Shot 4

1.6K 158 4
                                    

Aquella noche Aomine volvió muy agitado del baño, Kagami sedisculpó y parecía muy apenado, sin embargo la cabeza de Daiki empezó a divagaren algo lejano a sus necesidades corporales, antes de dormirse miró hacia el techode la habitación que ahora compartía con su inquilino pelirrojo y entonces sededicó a pensar; le extrañaba aquella fiera mirada de Kagami que aunque sensual era como la de alguien violento, entonces susdudas sobre el chico que le empezaba a interesar afloraron nuevamente.

-Kagami ¿Te gustaría intentar salir un rato?

-Pero, es que de verdad no puedo ir muy lejos, aún tengo miedo.

-¡¡¡¡PERO DESPUÉS DE UNMES!!!! Vamos Kagami, es de noche y podemos salir con más libertad.

-Sí, de seguro...Creen que ya estoy muerto.

-¿Te gustaría jugar un poco de Baloncesto?

-¿Tienes alguna bola y equipo?

-Sí, veras, en secundaria me gustaba jugar mucho a esto.

-A mí también me agrada.

-¿En serio?- Aomine apenas podía contener su emoción, Kagami eraperfecto, acaso era un ángel ¿O algo así?

-Se...Me gustaba seguir algunos equipos cuando estaba en mis ratoslibres, así que conozco las reglas, pero nunca he jugado.

La noche avanzaba despacio, Aomine con mucho entusiasmo lecontaba a Kagami sus hazañas del pasado, mientras este solo reía de corazón porla forma enérgica y poco creíble en la que eran contadas. Bajo un cieloestrellado, los chicos distraídos por la plática, lograron llegar al parquecontiguo al vecindario, el cual tenía en lo más alto, casi oculta una canastamuy deteriorada, en realidad solo tenía el aro sin la red.

-Entonces lo haces de esta forma...-Aomine le trataba de enseñar aKagami como lanzar de la mejor manera posible, estaba tan perdido en suexplicación que no se percató de lo cerca que estaba del pelirrojo, asía conuna mano el brazo que Kagami usaba para sostener la bola y con el otro sobre elhombro de su aprendiz trataba de equilibrarlo. Cuando se enteró de la cercanía se alejo casiinstintivamente, Kagami quien estaba embriagado por el olor del champú y eljabón en Aomine se sonrojo muchísimo al notar lo apenado que estaba el morenoluego de apartarse.

-¿Qué pasa?

-Lo siento, estaba actuando como un idiota medistraje...

-Voy a intentar lanzarla, observa desde ahí.

Kagami, miró con decisión el aro desgastado y sostuvo con ambosbrazos el esférico, Aomine observó asombrado la buena forma que tenía paralanzar, que dio como resultado naturalel que la bola entrara de lleno. Sinsaberlo ya estaba celebrando junto a un emocionado Kagami, rodeándolo con subrazo y revolviendo el rojizo cabellodel recién ganador.

Al jugar con Kagami, Daiki podía sentir la felicidad quedesprendía aquel chico, ese destello de pureza, pero al mismo tiempo astucia yhabilidad; dudaba que fuera un asesino, pero aún así sentía que su compañeroestaba metido en algo mucha más profundo y oscuro de lo que él trataba defigurarse. Cuando le había preguntado de su familia, le dijo que no teníaninguna, eso le alarmo, pero hoy en día no es tan extraño; le sorprendió muchomás saber que nunca había ido al colegio, que siempre tuvo tutores, parecíacalzar con esas historias de señoritos ricos que viven aislados en un castillo.

Para Aomine desconocer sobre Kagami, tener solo una referencia aun pasado en blanco, le daba dos sensaciones, una de intranquilidad ydesconfianza, pero también otra de esperanza, porque sentía que a su lado iba apoder construir algo nuevo, empezar de cero, y él mismo se convertiría en eltodo de Taiga.

El policía y el yakuza se enamoran[AoKaga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora