III

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Azul... Infinito

Me has abandonado una vez más. Estoy aquí nuevamente. Sola en mi mundo de fantasía. Sola... Sola... Sola... ¡Abandonada! ¿Sabes lo que me has hecho? Me has destruido, has hecho que volviera a mis viejos hábitos. No puedo evitarlo. Cuando me heriste... Activaste esa parte oscura que habías exiliado al rincón más recóndito de mi mente del cual no podía salir. Pero tú eras el guardián que custodiaba esa celda, en el momento en el que me heriste la dejaste salir. A pesar de que sabías las consecuencias. ¿Eso cuenta como suicidio a manos ajenas? Extraña, e inexistente, definición... Pero creo que encajaría, al fin y al cabo yo te maté. Yo rebané tus dedos uno a uno, rebané la carne de tus piernas ¡Esa carne tan deliciosa!, saqué tus ojos ¡Oh! Esos ojos azul infinito. Eran hermosos, por eso miro mi mesa de noche antes de dormir, son tan hermosos que decidí conservarlos. ¡Ja! Te veías tan patético cuando te revolcabas del dolor, cuando las lágrimas se escurrían por tus mejillas, cuando te ahogabas con tu propia sangre. Tu corazón... Era hermoso, tenerlo en mis manos... ¿Cómo explicarlo? La adrenalina corría por mis venas, mis ojos expresaban excitación, incluso mis manos temblaban... Clavar mis dientes en el fue la cosa más deliciosa del mundo, fue como robar tu alma, robar toda tu vitalidad y su textura... No existe nada como la textura de un corazón humano, es indescriptible. Fuiste mi amante favorito, el cadáver más hermoso que alguna vez vi, no quería deshacerme de ti... Pero tenia que hacerlo. Nos veremos en el más allá, esperame con ansias...

Pequeña InspiraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora