-No, en realidad estuve a punto de hacerlo un par de veces, pero no lo he hecho.
-Qué alivio...
-En realidad, en nuestro clan solo empiezas a laborar cuando cumples la mayoría de edad... Sí me enseñaron a usar armas, también tuve un entrenamiento en artes marciales, pero mi padre creía que no tenía la edad para entrar en los "negocios".
-No te preocupes, ya puedes estar tranquilo- Aomine hundió una vez más la cabeza de Kagami en su pecho- ¡Yo te voy a proteger!
Aquellas palabras hicieron que Kagami se asombrara irremediablemente, jamás, ni en sus sueños más distantes esperaba que alguien le dijera tal cosa; ni su difunto padre, ni sus lacayos o sus tutores, nadie le había expresado tales sentimientos.
-¡Aomine, Aomine!- Kagami se abalanzó sobre el policía, con tal fuerza que logro derribarlo, comenzó a besarlo emocionadamente, ya nada le importaba, sentía que lo único que deseaba hacer era ser mimado por Aomine; y este último se entero que su pequeño tigre quería jugar de nuevo.
-¡Te amo Aomine!
Una lluvia de besos, vino tras esa declaración, el corazón de Daiki empezaba a acelerarse, sentía que podía morir en paz ahora, pues el chico que le gustaba, le estaba diciendo con una linda cara que lo amaba y por la intensidad de sus besos, al parecer no lo decía como una broma.
-Kagami te vas a poner algo de ropa ¿O quieres que lo sigamos haciendo?- Tras decir esto Aomine agarro una de las tonificadas nalgas.
-¡Ah! ¡Ahomine!
La erección que Kagami había perdido solo hace unos instantes, en cuestión de segundos hacía su aparición triunfal. Las vueltas que las lenguas de ambos, pegajosas y ruidosas, daban sin cesar, hacían que la temperatura de los chicos aumentara. Un dedo travieso de Aomine, se abría paso dentro de la rosada entrada del pelirrojo, dejando libre una pequeña cantidad de semen que se encontraba dentro.
-¡Mira, se está chorreando!
-¡No lo digas así!
-¿Porqué? Dímelo...
-¡Suena sucio!- La forma adorable en la que Kagami, volvía su rostro y sus orejas se ponía coloradas, emocionaba a Aomine más, sin pensarlo dos veces cambio de posición a Kagami recostándolo sobre el suelo.
-Perdona la forma brusca en la que te trate antes, esta vez te haré el amor de forma apropiada.
-¡En realidad no me desagradó!
-¡Ha, ha, ha! ¡Eres adorable!
Los dos dedos de Aomine ahora estaban dentro, desconcentrando a Kagami de reñir con su enamorado por burlarse de él. La preparación de su ano, no era necesaria, el semen de Aomine ayudó a lubricarla por completo. Esta vez, Daiki se deshizo de sus pantalones, colocó la punta de su pene y empezó a frotarlo sobre la entrada de Kagami, esperando a la reacción de este.
-¡Mételo de una vez!
-¡Ha, ha, sabía que dirías eso!
Sin contenerse mucho más, Aomine dejó ir todo su miembro dentro, primero con suaves embestidas, pero luego con mucha más rapidez, intensificándose también los gemidos del penetrado. La posición permitía a Aomine, lamer y succionar las pantorrillas de Taiga, mientras que este trataba de acallar sus sonidos con su antebrazo.
-No... ¡Ugh!...No te calles...Déjame oír tu voz- Le replicó Daiki, mientras jadeaba sudoroso.
Tras cada embestida, sentía como si su pene se derritiera por el calor dentro de Kagami, sus testículos rozaban la piel del pelirrojo con cada metida, lo que le generaba bastante placer. Aomine cerró sus ojos por un instante, al mismo tiempo colocaba su cabeza sobre el pecho de su amante, para que este continuara abrazandola, mientras eyaculaba. Al sentir el semen del tigre sobre su abdomen, el pene de Aomine liberó toda su carga.
Sin darse cuenta, Aomine se durmió sobre Kagami, estaba muy cansado en ese momento, venía de trabajar, era de noche, tantas emociones, tanto sexo, simplemente ya no podía estar más agotado; Kagami se percató de que su bello, ahora era durmiente y el mismo también estaba cansado, ni siquiera la luz de la habitación pudo evitar que al mirar un rato al techo, pensando sobre todo lo ocurrido, sus parpados se volvieran pesados.
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El policía y el yakuza se enamoran[AoKaga]
FanfictionUn día como otro Aomine salió a hacer su rutina, solo que esta vez se encontraría con un joven que le pide algo no habitual para un policía.