Capítulo 8

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Abrí los ojos de golpe al sentir como algo bastante pesado impactaba violentamente contra mi estómago. Todo mi cuerpo se levantó de golpe y sentí como se me paraba el corazón por una milésima de segundo. Empecé a toser como una loca y mi cara se volvió completamente roja.

-¡Que te mueres! -Gritó de pronto la causante de mi mini-infarto.

-¡Pero serás bruta! ¿¡Cómo se te ocurre despertarme de estas maneras?! -Le grité a mi hermana mientras me sobaba la tripa.

-Es que mamá me ha pedido que te despertase, y como no reaccionabas cuando te estaba llamando he tenido que tirarme encima tuyo. -Contestó sin mas, alzando los hombros.

-¡Casi me ahogo! -Le grité de nuevo señalando mi cara completamente roja.

-Ya ya, no te pases. -Contestó mientras se acercaba a mi y me daba suaves palmaditas en la espalda.- Mama te espera con el desayuno en la cocina.

Pero cuando quise abrir la boca para contestarle, Alissa ya se había ido. Bufé con resignación y dejé que mi espalda cayese sobre la cama de nuevo.

¿Por qué mi hermana era tan sumamente violenta conmigo?

Bostecé mientras me estiraba cual gato y apoyé los pies en el suelo. Me senté sobre la cama y me quedé observando mi habitación. Los rayos del sol habían atravesado la cortina y podía ver perfectamente lo desordenada que estaba. Sí, no duró ni un solo día limpia. Por fín me levanté de la cama y abrí el enorme armario empotrado que tenía al lado de la cama. Saqué unos pantalones negros y una camiseta de tirantes blanca cualquiera, para luego ponerme una sudadera abierta encima. Como habréis podido apreciar, no soy de las que se pasan media vida pensando que demonios iban a llevar ese día.

Cogí todo lo necesario -Con necesario me refiero a ropa interior limpia, zapatillas, la ropa que acababa de escoger... etc.- y me encerré en el baño. Diez minutos después estaba duchada, con ropa limpia y el pelo completamente empapado. Bajé las escaleras a toda velocidad y entré en la cocina, donde mi madre me esperaba.

-Buenos días. -Me saludó mi madre como todos los días. Yo simplemente elevé la cabeza en modo de saludo. -He preparado tostadas.

-Bien. -Contesté con tono arisco. Aún seguía molesta por el injusto castigo que recibí ayer, y quería que lo viera. Castigar solo a la mayor de las dos era algo injusto para mí. Alissa también tuvo la culpa de aquello, ¡si se hubiese quedado quieta desde el primer momento el bichito se habria ido felizmente fuera de casa!

-Deberías irte al instituto o llegarás tarde. -Me dijo mi madre sin despegar la vista del periódico que tenía en sus manos. Alcé una ceja al ver como ni si quiera se había dignado a mirarme.

-Adiós. -Respondí mientras agarraba una de las tostadas que mi madre había preparado. Cogí la mochila y la coloqué en mi espalda para luego salir de casa.

Cuando llegué al lugar donde siempre quedaba con Jade y Alexandra me sorprendió bastante que ninguna de las dos estuviera esperándome, pero como era casi la hora de que comenzaran las clases decidí adelantarme y ya hablaría con ellas en clase. Saqué el móvil del bolsillo de mi sudadera, coloqué los audífonos y me dirigí hacia el instituto.

A penas cinco minutos después llegué a aquel horrible edificio y por poco no me dejan entrar, ya que cuando estaba por cruzar la puerta la conserge estaba cerrando las puertas exteriores. Corrí por los pasillos hasta que por fín llegué a mi clase. Al entrar me sorprendí al ver a Jade en un sitio bastante alejado del mio hablando con uno de los chicos de mi clase. Caminé hacia ella y me senté en el sitio contiguo al suyo.

-Ese sitio está ocupado. -Contestó Jade con tono arisco. Yo abrí los ojos como platos ante su reacción y me acerqué a ella.

-Pensaba irme ahora. -Contesté con una sonrisa ignorando completamente su tono de pocos amigos.- Siento haber llegado tarde esta mañana. He tenido algunos problemas con mi hermana y... -No terminé la frase cuando de repente Jade se giró para hablar con la chica que estaba justo en la mesa de atrás. La chica, se cayó de golpe al ver mi cara, pero Jade siguió contestándole y fijando toda su atención en ella.- Esto... ¿Hablamos luego?

Before you leaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora