Pequeña Inspiración

IV

Por espasas* como tú.

Era su mejor amiga, su confidente, su hermana de otra madre, su original, su espasa.

Acarició su helado rostro, la miró como si fuera la cosa más hermosa del mundo. Comenzó a cortar su abdomen, desde los senos hasta por debajo del ombligo, observó sus órganos y tuvo ganas de enterrar su cabeza en ellos y quedarse ahí como si de una almohada se tratase, pero se contuvo y comenzó a sacar órgano por órgano. "Examinándolos" y escribiendo el informe. Pasaron las horas y ella seguía sobre el helado cadáver que descansaba sobre la mesa metálica. Abrió sus párpados y admiro esos ojos cafés chocolate, eran hermosos y aún más ahora que estaban sin vida. Observó el cadáver una vez más al mismo tiempo que acariciaba su piel, intentó recordar el color que tenía antes de morir, pero le fue imposible, en su mente sólo había cabida para sus ganas de enterrar los dientes en esa carne tan deliciosa, el color era hermoso, sólo tenia que cortarla y comerla, pero si lo hacía sería descubierta por lo cual se retiró del lugar y volvió a su casa. Ella era médica forense, estaba examinando los daños causados al cuerpo de la víctima de asesinato. Ella fue la asesina y nunca nadie lo sabría...
Ella sabía lo que sucedería, sabía lo que tenía que hacer, su amistad perduraría a través de la eternidad, lo habían prometido la una a la otra. Sacó el mecate de su cómoda, hizo el nudo que había practicado desde hacia varios años, ya se lo sabía de memoria, lo colocó en una de las vigas del techo y acercó un banco. Tenía el mecate en su cuello, estaba ajustado, sus piernas temblaron ligeramente antes de patear el banco lejos de su cuerpo para dejarse caer en su mundo de fantasía. Lo último en su mente fue el homicidio-suicidio que habían planeado juntas hacia más de 15 años, murió feliz, con el rostro de la persona que más la había apoyado durante toda su vida. "Perduraremos a través de la eternidad, espasa" fueron sus últimas palabras...

*

*Referencia a un apodo.