mí, para luego mirar al chico que estaba de pie.
¿Qué carajos?
— Hola, preciosa. — dijo en un modo ¿sexy?
¿Acaso acaba de soltar un ronroneo? Joder, que asco.
— Eeeeh ¿Hola? — miré mi reloj invisible y luego miré al chico. Me llamaban mucho la atención sus ojos de color celeste, joder, tenía unos ojazos. Pero era no eran de color miel. — No quiero ser grosera, pero el tiempo del receso se acaba y quiero almorzar. ¿Qué es lo que quieres?
— Solo quiero tu numero de teléfono, preciosa. Para... ya sabes. — subió y bajó sus cejas de forma picara. Me atraganté y Thiago soltó una risa, lo miré molesta y se encogió de hombros divertido.
— No doy mi número a desconocidos. — dije seria. Rodeé al tipejo, pero él me agarró mi brazo, me sacudí y él soltó su agarre. — No vuelvas a tocarme.
— Pero si todos tienen tu número. ¿Por qué no quieres dármelo? Vamos, Samanta, te conozco bien y sabes que una vez por semana tu...— lo interrumpí.
— ¿Qué? — dije asombrada. Thiago me miró sorprendido. — ¿Qué acabas de decir?
— ¿Qué me des tú número? — negué con mi cabeza.
— ¿Cómo me llamaste?
— Samanta.
— Joder, ella es la otra. Yo no soy Samanta.
— Pero si tu...— me señaló. — Tu eres Samanta, no me jodas.
— Mira, es tu problema si me crees o no. No soy Samanta. — lo fulminé con mi mirada y mi di media vuelta.
— ¿Qué carajos acaba de suceder, Thiago? ¿has visto eso? — Él asintió con su cabeza y me dedicó una mirada burlona.
— Creo que te están confundiendo con tu hermana. — murmuró mientras pasaba su brazo por encima de mi hombro. — Querida amiga, tengo sospecha que esto es obra de tu hermanita. — lo miré asombrada. ¿Acaso ella sería capaz?
Antes de que pudiera decir algo, un chico apareció al frente de nosotros, de nuevo y me sonrío de manera perversa. Lo miré extrañada, alcé mi ceja y lo observé expectante.
— ¿Ahora o luego del almuerzo? — dijo sin más. ¿Qué? — Aunque no me gusta ir al armario del conserje después del almuerzo porque la mayoría pasa después. En cambio, si vamos ahora, podemos aprovechar que no hay nadie en los pasillos. — dio dos pasos hacia delante y quedó muy cerca de mí.
Saque la mano de ahí, carajo.
— ¿Acaso me ves que tengo una cara de zorra? — dije tajante. Thiago me dedicó una mirada sorprendida.
— Bueno...— él dudó.
— Piensa antes de contestar, hombre. Tomó un par de clases de boxeo. — murmuró Thiago a mi lado con una sonrisa ladeada. El chico desconocido achinó sus ojos.
— Joder, mujer. — resopló el chico desconocido. — ¿Qué te cuesta ir un ratito conmigo?
— Pero acaso no entendiste que...— me detuve al ver a Thom detrás del chico. Abrí mis ojos con sorpresa. El chico pervertido me observó extrañado y giró su cuerpo hacia donde estaba mirando. Todo su cuerpo se tensó y apretó sus manos en forma de puño.
— Thomas. — murmuró entre dientes el desconocido.
— Zack. — dijo tenso el castaño.
¿Y ahora?
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Guerra de Gemelas ✔
Teen Fiction*Antes publicada como "Ella es la Zorra, yo soy la Nerd" **** Cuando Emily llega de nuevo a su viejo pueblo y vuelve al instituto Sherman, se encuentra con una sorpresa que no esperaba encontrar, su hermana gemela era la popular del colegio, ya sabé...