PROLOGO

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- ¡Bastian, di algo por favor! -ruego. Él solo me mira, en su rostro no hay ninguna emoción. Los cuatros desconocidos me rodean y solo quiero que él les diga qué pared-. Bastian, por favor.

Es duro ver a la persona que un día dijo amarme de pie a solo metros de mí, sin hacer nada por ayudarme. Sin decir nada para detener a los cuatros desconocidos que intentan abusar de mi. Es duro saber que este chico, no es de quien me enamore hace meses.

Siento el tirón de pelo que uno de los desconocidos me da y caigo al piso. Intento y lucho por quitar de encima a un segundo hombre. Las lágrimas empiezan a salir de mis ojos, anticipando lo que ya se. "Van a Violarme"

- Vas a disfrutar que un hombre te haga esto bebé, vas a pedir más.

Mi ropa comienza a ser desgarrada mientras lucho con cada respiración de mi cuerpo para liberarme de ellos. Es en vano hacerlo, y solo puedo cerrar mis ojos. Los golpes empiezan a llegar, mi rostro, mis piernas y cabeza. Lloro más fuerte y ruego gritando una y otra vez, el nombre de Bastián mientras cuatro desconocidos se adentran en mi cuerpo sin pieda. El dolor es insoportable.

Y finalmente dejó de luchar sumergiéndome en los pensamientos de cuando conocí este chico. Cuando Bastián estaba en la escuela y me miraba con adoración.

Se que es mi culpa, en parte no vi todas las señales. Sus celos enfermizos, las llamadas a deshoras, el alejamiento de mis compañeras porque él solo quería mi tiempo. Deje de ser esa chica feliz y amistosa para ser la Novia de Bastian. ¿Como pensar que él chico cariñoso que te busca a la salida del cole terminaría siendo esto?

Ayer, no vine a verlo, porque mis notas bajaron, necesitaba estudiar. Ya no tengo amigas porque todas las perdí por él y está bien. Pensé que lo era, pensé que le preocupaba de una forma tan urgente que merecía ser cuidada todo el tiempo por él.

Él continúa mirándome en el piso mientras las lágrimas siguen cayendo, de una forma tan fría. No tiene ningún sentimiento por mi o lo que están haciendo. No le importa que sus amigos, uno a uno abusen de mi cuerpo, ni me peguen o mi llanto y gritos de ayuda.

- Eres muy rica, es muy rica tu chica Bastian. Cuando quiera puedes dejar que la saboree otra vez -escuchó a uno de los asquerosos. Solo escucho, es como si mi mente decidiera protegerme del dolor. Escucho como uno a uno dice más palabras asquerosas, como uno a uno sube el cierre de los pantalones, como uno a uno sale de la casa dejándome en el piso, bañada en sangre, lágrimas y ese olor repulsivo en mi cuerpo.

Intento moverme, pero no puedo, no consigo mover un solo dedo de mi cuerpo. El dolor llega del golpe y más que dolor físico tengo un dolor en mi pecho. Me siento sucia, quiero morir. Deseo que sea una pesadilla de la cual despertaré siendo la misma chica.

Boca abajo en el piso escucho pasos acercarse y quiero salir corriendo o gritar por mi vida. No puedo. Balbuceo palabras que se pierden en el pozo de lágrimas, sangre y mi propia garganta que se niega a dejar salir palabras.

Unos brazos, brazos que una vez me protegieron ahora me cargan.

- N-No... -intento apartarme, si tuvieras fuerza lo haría.

- Shi, no te haré daño -dice-. Perdóname, desearía ser tu en este momento.

No quiero que me toque, no quiero que hable. Cuando lo necesite no lo hizo... Pero su voz, es él. Mi Bastian, él Bastián cariñoso. Él hizo esto, permitió que me pasara esto.

Puedo sentir como levanta mi cuerpo del piso y camina conmigo hasta el baño. El dolor empieza a crecer y todo comienza a ser borroso. Me aferro a la imagen de que no quiero que nadie vuelva a tocarme para no perder la consciencia. Grito de dolor cuando me deposita en el piso del baño y él chorro de agua fría impacta mi piel.

