Dieciocho

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-Tampoco es la mía ignorarte perdón es que no lo puedo evitar.

-Eres tan malvada, pero tal parece que eso es lo que mas me gusta de ti.

-Sabes que es lo que mas me gusta de ti.

-No, no lo se dime. -tenia tanta ternura en sus ojos.

-Cuando haces silencio y dejas que me pierda en un pequeño conjunto con la dignidad que ame rita el caso. -mientras le decía le revolvía su brillante pelo.

-Siempre eres así de altanera y grosera mmm. -subió una ceja y poso en mi una mirada intimidante que me dejo casi muda mirando fijamente a sus ojos.

-No solo soy así con las personas que me caen bien y tu me caes mal así que no. -ni siquiera yo entendí lo que había dicho pero ya lo había dicho.

-Si te interesa la casa de tu abuela esta diagonal a la banca en donde estas sentada. -se levanto y me dejo sin aliento en aquella banca se veía triste de nuevo las había cagado.

Corrí lo mas fuerte que pude y con mucha rabia todavia no se me olvidaba lo que me había hecho mi abuela.

-¡ABUELAAA!. -puse mi cara mas rabiosa.

-¿Que pasa hija, que pasa?

-Esto es un conjunto y en los conjuntos no hay una chingada tienda.

-¿Que dijiste?. -puso la peor cara del mundo parecía querer golpearme.

La mire fijo y le respondí.

-Que en este conjunto no hay una chinga...

Fui interrumpida  por una cachetada tenia las uñas tan largas que me corto, salí de allí corriendo sin saber a donde iba.

Llegue a la misma banca donde estaba sentada antes y empece a llorar no se porque a mi no me gusta llorar frente a la gente pero no pude evitarlo, no había pasado en eso ni un minuto cuando apareció el descamisado corrió muy rápido.

-¿Que te paso enana tu novio te dejo?

Lo ignore no tenia ganas de pelear con el me sentía tan furiosa, el me abrazo me coloco en su pecho como en la habitación de mi abuela junto a el sentía paz, espera me levante rápido de su pecho y empece a hablar con migo misma.



La vida no es color de rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora