Sara
Me desperté y no sabía en donde estaba, me dolía mucho la cabeza, no me acuerdo en haber llegado a un cuarto y ni siquiera me acuerdo en haberme montado en un automóvil.
Giré mi cabeza con cuidado y al lado derecho estaba Erick, y solo llevaba puesto un par de boxers negros, tiene unos abdominales espectaculares y sus músculos están muy formados. Me dio mucha vergüenza y hasta creería que me sonroje de la pena que tenía.
Me examiné y vi que tenía una camisa blanca y en la parte inferior solo llevaba puesto mis cucos, así que cogí la almohada más cercana que tenia y le pegué a Erick en toda su hermosa cara, él sonrió ante mi ataque y le seguí pegando hasta que la me dolían los brazos. Lo que me gané fue un dolor de cabeza más intenso y que mis brazos me dolieran.
- Bonita forma de decir buenos días – dijo todavía un poco dormido.
- Pero a ti que te pasa – dije un poco alterada – ¿Quién te dijo permiso de quitarme la ropa?
- Tenías toda tu ropa vomitada, qué querías que hiciera, que te dejara con la ropa vomitada y que mancharas mi cama – dijo con un tono de sarcasmo todavía acostado en la cama y yo sentada al lado de él.
- Pues me hubiera dormido en el sofá o en el piso si era necesario – dije ya calmada.
- No iba a permitir que te quedaras en el sofá, lo siento, pero no te iba a dejar dormir con esa ropa tan incómoda pero a la vez tan sexy – dijo con un tono de sensualidad.
Me sonrojé cuando dijo que mi vestido era sexy, pero decidí disimularlo.
- Necesitas llevarme a casa de Dani – dije cogiendo un pedazo de sabana para cubrirme mis piernas descubiertas.
- Ok – se levantó de la cama estirándose y mostrándome tu cuerpo tan perfecto, creo que se dio cuenta que se lo estaba mirando de arriba a abajo y me sonrojé – sé que estoy bueno pero disimula un poco – dijo entre risas.
En vez de decir algo me tapé la cara con la sabana y me eché hacia atrás dando a entender que estaba muy avergonzada.
Me destapé los ojos y Erick estaba en arriba mío mirándome fijamente a los ojos.
Mi respiración se aceleró, me coloqué nerviosa y no tenía escapatoria porque los brazos de él estaban al lado de mi cabeza y sus piernas estaban al lado de mi cadera para que no callera todo su peso en mí.
Nos mirábamos frente a frente sin decir ninguna sola palabra, sentía que tal vez se iba a acordar de mí en cualquier momento y que me abrasaría por verme de nuevo, pero yo misma me estaba metiendo en una ilusión que tal vez no se haga realidad y al final terminaré destrozada.
- Tienes unos ojos muy lindos – dijo Erick acercándose más a mí.
- Gracias – dije un poco sonrojada.
- ¿Qué tienes planeado hacer hoy? – dijo más cerca de mi boca.
- Debo irme – dije saltando de la cama – recuerdas que me tienes que llevar a casa de Daniel.
- Si – hizo un puchero – apenas son las siete de la mañana, si no fuera por ti yo todavía estaría durmiendo.
- ¿A qué hora te acostaste?
- Como a las cinco de la mañana.
- Oh por Dios no has dormido nada, y todo es mi culpa – dije alterada y avergonzada.
- No te preocupes me acosté a esa hora porque estaba admirando lo tierna que te ves durmiendo.
- Me podrías llevar, por favor – me sonroje cuando me dijo que me veía tierna así que cambié de tema inmediatamente.
- Bueno, alístate salimos en diez minutos.
- Ok.
Erick me prestó unos pantalones que ya le quedaban ajustados y me coloqué la misma camisa con al que había dormido, olía muy bien, olía a él.
Mientras que él se cambiaba me quede en el salón principal de su casa, allí me encontré a su padre el señor Nick Peterson que estaba leyendo el periódico. No había cambiado mucho, lo único que le veía era que había manejado su mal humor y que se veía feliz viviendo en Los Estados Unidos con su nueva esposa. Al parecer él no me reconoció porque cuando me vio me saludó con una sonrisa y siguió leyendo el periódico del día.
Me senté al frente del señor Nick, había un silencio incomodo al principio pero ese silencio se rompió cuando él me dijo:
- ¿Te conozco de alguna parte? – dijo dudando lo que estaba pensando.
- No lo creo señor – mantuve firme mi postura a pesar mi dolor de cabeza debido al alcohol.
- Es que se me haces muy familiar – dijo curioso.
- Tal vez me está confundiendo con otra persona.
En ese momento escuche un ruido que venia del piso de arriba, Erick estaba bajando a toda prisa.
- Buenos días – dijo con un tono de mal humor.
- Van a salir a esta hora, es temprano.
- ¿Y? – dijo de mala gana – vamos Sara, llevare a tu casa – dijo bajando es tono.
- Bueno, fue un gusto haberlo conocido señor – dije de educación.
- Adiós – dijo es padre de Erick, creería que pasó un mala noche.
Nos subimos al automóvil de Erick, él me ayudo con la puerta como todo caballero y mientras él le daba la vuelta a su medio de trasporte me di cuenta que mi dolor de cabeza seguía aumentando, la vista se estaba nublando, me podía mover y tampoco podía hablar.
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Con Una Nota Me Bastó Conocerla.
RomanceErick: Solo quería tener un futuro estable, no ser como mi padre, alcohólico, drogadicto, etc... pude llegar a tenerlo pero la vida me quitó a la chica que desde un principio fue una desconocida, pero al pasar el tiempo me di cuenta que ya nos conoc...