My Butterfly ~Kyuhyun~

Capítulo 17

Mis parpados se sentían muy pesados y mi muñeca izquierda ardía un poco, abrí lentamente mis ojos encontrándome en una habitación desconocida, sentí un leve tacto en mi muñeca adolorida, miré y me encontré con Kyunnie sentado en una silla que estaba junto a la camilla en la cual estoy acostada, tenía sus ojos cerrados, pero podía notar el cansancio alrededor ellos y sus labios se cargaban contra el vendaje que tenía mi muñeca, hice un movimiento involuntario por el leve dolor que sentí la planta de mi pie derecho, Kyu abrió sus ojos de inmediato y me miró, su mirada se iluminó, pero casi al segundo después se endureció, se nota tan enojado y su aspecto lo hace aún más aterrador.

Los recuerdos de porque mi muñeca está vendada y porque la planta del pie me duele llegaron a mi mente.

Kyunnie me soltó la muñeca, pero yo tomé su mano con toda la fuerza que me fue posible y comencé a negar.

-no es lo que crees, Kyuhyun-le dije-no intenté suicidarme, te lo juro, por lo que más quieras, yo no volví a intentar quitarme la vida, no sé cómo explicar lo que me ocurrió, pero...

-te cambiaron las pastillas-me dijo, me callé y al ver que no decía nada él continuó-tus pastillas para dormir fueron cambiadas por unas que contenían altos grados de LCD, lo cual ocasionó alucinaciones-guardé silencio por unos segundos.

-entonces, ¿no estás enojado conmigo?-él negó, llevó mi mano hasta sus labios y cerró los ojos, vi que no se había cambiado, seguía con su pijama y su camiseta tenia de mi sangre-debes descansar.

-no podría, no teniéndote aquí y en este estado-aún lucia muy molesto.

-¿estás enojado contigo mismo?-él finalmente abrió sus ojos y me miró-no intentes echarte la culpa, porque en verdad no la tienes, nadie podría saber que esto sucedería, ni siquiera tú-él mordió su labio y pude ver la rabia en sus ojos.

-yo dije que no tomaras esas malditas pastillas, polilla-vi como su mano libre se hacía puño, me levanté un poco más, solté su mano y la llevé hasta sus cabellos, la otra la posé sobre su puño, comencé a acariciarlo, él me miró y le sonreí intentado tranquilizarlo.

-ya no las tomaré, ¿sí? Pero debes prometerme algo.

-¿Qué?-preguntó al instante.

-todas las noches tocaras la armónica para mí, hasta que me duerma-él se levantó de la silla y tomó asiento en la camilla, llevó su mano hasta mi mejilla y comenzó a acariciarla.

-pídeme lo que quieras-susurró-si eso significa que no volveremos a este maldito hospital y que no volveré a verte tan débil e indefensa, pídeme lo que quieras, aunque eso sea que no vuelva a dormir en toda mi vida sólo para poder protegerte de la persona que intento hacerte daño-se acercó a mí y luego posó sus labios en mi frente-me siento aún peor que el asesino que va detrás de ti... no soy capaz de mantenerte a salvo y de hacer que tengas una vida normal.

-no digas eso-dije levantando la vista hacia sus ojos.

-el asesino estaba en la fiesta de tus padres...

-¿Qué?

-no hay ventanas rotas ni puertas forzadas, las cámaras de afuera no muestran nada sospechoso, eso quiere decir que el asesino era parte de los invitados, pero esta vez no intentó matarte, quiso hacer notar lo idiota que somos, lo fácil que le es deshacerse de ti, pero que está torturándote primero.

-¿ya lo había vuelto a intentar después del accidente de Lucas y antes de esto, no es así?-Kyu volvió a tomar asiento en la silla y terminó por asentir-¿Cuándo?

-el paseo en bicicleta no fue sólo para tenerte más cerca, polilla, sino también porque había vuelto a cortar los frenos del auto-él miró sus manos-si se te paso por la mente que el asesino había dejado de seguirte o algo, estás muy equivocada, a él muy poco le importa matar a quien sea, si no eres tú, no se saciara.