Dos meses después.
Estaba hablando con mis padres sobre conseguir un trabajo, ellos al principio no querían pero yo necesitaba ganar dinero por mi propia cuenta. Las cosas en la universidad iban muy bien, ya faltaba solo un mes para terminar mi primer año. Mis amigas estaban muy bien, Génesis y Rose felices con sus novios. Diana, entró a un concurso de canto y pues, le va de maravilla. Entre Matts y yo, todo estaba bien hasta hace unos días que me dijo que se iría del país, pues consiguió una beca para estudiar en una mejor universidad y ser profesional en basket, en realidad me alegró mucho esa noticia, pues tendrá un buen futuro pero también me entristeció un poco, llegué a quererlo mucho y le tomé cariño. Las cosas pasan por algo, siempre lo diré. Lo voy a extrañar, se volvió un gran amigo aunque es obvio que él quería algo más que amistad, pero como dicen: "Amor de lejos, amor de pendejos y felices los cuatro." Sólo Dios sabe lo que hace.
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Vi la hora y me pareció temprano, así que decidí ir a un spa, quiero consentirme un rato. Mientras veía a cual ir, puse la radio y estaba sonando una canción muy linda, no era mi género favorito pero me gustó. Cuando por fin me decidí por un spa, estacioné cerca el carro y fui en busca del local, el spa se llamaba " Jeni's spa" el local era bellisimo, tenía de todo, depilación facial y corporal, para pintarse las uñas, limpieza facial y masajes... como para no salir de ahí dentro de cinco horas. Me decidí por depilarme las cejas primero, luego me depile las piernas, porque de verdad ya estoy harta de la afeitadora, después de eso opte por la limpieza facial mientras me arreglaban las uñas y me cortaba el cabello, me decidí en hacerme un flequillo y la verdad se me veía muy bien... y para desestrzarme por completo, de último dejé lo mejor, un masaje relajante. Cuando salí, me tropecé con un chico, alto, ojos marrones, cabello corto y un poco corpulento. Bastante agradable para la vista para ser sincera.
- ¡Oh, disculpame! - dijo un poco nervioso.
- Tranquilo, no pasa nada. - y le sonreí.
- Me llamo Leandro, un placer. - me tendió la mano.
- Mucho gusto, Ginny.
- Bueno, debo irme. De nuevo disculpa, espero verte ponto, yo trabajo aquí temporalmente. - se despidió con la mano y se fue. A mi si que me pasan cosas extrañas con los hombres, los conozco de una manera tan peculiar...
Cuando llegué a mi casa no había nadie, pues mis padres tenían una reunión hoy y me puse a ver películas hasta quedarme dormida.