Capítulo 3

20 1 0
                                    

Caminaba hacia el parque con todo el nerviosismo del mundo. Las piernas me temblaban y sentía que podían fallarme en cualquier momento, las manos me sudaban, la cabeza no dejaba de darme vueltas. ¿Realmente estaba bien lo que iba a hacer? ¿Y si me odiaba? Para mí él ha sido una gran persona y tampoco quiero ganarme su enemistad, de nuevo. Es tan jodidamente molesta esta sensación, creo que voy a sufrir un paro cardiaco.

Y entonces le vi, justo a unos metros de donde me encontraba. Estaba mirando hacia todos lados, seguramente buscándome. De pronto me entró el pánico y sentí unas terribles ganas de salir corriendo. Yo no estaba preparada para esto, yo no sabía como hacerlo, ni si quiera había tenido un novio en condiciones antes, yo solo... yo solo... ¡Quiero irme a mi casa! Me paré en seco y dí media vuelta, pero cuando fui a dar un paso alguien pronunció mi nombre.

-¡April! -Maldecía interiormente el momento en el que decidí no darme la vuelta cuando aún podía y haber esperado a tenerlo frente a mí. Respiré hondo y me dí la vuelta para enfrentarlo.

-Liam. -Le saludé desde mi posición, con una sonrisa de lado. Este me devolvió el gesto de inmediato y caminó hacia mí.

-¡April! -Gritó ilusionado. Me abrazó fuerte cuando llegó donde yo me encontraba y pude oler el embriagador perfume que siempre le acompañaba. Sus manos rodearon mi cintura y pude sentir como mis pies dejaban de tocar el suelo. Normalmente habría enredado mis piernas alrededor de sus caderas y le habría abrazado con fuerza, pero esta vez no iba a hacerlo.

Liam al no sentir mis piernas rodeándolo me bajó con cuidado al suelo. Cuando mis pies volvieron a tocar el suelo este me sonrió. Sentí un fuerte pinchazo en pecho cuando lo hizo.

-Esto... ¿Podemos sentarnos? -Dije intentando zafarme de su abrazo. Me dolía tenerlo tan cerca sabiendo lo que iba a venir a continuación.

Liam se separó poco a poco de mí y cuando por fin estuvo lo suficientemente lejos le señalé uno de los bancos que había en el parque. Los dos caminamos hacia este sin mediar palabra alguna, en completo silencio, pero Liam no dejaba de sonreír. ¿Cómo iba a decirle que ya no sentía lo mismo? Había ensayado y memorizado con Jade mi gran discurso de ruptura, pero ya no podía recordar ni la primera frase, se había formado un nudo en mi garganta y me costaba hasta respirar con normalidad, ¿por qué estaba tan nerviosa? Aquella sonrisa me estaba matando, y lo peor es que él no tenía ni idea de lo que estaba por venir.

-¿Vas a sentarte? -Preguntó Liam divertido mientras sonreía. Yo no me había percatado de que ya nos encontrábamos frente al banco, pero allí estábamos. Asentí muy poco convencida.

-Si, perdona. -Contesté sentándome a su lado. Liam se acercó a mí, pero rápidamente me alejé. Este se quedó algo confuso por mi acción, por lo que frunció el ceño mirando hacia el banco donde nos habíamos sentado y volvió a acercarse, a lo que yo le respondí apartándome de nuevo.

-¿Qué ocurre? -Preguntó preocupado.- Ya se que me has dicho que no te pasa nada, pero te conozco demasiado y sé que algo ocurre, así que, ¿por qué no me dices de una vez que pasa por esa cabecita tan linda? -Golpeó suavemente mi cabeza como si llamase a la puerta de alguien. En esos momentos mi "yo" de hace unos días habría sonreído y le hubiese golpeado el hombro, ya que realmente me parecía algo muy tierno lo que acababa de hacer, pero, tal y como estaban las cosas, algo así estaba fuera de lugar.

-Yo... Quiero hablarte de una cosa, sobre nosotros. -Liam me miró sin entender. Yo estaba demasiado nerviosa, me costaba hablar y tenía unas enormes ganas de irme de allí. La penetrante mirada de Liam no arreglaba las cosas, ya que solo hacía que más y más pinchazos aparecieran mi pecho. ¿¡A caso quería matarme?!

-Dime. -Y entonces su rostro se tornó serio y su sonrisa se desvaneció casi como por arte de magia. Respiré hondo una vez más y le miré fijamente a los ojos.

Before you leaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora