Capítulo 10

24 0 0
                                    

Llegué a casa treinta minutos después de que mi madre me llamase. Al final había terminado preguntando a un anciano que caminaba por allí y a un niño que rondaría los once años -Sí, fue realmente vergonzoso darme cuenta de que un niño sabía mas que yo acerca de la ciudad en la que vivía.- pero al final conseguí llegar sana y salva a casa así que mereció la pena.

Metí la llave en la cerradura de mi casa y abrí con cuidado, intentando hacer el menor ruido posible. No quería que mi madre me escuchara.

-Has tardado mucho. -Me quedé inmóvil al escuchar la voz de mi madre. Yo había caminado sin hacer ningún ruido hasta las escaleras, pero ella parecía haber estado observando mis movimientos y supongo que esperando a que fuese hasta ella. Cosa que no hice.

-Me he perdido. -Contesté con tono cortante.

-Tengo que hablar contigo sobre algo, April. -Mi madre dió suaves golpecitos en el sofá, indicando que me sentase a su lado.

-¿Sobre qué? -Pregunté caminando hacia ella. Cuando llegué al salón, me senté en el sofá que quedaba frente a ella y me crucé de brazos.

-He hablado con tu padre. -Abrí los ojos como platos y me incliné hacia delante para acortar la distancia que nos separaba.

-¿Cuándo? ¿De qué? ¿Por qué? -Sentí como algo dentro de mí se encendía. Hacia algún tiempo que, por temas de trabajo, no había podido hablar con mi padre y lo echaba de menos.

-Me ha dicho que os echa mucho de menos a tu hermana y a tí y que le gustaría veros más a menudo. -Mi madre hizo una pausa.- Y me ha pedido que os permita pasar las vacaciones de verano con él.

-Pero... Alissa se va a un campamento casi todo el verano, ¿no? -Pregunté volviendo a recostarme sobre el respaldo.

-Ese es el problema. He hablado con él y le dí la opción de dejarlo para el año que viene, pero insiste en que sea este. -Mi madre suspiró agotada.- Así que vas a pasar con él las vacaciones de verano.

-¿Cómo?

-Ha hablado con la asistente social y le han dado permiso para hacerlo. Te irás dos días después de que acaben las clases. -Abrí los ojos como platos y mi boca casi rozó el suelo.

-¿Qué? ¿Y me voy así? ¿Sin más? ¿Es que no importa lo que yo quiera? -Le dije con mala cara.- ¡No quiero irme!

-Eres menor, y mientras estés bajo mi custodia harás lo que yo te diga. -Mi madre comenzó a alzar la voz.

-Pero cuando llegue allí no estaré bajo tu custodia. -La reté.

-No. Estarás bajo los cuidados de tu padre. -Me contestó como si fuera obvio.

-¡Pero esque yo no quiero estar bajo los cuidados de papa! -Le grité. Me levanté de la silla y me coloqué frente a ella.

-¿No querías irte tanto con él? ¡Pues ala, de vacaciones con tu padre! -Me reprochó inclinándose hacia delante. Casi podía sentir su respiración.

-¡No en verano! ¡El verano es para salir con tus amigos, no para irte al culo del mundo a pasar tiempo padre e hija!

-¡Já! ¿Cómo que salir? Estas castigadisima sin salir todo el verano. ¿O creías que ya se me había olvidado tu expulsión? -Mi madre se levantó de la silla y me aparté a un lado para dejarla salir. Bufé con resignación y me subí a mi habitación golpeando con fuerza el suelo al pisar.

Yo quería a mi padre, por su puesto que lo quería, y lo echaba de menos aún más, pero no quería irme un verano entero con él. Mi padre y yo siempre nos hemos llevado bien, siempre he sido su princesita, pero cuando se separaron, mi padre se fue a vivir muy lejos y eso hizo que mi madre tuviera más posibilidades para tener nuestra custodia. Nuestra relación fue cada vez peor, la distancia era mucha, por lo que no nos veíamos, casi no podiamos hablar por teléfono por culpa de su trabajo y al final parecía que llamaba por obligación. Hace dos meses que no hablo con él.

Before you leaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora