Llegó el día de la fiesta, yo estaba recién levantado cuando desenchufé el móvil del cargador y miré los mensajes. Marta me escribió:
-Oye, he hablado con Álvaro y dice que se pasará un rato porque conoce a Ágata y a ella le ha parecido bien. Él vendrá a las 2, antes no puede porque ha quedado. Luego nos vemos, te quiero.
-Vale.-contesté-A las 22:00 en mi casa, te quiero.
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A las 21:15 empecé a prepararme. Puse la canción "Radio" de Lana del Rey y me metí en la ducha. Cuando salí, me sequé el cuerpo, luego cogí el secador e hice lo mismo con el pelo. Cogí mi sudadera verde de lunares, unos pantalones pitillo grises desgastados y unas zapatillas negras.
Miré el reloj; las 21:45. Eché en la mochila las llaves, el móvil, el cargador y lo poco que me quedaba de tabaco. Cogí la bolsa donde llevaba las cosas de la fiesta y llamé a Marta:
-¿Cuánto te queda?-pregunté.
-Acabo de salir-contestó ella-Las chicas también vienen.
-Vale, yo ya estoy preparado. Avísame y salgo a la calle-y colgué.
A los cinco minutos me mando un mensaje Marta:
-Sal ya, que vamos a por las chicas a la rampa.
-Cojo las cosas y salgo.
Salí y allí estaba Marta, sentada en el bordillo de mí puerta, como siempre.
-Vamos pedazo guarra, levanta-le dije como saludo.
-¿A que te doy una hostia?-saludó ella también.
-Atrévete.-la reté.
Me dio un pellizco en el brazo y nos reinos. Fuimos a la rampa a por las chicas, que estaban sentadas allí.
-Vamos que llegamos tarde-dije.
Se levantaron de un salto y fuimos al chalet hablando de nuestro día.
Cuando llegamos nos abrió Ágata. Estaban dentro ella, Luna y una amiga de Luna, que nos sacaba dos años.
-Hola, soy Nora-dijo la chica, que estaba sentada enfrente de la chimenea. Tenía el pelo rizado y castaño. Era alta y delgada.
-Hola.- dijimos todos casi a la vez.
-Ellos son Rubén, Cristina, Carla, Diana, María y Marta-nos presentó Ágata.
-Me ha dicho Ágata que has quedado con Álvaro. Le conozco desde siempre, es buen chico.-me dijo Nora.
-Ya imagino, pero estoy un poco nervioso-contesté.
-Anda, que no pasa nada, tú sólo déjate llevar-me dijo, sonriendo.
Y ahí se quedó la conversación.
Empezamos a preparar las cosas. Hicimos unas pizzas, pero no llegaron al horno porque teníamos mucha hambre. Luego pusimos música y nos salimos a tumbarnos a la hierba. Estaba muy fría.
-Pasar el vodka-dijo Cristina.
-Y la fanta-la siguió Diana.
Nos estábamos echando el primer cubata cuando me llegó un mensaje.
-Uhh, ¿de quién es?-preguntó Marta.
-Sí, a ti te lo voy a decir-contesté riéndome.
Se puso detrás mía, con la cabeza en mi hombro, como siempre que le enseñaba algo de mi móvil.
-No te cortes un pelo. Si quieres también te dejo el móvil y contestas tú por mí-le dije de broma.
-Calla y lee.
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La cara oculta de las personas
Genç KurguUn chico de 17 años afronta su día a día con sus amigas, que tienen problemas típicos de los adolescentes.