El segundo día de aquella patética rutina comenzaba y Louis agradeció por varios minutos a su madre por dejarlo usar el auto para ir a clases ya que llovía y el frío era de terror. Iba de camino a la preparatoria mientras la música de la radio sonaba por todo su auto. "¡Qué lindo arrancar el día así!" pensó, no había nada mejor que la música retumbando sus oídos y obviamente nada mejor que ir en auto, caminar era demasiado aburrido y... ¡ugh! Para ir caminando debía levantarse diez minutos antes.
Nadie se veía por las calles de Doncaster ya que la lluvia era demasiado fuerte, excepto por un chico quien caminaba bajo la lluvia como si esta no le molestara en absoluto, aquel chico iba con su capucha puesta y llevaba su mochila colgada de un hombro sin importarle si sus libros se mojaban. Louis jamás alzaba a nadie de la calle, él no se preocupaba por nadie, no perdía el tiempo haciendo sociales. Mientras alcanzaba con el auto a aquel chico mojado pudo distinguir que tenía unos rizos estirados por el agua e inmediatamente supo que era el rizado del día anterior. Inconscientemente freno haciéndole señas de luces para que el chico se acercara, pero no lo hizo, solo siguió caminando. ¿Qué no entendía? Louis se sentía patético por haber sido ignorado de aquella manera, pero sin embargo arranco el auto y lo siguió hasta que en la próxima esquina donde frenó frente del rizado y bajo el vidrio de la ventanilla para hablarle a aquel mal educado que ni siquiera se molestó en decir un "gracias, pero voy a seguir caminando". El rizado al ver a Louis con su ceño fruncido lo miro a los ojos y allí se encontraron el verde y el azul, haciendo una extraña conexión. Pudo observar detalladamente sus inocentes ojos verdes y poco a poco fue desvaneciendo su ceño fruncido.
- ¿Te alcanzo? voy de camino a la preparatoria y creo que tu también –grito Louis para que el rizado lo escuchara ya que la lluvia no los dejaba escucharse. El rizado lo seguía mirando a los ojos pero no menciono ni una palabra - ¡Vamos! no voy a hacerte nada. Solo lograras enfermarte así – quería convencer al rizado, en aquella mirada verdosa se notaba la desconfianza que tenía sobre él, pero no estaba dispuesto a dejarlo allí todo mojado por lo que abrió la puerta del copiloto y el rizado desconfiado aun accedió a subir. Le fue inevitable no festejar para sí mismo al haber logrado que el rizado accediera, sabía que ese chiquillo no era tan mal educado como para seguir ignorándolo. Pero algún día se lo recalcaría, la venganza siempre está presente, ¿no?.
- Y dime... ¿Cómo te llamas? – murmuro Louis sin quitar su vista de la carretera. Intentaba romper aquel silencio que se había formado dentro del vehículo. El rizado al escuchar aquella pregunta comenzó mover sus manos nerviosamente y su cuerpo se tensó, acto que el ojiazul noto inmediatamente. El ojiverde tenía su mirada fija en la ventanilla pero seguía sin contestar ¿Acaso la lluvia era más interesante que decir un maldito nombre? La mente de Louis era demasiado impaciente, pero de su boca jamás salían sus pensamientos.
- Yo soy Louis – al ver que el rizado no contestaba, decidió presentarse por sí solo, pensó que ese chico no hablaba por vergüenza, quizás sea demasiado tímido, ó eso pensó Louis.
Estaciono su vehículo en el estacionamiento de la preparatoria, pero el rizado seguía sin mencionar palabra alguna. Al segundo que el auto se detuvo, el rizado bajo de él rápidamente dirigiéndose al edificio sin ni siquiera murmurar un "gracias". Louis intento pasar por alto aquello, mejor era dejar al chico en paz, solo era un chico más y mal educado, obvio.
La clase de matemática comenzaba a media mañana mientras Louis estaba ido en sus pensamientos, sus ánimos estaban como el clima de Doncaster, bajoneado por asistir a clases. Louis decía que los días de lluvia se hacían para pensar en su vida misma y para dormir, no para clases de matemáticas. En fin, ningún día estaba hecho para desperdiciarse en clases de matemáticas, las matemáticas complicaban todo, también eran una mierda ¡Ugh!
En las primeras dos clases el chico de rizos no apareció por ninguna de sus clases y el castaño estaba ansioso por verlo, estaba seguro que apenas lo viera le preguntaría porque carajos no le dijo su nombre, ese chico era demasiado callado, ni siquiera hacia ruido con su garganta para decir algo. ¡Ah! Y tampoco le dijo gracias, que desgraciado.
