Capitulo 18

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Erick

Me subí al automóvil ya un poco calmado pero cuando me giré hacia donde mi princesa, ella no respondía, no tenía respiración ni movimiento.

La agité barias veces pero no me respondía, me acordé lo que me dijo Daniel la noche anterior y la lleve a su casa lo más rápido posible.

Nos demoramos cinco minutos en llegar, le marqué al celular a Daniel para que bajara rápido pero no contestó, traté abrir la puerta principal de su casa pero estaba trancada me fui por la parte de atrás y menos mal estaba medio abierta, subí las escaleras hasta llegar con la habitación de Daniel, abrí la puerta de un golpe y él estaba echado en su cama roncando lo desperté a toda prisa hasta que cedió y abrió los ojos de golpe.

- Daniel, Sara está inconsciente en mi auto y no sé qué hacer – dije muy apurado.

- ¿Qué? – se levantó de golpe cuando le dije que estaba inconsciente – ¿Qué pasó? – se levantó de la cama para colocarse una camisa.

- Se subió al auto para venir hacia acá y cuando me subí estaba inconsciente – dije preocupado.

- ¿Le dolía la cabeza?

- No lo sé, no me dijo nada.

- Vamos para el hospital GreenWood.

Cuando Daniel vio a mi princesa se preocupó mucho, hasta creería que se le salió una lagrima de lo preocupado que estaba.

Daniel se subió en la parte de atrás, afortunadamente el hospital no estaba tan lejos. Llegamos al hospital sin ningún inconveniente.

Daniel se bajó del auto y cogió a mi princesa de brazos para entrarla a toda prisa en el hospital, le pregunto a la señorita que estaba detrás del mostrador por un doctor, cuyo nombre no alcancé a escuchar. Nos dirigimos a una oficina, adentro estaba un señor como de unos veinticinco años, Daniel le contó que Sara no respondía y nos llevó a una habitación del hospital para que le hicieran unos exámenes, nos dijeron que esperáramos afuera de la habitación mientras los profesionales hacían lo que tenían que hacer para que mi princesa reaccionara.

Daniel, al igual que yo, estábamos muy preocupado por lo que podía pasar, no sabía que hacer pero lo que si tenía claro es que tenía que proteger a mi princesa.

Ella ya no era la chica misteriosa que se metía en mi cabeza sin ser mencionada, desde que supe su nombre y su significado decidí decirle mi princesa porque ella es una princesa, mi princesa, y ya no se mete en mi cabeza sin ser mencionada, siempre está en ella día y noche.

Escuche un timbre de un celular, pensé que era el mío pero era el de Daniel, él contesto preocupado y con furia.

- Era el padre de Sara – dijo Daniel.

- ¿Qué le dijiste? – dije levantándome de la silla que me encontraba.

- Le dije que ella estaba en mi casa dormida y que se la iba pasar hoy y mañana conmigo.

- Bueno...

- Ya tenemos los resultados de los exámenes – dijo el doctor interrumpiéndome.

- Bueno, y ¿cómo está? – dijimos Daniel y yo al tiempo.

- Ella en este momento está inconsciente debido al dolor de cabeza que tenía por el alcohol, ella perdió la conciencia porque el dolor de cabeza afectó el tumor que tiene.

- Pero... ¿ella ya está bien? – dijo Daniel preocupado.

- Sí, solo está estable, despertará en algunas horas – dijo el doctor – Daniel, puedo hablar contigo.

Daniel se fue con el doctor a su oficina para que hablaran en privado, me senté en la misma mesa que estaba hace un momento y comencé a recordar la noche anterior, en la que ella estaba dormida en mi cama, con una camisa blanca de mi propiedad y con sus piernas destapadas. Tiene un cuerpo espectacular, unas curvas que te matan con solo mirarlas y su piel es suave como el algodón.

El sonido de mi celular me interrumpió el pensamiento de mi princesa.

- Erick, llamó tu madre, dice que tu prima Lorena Miller y su novio Jane Brown están viajando en este momento para América – dijo mi padre.

- ¿Qué? – me sobresalté.

- Necesito que los recojas.

- Pero en este momento no puedo.

- Lo siento mucho pero es tu familia, tu madre también me dijo que se van a quedar en la casa que ella tiene aquí – dijo como siempre de mala gana.

- ¿A qué hora llegan?

- En la tarde llegando la noche.

- Bueno veré que hago.

Cuando colgué la llamada Daniel ya venía para acá y por su cara, no tenía buenas noticias.

- ¿Qué te dijo el doctor? – dije.

- Él tumor cerebral de mi... Sara está empeorando por la culpa del alcohol que tomó anoche – dijo con un tono de tristeza.

- Oh Dios mío... mira que llamó me padre, dice que Lorena y Jane vienen a América.

- ¿Enserio? – dijo volteándose hacia mí - ¿cuando llegan?

- Esta noche... ¿Qué le dirás a los padres de mi...Sara? – dije cambiando de tema.

- No lo sé, me mataran si se enteran que el tumor cerebral de Sara está empeorando y todo por no cuidar de ella.

- No te coloques así, ella es una niña de dieciséis años, ya era hora de que probara el alcohol – dije para tranquilizarlo.

- Si pero no era para que se emborrachara así de esa manara.

No dije nada, no quería empeorar más la situación.

Daniel y yo fuimos a desayudar a la cafetería del hospital, él me pregunto por Lorena y Jane y le dije que hoy los iba a recoger en el aeropuerto y que los iba a traer al hospital para que lo saludaran. Pero esa no era el único motivo para que Lorena u Jane vinieran al hospital, a pesar del estado que está mi princesa también quería que conocieran a la chica me trae tanta intriga.

Pasaron las horas y el doctor no aparecía para darnos noticias de cómo estaba mi princesa, estábamos muy preocupados. Los padres de Sara seguían llamando para saber cómo estaba su hija y Daniel les seguía mintiendo.

Llegó la hora de ir a recoger a Lorena y a Jane en el aeropuerto, le dije a Daniel que me mantuviera al tanto de todo lo que pasara y que no me demoraba.

Con Una Nota Me Bastó Conocerla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora