Shot 3

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Kagami estaba muy emocionado aquella noche, no pudo dejar deagradecer de todo corazón a Daiki por esas palabras tan amables, temía quepronto ocurriera algo que oscureciera todos los buenos momentos que habíapasado con Aomine. En realidad era la primera vez que tenía este tipo derelación con alguien, un vínculo que no dependía de una cadena de mando o dedemostrar respeto o humildad hacía otros, con esta persona él podía hablar decualquier cosa cuando quisiera. Aomine aunque parecía bastante antipático aprimera vista, en realidad no era frío ala hora de hablar y solo cuando estaba en predicamentos podía, sonar algo agresivo.

Con Aomine, Kagami obtuvo muchas de sus primerasveces, era su primera vez atendiendo aalguien que no fuera a sí mismo y haciendo algo aparte de cocinar, además de ser la primera vez que podíasonreírle a una persona desde el fondo de su corazón, esa sensación de teneruna vida tranquila, esa cotidianidad era algo invaluable para él y Aomine se lodio todo, justo en el instante en el que bajo su guardia y dejó que Kagamiinvadiera su hogar; quizá podíadescribir esa situación como felicidad.En este momento de su vida a Taiga solo le importaba ser necesitado por Aomine,si aquel chico estaba feliz con su estadía allí él no podía pedir nada más, sinembargo aún tenía asuntos pendientes que resolver.

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Era una de esas noches, en las que Aomine podía llegar tarde, ya quehabía ido a beber con sus compañeros de turno, como de costumbre abrió la puerta y fue a encender la luz de la sala, pero ya estaba encendida, cuando entro alcuarto, se llevó la sorpresa de un Kagami desnudo, que a juzgar por sus bóxersa las rodillas se estaba mudando luego de un baño; Aomine estaba sorprendido,no solo de que Taiga no cerrara con seguro la puerta para cambiarse, si no quetenía una mirada extraña, como en guardia, parecían los fieros ojos de un tigre,nunca antes le había visto con agresividad en sus ojos. Sin embargo a Aomineaquella mirada le pareció fascinante, los rosados pezones de Kagami leparecieron adorables y el pene que entrevió le inducía a querer llevarlo a suboca. En efecto Aomine tenía una erección, el cuerpo de Taiga le pareció muchomás hermoso de lo que había intentado imaginarlo.

En el baño, Aomine dejó libre su apretado miembro yempezó a imaginar como él lamía aquel voluptuoso cuerpo, succionando loscarnosos muslos de Kagami y degustando aquel enorme pene, imaginaba como sesentiría su miembro siendo engullido por el ano húmedo de Taiga, hasta quelogrará llenarlo con su semen. Rápidamente, Aomine logró alcanzar su eyaculación con una toallade papel, había expulsado bastante, en realidad era comprensible ya que llevabaun mes de no tocarse desde que Kagami estaba allí, lo que ahora le preocupaba era el hecho simpley claro que estaba frente a sí: estaba muy atraído por Kagami y quería tenersexo con él.

El policía y el yakuza se enamoran[AoKaga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora