-¡Pasa!- Aomine parecía fastidiado, con cierta actitud de desgano, le dijo al chico de la yukata que pasara, tras abrir la puerta.
-Aomine...Yo...
Daiki cerró la puerta lentamente y en segundos se abalanzó contra el pelirrojo, le besó, como si nada le importará ahora; Kagami ni siquiera intentó oponer resistencia, era como si estuviera conteniendo todo y ahora esto estallará en su boca.
-¡Desgraciado! ¿Por qué demonios te tenías que ir? ¿Yo no era suficiente para ti?
-Aomine yo... Te lo puedo....-Cuando estaba a punto de tratar de explicar cualquier cosa, las manos del moreno ya estaban frotando su entrepierna.
-Kagami...No me voy a contener-Espetó esto, mientras observaba sus ojos con una intensa mirada.
-De-ten...
-¡No me voy a contener!
Y de hecho eso hizo, aún de pie contra la pared, Aomine empezó a desvestir a Kagami de su ligera yukata, llevó sus pezones a la cavidad oscura y húmeda en su rostro, los mordió suavemente, haciendo que Kagami se sobresaltara por la conmoción de aquel leve dolor desconocido. Una horquilla se resbalo sutilmente, cayendo junto con las vestimentas de Taiga, pero Daiki no le dio importancia.
-Ao-mi-ne....¡Ugh!- Kagami apretó los dientes, tratando de contenerse ante las sensaciones que venían de su pene, ahora siendo degustado por Aomine. Como si eso le molestara, un Aomine hincado, extendió su brazo para llenar con sus dedos la boca ensalivada del pelirrojo.
La sensación de los dedos de Aomine jugando con su lengua, las fuertes y liquidas succiones que este le propiciaban a su pene erecto, obligaron a Kagami a eyacular, salpicando el rostro de Daiki quien lo aparto rápidamente. El pelirrojo estaba muy agitado, no sabía qué hacer, era su primera vez teniendo sexo, cada caricia de Aomine, cada beso, todo era desconocido para él, solo tenía una cosa clara, era placentero y más aún con la persona más importante en su vida, así que no lo iba a detener.
Con los dedos recién ensalivados por el mismo Kagami, el chico con la tutela en el asunto, empezó a hurgar en el ano de Kagami.
-Ao...ese lugar....¡Ah!
Apenas si el pelirrojo podía gemir con facilidad, su respiración era muy pesada, pero no podía sobrellevar lo que sucedía, Aomine estaba metiendo dos dedos en su ano y se resbalaban con mucha facilidad, Kagami nunca había sentido esa área de su cuerpo tan húmeda.
-¡Parece que esto ya está listo!
-¿Ugh? Ah... ¿Qué...piensas...?- Con cada resoplido, Kagami sentía que se moría, una inmensa vergüenza le invadía, estaban con la luz encendida, en la sala y Aomine estaba viendo su cuerpo por completo. Pero se alarmo aún más cuando vio un largo pene ser desatado de las cadenas que suponían para este, los bóxers y pantalones de Aomine.
-¡Tengo la punta dentro! ¿Cómo se siente?
-¡Idiota! No preguntes- Las palabras de ambos pronto, se terminaría, en especial cuando Aomine empezó a embestir lentamente la entrada del musculoso Kagami, quien actualmente había perdido algo de peso por los ayunos imprevistos, lo que facilitó a Daiki poder sostenerlo de ambas piernas contra la pared, pose que quizá solo dos chicos atléticos como ellos podían ejecutar.
-Voy a...moverme más rápido- Le susurró Daiki, a la oreja, entre fuertes resoplidos, para luego jugar con la misma y su lengua.
Kagami no pudo ahogar mucho sus gemidos, pero en verdad le parecía fabuloso, en especial cuando la punta del pene de Aomine le rozaba cierta sección de su recto, en seguida la sensación de vergüenza fue remplazada por la idea de que Aomine le golpeara siempre esa parte. Sin notarlo, sus brazos habían rodeado al moreno que le follaba, sosteniéndose de tal manera que sus uñas intencionalmente habían rasguñado levemente la piel chocolate.
-¡Ah! Golpea...Más... ¡Rico!
-¡Ah! Ka-ga...
En un instante la cavidad del pelirrojo estaba ahogada con una mezcla de los fluidos de su recto y el semen del moreno; se seguían besando intensamente mientras Aomine frotaba el pene de Kagami, haciendo que él también lograra eyacular.
-¿Quieres que sigamos en el cuarto?
Kagami no quería decirle a Aomine que le gustaría seguir sintiéndolo dentro para siempre, por lo que se limitó a asentir con su cabeza. Iba a prender la luz del cuarto pero Aomine le aparto la mano del apagador, continuó besándolo, se dieron una pausa en la que Kagami miraba exhausto como su amado se acercaba, sin percatarse Aomine lo llevó hacia la ventana del cuarto y mientras le besaba logró esposarlo a la verja de metal.
-Espe... ¿Aomine, qué demonios estás haciendo?
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El policía y el yakuza se enamoran[AoKaga]
FanfictionUn día como otro Aomine salió a hacer su rutina, solo que esta vez se encontraría con un joven que le pide algo no habitual para un policía.