Varios alumnos comenzaron a llenar el salón de aquella clase, Louis seguía recostado sobre sus brazos sumido en sus pensamientos, odiaba matemáticas porque Zayn no estaba en esa clase junto a él y eso significaba "aburrimiento". Aunque su amigo se la pasaba durmiendo, era divertido escucharlo roncar.
El salón se llenó por completo y ya no había lugares disponibles exceptuando el que se encontraba al lado de Louis, pero nadie se sentaría allí, nadie quería sentarse con el "malhumorado Louis" porque de seguro los insultaba.
Pero el profesor llego y tras él, el chico de rizos, quien con su mirada busco un lugar disponible descubriendo el asiento vacío al lado del ojiazul. Sin dudarlo dos veces camino hasta él. Louis sentía una mirada quemarle la nuca y abrió sus ojos para encontrarse con un par de ojos verdes mirándolo fijamente. Lo miro por varios segundos hasta que comprendió que aquel rizado quería sentarse junto a él. Asintió con su cabeza indicando que si podía tomar el lugar y el rizado no dudo en tomarlo.
La clase pasaba lentamente, demasiado y Louis se dedicó a observar el chico de su lado mientras éste se ponía nervioso por tener unos ojos zafiros quemándole la piel, pero obviamente no le dirigió la mirada, solo miraba al profesor aunque sus incomodidad no lo dejaba concentrarse en la clase.
- ¡Chicos! Necesito que hagan los ejercicios de la página 86 en grupo de a dos – indico el profesor y Louis bufo por ello. No por hacerlo con el rizado, sino por tener que abrir el libro. El ojiverde comenzó a hacer los ejercicios de su libro sin dirigirle la mirada y este se molestó ¿acaso los haría solo?
- ¿Lo harás tu solo o dejaras que haga algo? – la furia en la voz de Louis era demasiado notoria y por fin ahí le dedico la mirada el muchacho pero solo duro segundos, lo fulmino con la mirada y volvió su vista al libro
- ¿No sabes contestar un "si" o un "no? ¿crees que soy lector de ojos? – siguió Louis, quería hacerlo enojar y que al menos lo mandara a la mierda. Quería conocer su voz ¿Por qué no emitía sonido? ¿que le pasaba?
- Bien me rindo. Al menos dime tu nombre ¿no? – murmuro el ojiazul luego de unos minutos sin obtener respuesta de su compañero
El ojiverde tomo el libro de Louis y escribió con unas hermosas letras el nombre HARRY. Louis lo vio y sonrió, ahora sabía su nombre. ¿Tanto costaba habérselo dicho antes? Tampoco era tan largo.
- Así que... Harry ¿eh? – éste solo asintió pero sin dirigirle la mirada, parecía estar muy concentrado en sus ejercicios de matemáticas mientras Louis estaba feliz de al menos saber su nombre.
- Bien chicos, quiero que lo terminen para la próxima clase ¿sí? Sigue en pie que lo hagan con su compañero – la clase ya terminaba y Harry seguía sin mencionar palabra
- ¿Puedes ir a mi casa a las cinco? Ahí terminaremos el trabajo – dijo Louis mientras le tendía un pequeño papel a Harry con la dirección de su casa. El ojiverde solo lo miro y Louis le dedico una sonrisa, a estas alturas ya no esperaba respuestas de su compañero.
La clase termino y el rizado fue como una luz en salir de salón, caminaba siempre a paso apresurado y eso le intrigaba a Louis porque parecía correr por los pasillos. Pero esperaría a tenerlo en su casa para preguntarle porque era así. Lo iba a inundar a preguntas, total era su casa... y él mandaba.
Las clases finalizaron y no volvió a verlo en todo lo que resto de la mañana. Afuera aun llovía pero de camino a su casa tampoco lo vio caminar bajo la lluvia asique solo condujo hasta su casa. Jugaría con sus hermanas, aunque eso implicara dejar ser maquillado por las gemelas; pero así se pasaría mas rápido el tiempo hasta que Harry fuera hacer la tarea.
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Gracias por sus votos y comentarios en el capitulo anterior!
twitter: larryxdangerous
xx
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SIGNALS - l.s (sin editar)
FanficPorque el silencio también tiene palabras, pero son palabras guardadas, elegidas, que esperan pacientes el momento de ser reveladas. "¿Qué valor tiene una palabra si nadie la escucha? porque hay palabras que no se dicen, se demuestran y no todos pod...