Puedo ver como la sangre se mezcla con el agua en la baldosas blancas. Mi sangre, sangre que sale de las heridas de mi cuerpo, heridas que Bastian permitió se me hicieran.

- N-No me toquen -susurro con la voz rasposa cuando intenta tocarme nuevamente. No dejare que nadie me toque, nunca nadie tocara mi cuerpo. Jamás.

- Solo quiero limpiarte y llevarte al hospital. Me entregaré Isa, juro que me entregaré. Y a ellos también no dejaré que se vayan. Aunque yo termine preso también.

Solo no quiero que me toque y lo que un día pensé que nunca pasaría es lo que pasa, tengo miedo de él. La sangre no deja de salir de mi piernas y el agua empieza arder en mi piel. Solo quiero dormir y escapar del dolor. Huir lejos de Bastian.

- Te llevare al hospital o donde quieras...

Esto es una pesadilla, es una pesadilla -repito en mi mente. El dolor me recuerda que todo es cierto. que todo pasó. Puedo quedarme aquí y morir desangrada o aceptar su ayuda y ir a un hospital.

- Quiero ir al hospital y no quiero... No quiero saber nada de ti.

***

- Necesitamos que hable señorita ¿Recuerda los rostros de quienes abusaron de usted?

- No, ya se lo dije -mire a Bastian. No puedo delatarlo, no puedo decir que ha sido él. Lo amo y no quiero... El doctor sale de la habitación.

Tengo miedo, mucho miedo y solo quiero irme de aquí, irme lejos de Bastian.

- Quiero que te vayas -él me mira, me mira con los ojos de ese hombre que no es mi Bastián, con los ojos de ese hombre que desconozco- Prometo que no diré nada, pero quiero que te alejes de mi y nunca vuelvas...

- Isa...

- ¡No me llames Isa! ¡Lárgate, no quiero verte nunca más! ¿Me oyes? Desaparece de mi vida o sino...

- ¿O sino que? -amenaza.

- Voy a decir lo que me hiciste...

- Yo no te toque.

- Pero dejaste que tus amigos lo hicieran ¡Lárgate y no vuelvas más! -camina a la camilla y agarra fuerte mi mentón causando daño.

- Eres mia, Isabella, mia. Me iré pero regresaré más tarde o más temprano.

Intenta besarme pero lo esquivo. Pasan unos segundos hasta que escuchó la puerta se azotada y puedo dejar ir a las lágrimas, puedo llorar todo el dolor que siento. No lo diré, jamas diré que él me causo esto, jamás regresare con mi familia. No los haré pasar por él dolor de tener una hija sucia como yo.

Las horas pasan y con ellas mis ganas de vivir. Doctores entran y salen de la habitación, me hacen exámenes y más exámenes. Me han desgarrado mi partes intimas. Tengo moretones en la cara y el cuerpo. Las horas pasan a días y cada vez entra alguien nuevo preguntado que paso. Todos reciben la misma versión. No se quienes fueron y como bañaron mi cuerpo no queda nada de ellos en mi interior.

No hay pruebas de nada, más que el abuso que se nota en mi cuerpo. No se que haré al salir del hospital porque no pienso regresar con mi familia.

- Hola Isabella ¿Como estas hoy? -pregunta entrando la doctora Durán. Ella ha sido quien ha estado más al pendiente de mí aquí.

- Un poco mejor -y es cierto, llevo tres días aquí y mis heridas mejoran- ¿Que pasa? ¿Que trae ahí? -señaló los papeles en su mano.

- Isabella ¿Antes de esto tenías relaciones sexuales?

- S-Si, antes tenía una vida normal ¿Tengo algo malo?

La doctora me mira como si tengo una enfermedad muy grave y mi corazón se acelera ¿Voy a Morir?

- Isabella, según estos estudios... Estas embarazada de cinco semanas.

- ¡¿Que?!

No, no puede ser cierto. No ahora, no puedo estar embarazada. No, Dios mío, por favor. Tiene que ser un error, no puedo estar embarazada del hombre que dejo que cuatro animales abusara sin piedad de mí.

- En tu situación es entendible si quieres hacerte un aborto...

TU ERES MI VIDA (Libro Uno ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora