Quiero amarte hoy y siempre pequeña
Isabella
Despierto con un poco de frío, las sabanas son muy suave, son de un algodón suave. Muevo mi cuerpo para acomodarme, pero al sentir las sábanas sobre mi cuerpo desnudo, recordé lo que pasó la noche anterior.
Volví a estar con un hombre, bueno no cualquier hombre, si no con un ángel. Hace mucho tiempo no me sentía tan viva, tan deseada por alguien, como por él.
Fue una noche muy bella.
Quiero darle un nuevo comienzo a mi vida. Quiero empezar bien con él. Debo contarle mi pasado, sobre él, debo decirle todo.
Al intentar levantarme, siento el peso de la sabanas al lado mío.
Es Pablo, tiene puesto solo unos pantalones de pijama, nada más. Su pecho sube y baja, su respiración es tranquila. Pero se nota que no tiene frío, ya que lleva a una gordita muy cómoda durmiendo en su pecho. ¿En qué momento la trajo? ¿y porque no me despertó al traerla?.
Se ven muy tiernos, como si el lazo entre ellos fuera más importante que nada, no importa más nada que su amor, incluso ni yo cuento en este amor.
Me acomodo para verlos mejor, pero creo que mejor me visto. Yo se que este hombre ya me vio desnuda más de una vez, pero no dejo de tener vergüenza. Me dirijo al baño en busca de mi vestido. Al entrar en el, me tienta la idea de una ducha ya que ellos dos duermen.
Estoy muy relajada bajo la ducha, mientras mi cuerpo es cubierto por el agua caliente. Mi mente está viajando a la noche anterior, tengo miedo que crea que soy una cualquiera, no llevamos ni días y ya estuve en su cama.
Dos manos me acarician mi estómago desde atrás.
_ ¿Te hago compañía?-pregunta- Tardaste tanto, que quería saber si estaba tan buena el agua,como para que no quieras salir _ Pablo me está abrazando por la espalda mientras besa mi cuello al hablarme.
_ perdón no quise tardar tanto, ya salgo _ al darme vuelta lo veo, dios este hombre es hermoso intento no verlo, sino me volveré loca por tocarlo, al alejar mi vista de su perfecto cuerpo . Decido salir ya de allí. _No, quédate_ suplica él. me lleva contra su cuerpo. Con una mano acaricia mi rostro y con la otra me abraza, me acomoda bajo la ducha.
_ Sabes que me muero por besarte, mas ahora que eres mía, no te voy a dejar ir. Isa, te necesito, te necesito y te quiero conmigo, siempre- mi cuerpo es suyo y él lo sabe. solo me dejo llevar por sus palabras y esa boca que comienza a besarme por el cuello buscando demostrarme su amor.
Después de una ducha hermosa, me seca el cabello con la toalla, hubiera querido que mi hiciera suya aquí mismo en el baño, pero Mía dormía en la cama. Y las palabras de Pablo me convencieron "aquí no es lugar para amarte". Si sus besos y caricias no lo fueron no me quiero imaginar que lo serán, fui y vine del cielo varias veces.
Al salir juntos vemos a Mia dormida, en la cama pero esta pegada a una remera.
_ No quería soltarme y al acomodarla con mi remera se quedó tranquila. Creo que tienes competencia ahora por mi cuerpo _. Pablo lo decía riéndose mientras buscaba su ropa. Al acercarme a mi bebé tome su mano, mi niña es hermosa.
_ Buscaré algo de ropa para ti, cuando viene mi hermana suele comprar tanta ropa que la deja acá y nunca la usa. ¿Espérame, si? ya la busco _. El estaba al lado mio, mirándonos. Cuando se está por ir, baja hasta mi altura para dejarme un casto beso en los labios. _ te quiero mucho mi pequeña- fueron las palabras de él antes de salir de mi vista.
Envuelta en una toalla, comenzaba a tener frío. Me acomode a lado de Mia y ella enseguida reconoce mi cuerpo, mi olor, busco con su boca mis pechos para comer era una glotona, enseguida se llenó con los dos.Pablo
Me despierto con la alarma, me había olvidado de apagarla . Miro para el lado donde esta Isa durmiendo, es mi bella, mi pequeña mujer. Dios, podría decirle te amo, te amo tanto ya, pero no, no la voy a asustar, el solo hecho que haya aceptado estar conmigo soy feliz. Jamás la podría usar para una noche, no soy esa clases de hombre menos para mi niña.
Me levanto para ir a ver como esta Mía, se nota que es una bebé tranquila pero debe tener hambre y seguramente necesita un cambio de pañal. Mi pequeña le había alimentado bien y dejado limpia pero ya pasaron varias horas.
