-¡Nyaa~! ¡¿Que hace-nya~?!-.
Cuando me di cuenta, estaba sentada sobre Tom y teniéndole de las muñecas.
-P-Perdón- dije saliéndome de encima suyo.
-N-No pasa nada-nya~- dijo levantándose.
Realmente había perdido la cordura y lo único que te acuerdo fue que entré al comedor y me puse a hablar con él. Después de eso, pareciera como si un demonio se me hubiese metido pero no. Fui yo. No tenía el valor de verle la cara otra vez. Si lo hacía, seguro se distanciaría de mí y no quiero eso. Yo quiero estar con él y... ¿pero que digo? Primero lo del comedor y ahora esto. Sentí como me sonrojaba y sacudí mi cabeza para sacar el rubor de mi cara.
-¿Qué hice? No me lo va a perdonar- me repetía una y otra vez hasta que sentí lágrimas cayendo de mis ojos. Rápidamente me las sequé. Fui al baño y me lavé la cara.
Cuando volvía a la sala, me encontré con Ian. Me vio y empezó a hablar.
-Perdoname. No pude hacer nada- me dijo mirando al piso. No podía mirarme a la cara. Yo tendría que hacerlo.
-No te preocupes. Hice cosas peores- dije sacándole importancia. Pero a la vez, sentía como la sangre me subía a la cara ¡otra vez no!
-E-Emily. Estás muy roja- dijo mirándome por fin.
-Si, ya se- ahora era yo la que miraba al piso avergonzada.
-¿Q-Qué hiciste?- me preguntó mirándome fijamente.
-Lo que te estás imaginando- le dije más avergonzada todavía.
-Mejor no quiero imaginar- me dijo con la mirada triste ¿ahora que hice?
Me acerqué a él y le pregunté.
-¿Que pasa ahora? ¿También tenés complejo de hermano sobre-protector?-.
En ese momento, sentí cómo me ruborizaba otra vez ¿hoy es el día de los besos y no me dijeron?
-Basta, Ian- dije alejándolo con los brazos.
-Perdón. Es mi culpa- dijo mirándome con lástima. Sentí mucha pena y lo abracé. Era mi amigo y no podía dejarlo sufrir. Él me correspondió el abrazo. No paraba de disculparse mientras yo le decía que no era su culpa. Él es muy sensible y es difícil tranquilizarlo. Después de un tiempo, se calmó.
Cuando se calmó, fuimos al centro para salir un poco. Íbamos a salir sin Tom, a ver si este también se calmaba -y yo de paso-. Pero terminamos yendo hasta con Sonia.
-Nyaaa~ ¡Que lindo-nya~!- decía Sonia cada dos por tres cuando veía un vidriera.
-Si, en verdad es lindo- le decía cuando veía la vidriera que ella veía.
Pasamos por una pastelería, un restaurante, un gimnasio... bueno, por muchos lugares.
-¡Quiero salir otra vez-nya~!- decía Tom.
-Otro día salimos de vuelta- le decía calmándolo.
-Yo también quisiera salir con ustedes otra vez- dijo Ian.
-¡Claro que...!- no terminó la oración porque le tapé la boca.
-¡Si! Claro que si. Cuando tengas tiempo podríamos salir-.
-Mmh... pero si Tom no quiere...-.
-Es que está celoso- le dije sacando la mano de la boca de Tom.
-Podés siempre y cuando no toques a Emily-sama-nya~- dijo Tom bufando.
-Cla-Claro. No la voy a tocar- dijo alejándose de mi lado. Hay veces que los chicos son tiernos cuando se ponen celosos, pero este no era el caso. Tom es muy posesivo y hay veces que molesta.
Pasamos por muchos lugares más. En un segundo se hizo tarde y tubimos que volver a casa.
-¡No quiero irme-nya~!- gritaba Sonia mientras la agarraba de la mano y la arrastraba. Ya la gente empezó a vernos como unos locos.
Por fin volvimos. No daba para más. Me cambié y me dormí sin cenar. Voy a desayunar mucho en la mañana.
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Neko-chan © [PAUSADO]
RomanceLa protagonista de esta historia es Emily Lizbeth, una chica de 18 años la cual, después de irse a vivir sola, recibe un regalo de su tía. Este regalo resulta ser dos nekos, personas mitad humano mitad gato, con los cuales tendrá que aprender a conv...