Polos Opuestos *Rubius y tu* [En pausa]

Capítulo XII

Antes de comenzar con el capítulo quería informaros de que he hecho algunos cambios en la novela, he añadido más contenido multimedia (1 archivo por capítulo), y he cambiado algunos errores de ortografía ,y algunas frases, pero la historia sigue su transcurso no he hecho ningún cambio en ese sentido.

Otra cosa es que en algunos comentarios que me habéis dejado, me he dado cuenta de que algunas os pensáis que la forma de actuar y pensar de rayita es la mía o cosas así, por dios esto es solo un Fan Fic no os lo toméis tan en serio. Respecto a los buenos comentarios, muchas gracias no hay manera de agradeceros, a no ser... Tal vez sea subir más seguido, pero soy un desastre, perdonadme T-T

Y por último, he cambiado la portada de la novela, agradecería que me dijerais que os parece.

Ahora si me dejo de enrollar y doy comienzo al capítulo:

Narra ____:

El día de ayer se hizo eterno, lo mismo parecía que iba a suceder con mi vergüenza, pero hoy ya estoy más relajada.

El día de hoy parece que va a ser tranquilo, y menos mal; desde que Rubén llegó a mi vida el ritmo de esta ha aumentado. Sandra ha quedado con Mangel, y yo estoy en casa viendo anime. En una hora empieza mi trabajo por lo que debería ir arreglándome. Cogí mis toallas y fui directa al baño; me quité la ropa y me metí en la ducha. El agua estaba helada, pero siempre me había gustado así, cada gota que caía sobre mi cuerpo hacía de mí una persona más relajada. Podría pasarme el día ahí, con comida obviamente, pero toca trabajar. Me puse el uniforme, me hize una trenza, me pinté la línea de los ojos, me até las zapatillas y pegué el cartelito de dependienta en mi camiseta. La verdad, estaba muy cerca por lo que a pie llegué en nada.

[...]

Ya había acabado mi turno, comprobé el móvil, las 21:00 h, tenía un mensaje de Sandra:

'Llegaré tarde, no me esperes para cenar'

Espero que le vaya bien con Mangel –suspiré de cansancio.

Salí de la tienda sin antes despedirme de mis compañeros de trabajo. Una vez fuera, estaba muy oscuro, apenas podía ver por donde caminaba. Decidí pasar por un callejón para acortar el camino. Definitivamente parecía estar dentro de una película de terror, sobre todo cuando empecé a oír pasos detrás de mí, intenté tranquilizarme, pero, era imposible, cada vez estaba más cerca de mí, me giré y le pegué una patada al supuesto secuestrador, en mi mente todo era muy lógico. Escuché como hizo una mueca de dolor.

-¿Pero qué? –podía reconocer esa voz era... ¿Rubén? ¿Qué hacía allí?

-¿Rubén? –dije preocupada.

-¡Hipster! –dijo en un tono alegre.

-¿Qué estabas haciendo?

-¿Te recuerdo que vivimos cerca o...?

-Dios, lo siento... Pensaba que eras un violador o algo así dije.

Se estaba acercando a mí y yo solo retrocedí hasta notar que mi espalda estaba tocando una pared, él apoyó su mano en esta y con la otra me acarició la mejilla a lo que no pude evitar sonrojarme.

-Puedo serlo si quieres –me susurró.

Era incapaz de decir algo, mi cuerpo ardía, en especial mis mejillas. Nuestras narices se estaban tocando, sentí un escalofrío recorrer mi columna, el pareció notarlo. Mi respiración estaba acelerándose. Por fin conseguí decir algo:

-Si quisiese ya no sería violación –mi voz sonaba insegura, ¿qué me pasaba?

-Entonces prefiero que no lo sea –dijo él. Y sin previo aviso posó sus labios en los míos y noté a su lengua pedir permiso para entrar, a lo que yo accedí. Se sentía tan bien, desde que empecé a conocerle más, siempre me he sentido segura  estando con él. Puse mis manos alrededor de su cuello y le empujé más cerca de mí.

Una vez nos separamos yo seguía con escalofríos y le escuché decir:

-Eres una hipster.

¿En serio Rubén? ¿Es este el momento? ¿Es lo único que se te ocurre?

-Pero, sería mejor si fueses mi hipster ¿no crees?