Cuando entro a la habitación la veo dormida. Dios no solo me dio una bella mujer si no también me mandó una hija, porque asi la voy a querer, como si fuera mía.
Preparo una mamadera para Mía, la alimento como Isa me enseño. Le cambio su pañal y ropa para que esté cómoda. Después de jugar con mi bebe, por es mía ahora. Entiendo porque ella la llamo así, esta niña te roba el corazón en minutos, sacó eso de la madre.
Mi maldita cabeza me juega sucio, comienzo a pensar quien puede ser el muy hijo de su madre para haberlas dejado solas, yo jamás podría. Cuando vuelvo a mirar a mi niña duerme muy cómoda en mis brazos. Decido ir a buscar a Isa, si ya despertó realmente la deje muy cansada a mi amor.
Al llegar a mi habitación, Isa sigue durmiendo muy cómoda en mi cama quisiera que siempre la pudiera ver allí.
Me siento con Mía en mi pecho, la voy a dejar dormir a las dos. ¿Podré acostumbrarme a esto?. Si claro que si.
Mis ojos pesan demasiado decido dormir un poco. Me dejo llevar por los hermosos recuerdos de la noche más perfecta de mi vida. La primera noche juntos, la primera de muchas más.
Siento unas manos en mi cara, Mia está jugando, al girarme con ella no veo a mi pequeña. Escucho la ducha, acomodo a Mía en la cama pero ella no me quiere dejar ir. La tomó en brazos y busco mi remera si ella quiere mi olor la remera lo tiene. Pongo la remera en la cama y a ella a lado. Muy despacio se va quedando dormida.
Voy en busca de mi mujer, ya lleva casi una hora debajo el agua creo que merezco un poco de atención también.
Al entrar al baño la veo perdida en su pensamiento, dios su cuerpo me vuelve cada vez más loco. Podría amarla todo el día de mil formas y maneras, no dudo en entrar al agua con ella.
La tomó por su cintura, pegando la a mi cuerpo, mi amigo ya despertó solo con verla. Será duro esto. Le digo muy suave en su cuello.
-¿Te hago compañía?-pregunto- Tardaste tanto, que quería saber si estaba tan buena como para que no quieras salir.-
no soporte las ganas de besarla.
-Perdón no quise tardar tanto, ya salgo - Isa quiere salir, tiene miedo en sus palabras no lo dije para que lo tomara así. Quería jugar con ella. -No, quedate-
la detengo, la traigo contra mi cuerpo, acaricio su rostro y con mi otra mano la busca que sienta esa confianza de mis besos, de mis caricias sobre su cuerpo. La vuelvo poner debajo del agua.
_ Sabes que me muero por besarte, mas ahora que eres mía, no te voy a dejar ir. Isa, te necesito, te necesito y te quiero conmigo, siempre-. Mis palabras salen sola de mi boca.
Ella solo deja que demuestre cuando la deseo. Con mi boca busco su cuello. Sigo el viaje por sus pechos, que me volvieron locos y quiero tenerlo de vuelta, Isa solo disfruta de mis besos, con mis manos busco su clítoris comienzo a acariciarla muy despacio igual que mis besos.
La tomaría acá en este baño, pero no, ella no lo merece y aparte esta Mía esperándonos.
-Pablo, te quiero en mi- isa está apunto de liberar su cuerpo .
- No mi amor, acá no te tomaré, no es lugar para amarte, eres demasiado mujer y perfecta para ser tomada acá, déjame que yo te ayudare-.
Sigo besándola hasta que siento como libera su cuerpo en mis manos. Seguimos con nuestros besos y caricias.Al salir de la ducha la ayudó con su cabello. Amo como puede ser una mujer, y en momentos es una niña frágil y dulce. Y es mía solo mía.
En la habitación mientras me visto le cuento a mi ella lo de la pequeña, ella solo ríe.
Le ofrezco ropa de Milagro, ya que tiene la costumbre de comprar ropa y dejarla en casa. Algo le va ir muy bien. Antes de salir busco a sus labios y le dejó un casto beso.
-te quiero mi pequeña - quiero gritarle te amo. Pero no.
Todavía no, cuando ella me diga te amo, yo también se lo diré, solo me queda demostrarle cuánto la amo con mis besos y caricias, pero sobre todo con mis actos......
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TU ERES MI VIDA (Libro Uno )
RomanceToda mi vida cambio cuando llegaste . Te espere tanto 9 meses de sufrimientos y a la ves de alegría por tu llegada. Todo cambio cuando te tuve en mi brazos y después tantos a...