Capítulo 7

25 1 0
                                    

Y aquí seguía yo, dándole vueltas al mensaje de Adam. ¿Qué es lo que querría? Hacía mucho que no hablábamos, y, entonces, ¿por qué quiere quedar conmigo de repente? Y... ¿los dos solos?

¿Quieres quedar conmigo? ¿Solos? -April.

Lo mandé casi esperando una negativa por su parte, quería pensar que se había equivocado de contacto, que conocía a otra April y de ahí la confusión.

Por eso te he mandado el mensaje, tonta(: -Adam.

Pues.. parece que no se había equivocado de contacto pero... ¿por qué?

Sabía que hace poco había roto con su novia, que él lo había pasado realmente mal, o al menos eso me había dicho su mejor amiga, Jade. La verdad es que Adam nunca había tenido una novia formal que se pueda decir, es decir, él nunca había querido sentirse atado a una chica, siempre había sido un espíritu libre que hace lo que se le viene en gana, lo que hoy en día viene siendo un playboy. Y yo lo sabía muy bien, porque yo había sido una de sus miles de victimas. Sí, yo había caído en sus encantos de chico malo, y por eso sabía que debía andarme con cuidado cuando se trataba de él.

Pero aquella tarde no tenía nada que hacer, y ademas, como Jade había dicho Adam había cambiado, ¿no? quizás solo quería a alguien con quien hablar, además, nunca hay que juzgar a alguien por su pasado, puede ser una persona totalmente diferente en el presente.

Está bien, nos vemos a las cinco y media. -April.

Tan solo tardó unos segundos en contestar.

Te recogeré en tu casa. Nos vemos<3 -Adam.

Dejé el móvil sobre la mesa y recogí los cubiertos y platos que había usado. Cuando terminé subí a mi habitación y encendí los altavoces. Nada mejor para pasar el rato que escuchar tus canciones favoritas.

Me paré frente al espejo y me observé de arriba a abajo. Ultimamente había comenzado a vestir con menos ropa, -No en sentido "zorrita de calle", pero había comenzado a hacer calor y se notaba cada vez más que el verano estaba por venir.- y eso implicaba llevar camisetas por encima de las muñecas y pantalones más cortos. El verano era mi estación favorita del año porque no tenía que asistir a clases, ni estudiar ni madrugar, pero también era una de las estaciones que más odiaba por el echo de tener que llevar ropa más corta que en invierno. Por su puesto yo no era una de esas chicas que se obsesionan con su peso, que dejan de comer o que cada vez que se miran al espejo empiezan a buscar defectos e imperfecciones, pero tampoco me consideraba una "tía buena". Me explico, todas las chicas que van con los "populares" -Las que vienen siendo las "zorritas"- tienen unos cuerpos envidiables, todas delgaditas pero con curvas bastante sexys, y yo solo quiero esconderme entre las sudaderas tamaño XXL. Y esto nos lleva a mi defecto número dos: Yo nunca he sido una chica muy coqueta, amo las mallas y las sudaderas anchas, las zapatillas planas y a penas uso maquillaje. Algo poco común en las chicas de mi edad.

Me separé del espejo y abrí el armario donde guardaba toda mi ropa. Hoy en especial hacía bastante más calor de lo normal, por lo que decidí que darme una ducha antes de ver a Adam sería lo mejor. Me quité la camiseta que llevaba puesta, al igual que las mallas y las lancé al suelo, después rebusqué entre las miles de camisetas que tenía en el armario y me decanté por una que tenía bastante ancha de color blanco que le había robado a mi madre el verano pasado. Además, agarré unos leggins negros limpios y unas zapatillas con bastante suela que me hacían ver mas alta, -Sin olvidarme de la ropa interior.- lo dejé sobre la cama y me adentré en el baño.

No sé cuantos minutos pasaron hasta que mi cuerpo totalmente arrugado me obligó a salir. La verdad es que tenía pensado darme una ducha rápida para relajarme un poco, pero al final terminé hasta por lavarme el pelo.

Before you leaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora