-¡Maldita sea! ¿Por qué?- Aomine sentía que todo su mundo de felicidad se venía al traste, de nuevo el pasado estaba persiguiendo a Kagami, pero no podía hacer nada, aunque el chico frente a sí era realmente inocente y puro, la organización con la que una vez estuvo involucrado no le importaba esto para nada.
-Kagami, te lo dije ¿No?... ¡Yo te voy a proteger!
-Aomine...
Los amantes se fundieron en un beso corto, por el momento Daiki solo podía tratar de calmar a su compañero; tenía que pensar en alguna estrategia para poder defenderlo, no podía decirle que abandonara el trabajo ya, pero sabía que eventualmente tendría que volver a estar encerrado en casa. Sin embargo ¿Realmente Kagami sería feliz estando todo el día en el apartamento? Eso no sería muy diferente de tener a un tigre en una jaula, él en verdad lo quería a su lado, pero viviendo por sus propios deseos, sin nada que lo ate.
Le preocupaba la seguridad de su novio, pero por otro lado quería que fuera realmente feliz; él era un policía, en realidad era su deber encargarse de esta situación, pero ¿Cómo conseguiría que otros efectivos le ayudaran? Tendría que defenderlo por su cuenta, ya que no podría exponer el pasado de Kagami, sería muy arriesgado; sería terrible que lo asociaran con algún crimen anterior adjudicado a la organización a la que alguna vez perteneció.
De momento, Daiki le dijo a Kagami que iba a merodear los alrededores, que no tenía que abandonar el trabajo que tanto le costó obtener. Porque si, fue muy complicado para el actual dependiente, demostrar que tenía la mayoría de edad; tuvo que obtener de nuevo sus papeles de identificación, ya que los había perdido todos; además de hacer un examen de suficiencia que certificara el hecho de que completó sus estudios, ya que toda su educación la había sacado con tutores y no tenía ni un solo título que comprobara su nivel académico.
Cada tarde después de lo ocurrido, Kagami regresaba con mucho pavor al apartamento, todas las veces que Aomine salía un poco antes, trataba de recogerlo directamente a la floristería, o bien le trataba de topar, ya que ambos tenían la inseguridad de que los matones aparecieran en cualquier momento. En realidad el pelirrojo no temía a los golpes, pero si a las balas, de seguro y esos tipos estarían armados hasta los interiores.
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-¡No te lo tomes como algo personal!
-¿Qué quieren de mi? ¡Ya la organización se disolvió, ustedes mataron a mi familia!
-Alguna vez fuiste parte del Dragón Oeste, nuestro señor quiere crear una nueva entidad, si alguna vez juraste lealtad a tu padre, solo tienes dos opciones, elige unirte a nuestro bando o muere aquí ¿Y bien?
Kagami fue acorralado sin remedio, no es como si él o Aomine no supiesen que esto iba a ocurrir, los turnos del policía variaban y el pelirrojo siempre salía a la misma hora, un día como este llegaría, uno en donde Aomine no podría excusarse más para salir temprano y en donde Kagami tendría que hacer un mandado y por lo tanto quedarse más tiempo en la calle. Entonces los tipos lograrían entre tres acorralarlo en el oscuro callejón y ponerlo entre la espada y la pared.
Sin embargo, si Taiga iba a morir ahora no se arrepentía, realmente fue feliz, estar al lado de Aomine, verlo lamer sus dedos diciendo que su comida era exageradamente buena, sentir el calor de su cuerpo, los dos fundidos como uno solo, sentir los latidos del otro, los húmedos labios recorriendo su cuerpo, el salado sabor de la piel morena...Cada día junto a Aomine fue feliz, en verdad no se arrepentía, desde un inicio no pertenecía a ningún sitio, sin embargo el policía le esposo su corazón.
-¡Tú ya sabes mi respuesta!
-¡Es una lástima Kagami Taiga!
En ese preciso instante el sonido de una bala hizoque algunos curiosos se acercaran y otros empezaran a gritar despavoridos, unavez más los hombres de negro causaban elpánico en la muchedumbre.
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El policía y el yakuza se enamoran[AoKaga]
FanfictionUn día como otro Aomine salió a hacer su rutina, solo que esta vez se encontraría con un joven que le pide algo no habitual para un policía.