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Llegué a la puerta de su casa. El ambiente gélido, el lugar sin nadie alrededor... Cuánta soledad.
Me senté en la vereda, y llamé a su celular.
-¿Ivy?- pronuncíe, mientras las lágrimas rozaban mis mejillas.
-¿A-Ali?- susurró con sorpresa- ¡No puedo creer que seas tú!
-Amor... ¿Puedes salir?-pedí- Estoy afuera.
De repente escucho cómo la puerta se abre.
El miedo me invade al escucharlo.
-¿Amor?- pregunta Ivy.
Se veía tan linda con su ropa de dormir.
-¡Ivy!
-Ay dios...- dice Ivy, mientras me abraza con fuerza.-¿Qué te pasó?-
-Pues...- le dije separándome de ella- Le dije a mi mamá que estamos.
-Ay- dice mientras se cubre cara con sus manos- pero ¿Por qué?
-Es que estábamos tan bien. Mi mamá tenía que saberlo de alguna u otra forma.
-Pero ella no estaba de acuerdo antes. Debiste haber pensado más...
-Pero bueno...- dije desabrochando mi mochila.
Ivy me miraba con curiosidad. -¿Qué traes?-
-Es una carta para ti.
Ivy se quedó petrificada. -Alicia, yo... No sé qué decir, me da miedo.- confesó.- Creo que lo mejor sería terminar...
Mi corazón se destrozó. -¿Q-Qué? I-Ivy, ¿Qué, qué me estás diciendo?-tartamudeé.- Vine hasta acá por ti...
- Pero... tenemos que ser conscientes- respondió- Nuestros padres jamás estarán de acuerdo con esto.
Tenía miedo, era obvio, yo también, pero no me importaba, quería estar con ella, solo con ella...
-Ivy... ¿Qué me dices?-
Mis lágrimas no dejaban de salir. Me sentí derrotada.
-Lo siento... terminamos.- pronunció.

Cuando te conocí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora