Capitulo 12

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-¡Morena! ¿Acaso no vas a ir por ella?

"No si deba hacerlo"

Me quede simplemente parada, aun pensando en lo que acababa de suceder. Había besado a Brittany. Me correspondió. Luego huyo.

No recuerdo haber llegado a casa, o dormir, o llegar al otro día otra vez al instituto... Solo se que la volví a ver.

-Hola Britt.- estaba en su casillero, justo antes de la clase que compartimos

-San, yo... Lo siento, no debí... No sé que sucedió, enserio, yo...

No deje que siguiera.

-Escucha Britt, fui yo quien lo hizo.- era cierto, debía hacerle saber lo que pensaba -Yo creo, creo que no debiste...

Esta vez ella me interrumpio

-San... Lo se. Se que solo fue el momento y que no debió haber sucedido.- ¡Genial! Había malinterpretado todo -Además yo estoy saliendo con Sam desde ayer. Te aseguro que no volveré hacerte pasar un mal momento otra vez.

¿Saliendo con Sam?
¿Pasar un mal momento?

Eso solo me hace sentir peor...

-¿Cómo que ahora sales con Sam?- Fue lo único que salió de mi boca.

-Ayer, me invito a salir. Por eso salí corriendo iba tarde- ¿Me dejaste por el? -Se que lo del beso no fue lo mejor, pero ahora no se repetirá. Lo prometo- había una sonrisa en sus labios, una sonrisa falsa.

En ese momento la decepción, el enojo, la tristeza, y todo lo demás que alguien puede llegar a sentir en un momento como este era exactamente lo que yo sentía... Hablé sin pensar en mis palabras.

-Tienes razón, no debió pasar. Pero no te preocupes, todo seguirá igual, esperó que Sam te haga feliz.

Me alejé de ella con mi corazón roto por primera vez.

Todo en el día era completamente normal, yo estaba por los suelos mientras veía como ese boca de trucha consentía a Britt, las clases eran eternas estuviera ella o no, en el club Glee simplemente no lo soporte y me fui a casa.

Las semanas pasaban, intentaba evitar a Britt y cuando no podía fingía estar bien; cuando ella era feliz yo también lo era. Pero en esta ocasión no era así, ella no estaba feliz, yo lo sabía. Sin embargo, me limitaba a apreciar a esa pareja y a envidiar a aquel rubio.

Cuando por fin fui capaz de entrar a la sala de ensayos controlando mis ganas de salir corriendo después de partir la cara a ese chico, me encontré con algo muy interesante. Puck hacia un dueto con él.

-Sr. Shuester, puede ser buena idea que Santana cante esta vez, yo tengo lastimada mi garganta y ella no ha practicado últimamente

¿Qué carajo estaba diciendo?

-Bueno, si ella esta de acuerdo podemos hacerlo por ahora- Se acerco y extendió a mi la canción -Aunque no sé si sea adecuada la canción

Era adecuada... Demasiado.

-Claro que lo haré, un solo es un solo.

-En realidad es un dueto.- Añadió Sam sentado al lado de la chica de mis sueños

-¿Seguiras contradiciendo lo que digo o moveras tu trasero al frente para cantar?

Se levanto y enseguida comenzó a sonar el piano, me giré para mirarlo y comencé a cantar. El siguio con la siguiente parte de la canción.

El coro lo cantamos juntos. "Make no mistakes, she's mine". Él solo lo tomaba como una canción, para mi era una forma perfecta de hacerle saber que pensaba. Incluso a Britt.

Cada palabra, cada verso, cada mirada, cada sentimiento era real para mi. Justo al terminar la canción aparte mi mirada fuerte y penetrante de él; le dirigí una dulce y triste mirada a Britt.

-Lo siento, no puedo estar aquí

Me retire de nuevo, esta vez fui al auditorio mientras derramaba algunas lágrimas. ¿Así que así se siente el amor?

Vaya mierda.

Un abrazo me sacó de mis pensamientos.

-Ella quería venir contigo.

-Lo dudo mucho, ya tiene a Sam.

-San, después de lo que me contaste, es seguro que también te quiere. Solo hay que encontrar porque no lo acepta

-Quinn, debo dejar de hacerme la tonta. Ella no me quiere, no me quiso y nunca me querrá. Tengo que aprender a vivir con esto.

Mi mejor amiga sabia que en un momento así, era imposible razonar conmigo. Se limito a seguir con el abrazo.

Cuando llegué a casa, subí a mi habitación después de saludar a mamá y decirle que no tenia hambre. Sabían que algo andaba mal. ¿Pero cómo llega alguien con sus padres diciendo "Soy gay y mi amor platónico no me ha aceptado"?

No es tan sencillo.

Me encontraba escuchando música como todas las noches, no importaba del todo cual, solo importaba seguir pensando en ella, fantasear en que podría llegar a ser alguien importante en su vida. Algo mas que su amiga.

Tocaron a la puerta, ahí estaba Maribel, mi madre. Una mujer fuerte sin duda y sensible también, era muy parecida a ella, sólo que yo, al igual que mi padre Roberto (quien estaba al lado de su mujer), prefería guardar los sentimientos muy fuertes, especialmente con personas que no fueran mi familia, Quinn y ahora Puck.

-Cariño, ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué estas tan triste?- Comenzó a hablar mamá

-Sabemos que puedes estar pasando algo difícil, somos tus padres, podemos ayudarte.

-No es tan fácil- por alguna razón un nudo en mi garganta apareció.

-Nada es fácil, puedes confiar en nosotros.

Sabia que podía, pero ni estaba lista. ¿Enserio era lesbiana? ¿Era posible que entendieran el hecho que una mujer había roto mi corazón? ¿Cómo se los iba a explicar?

Ciertamente el tiempo no tomo lugar en la habitación mientras trataban que yo hablase. No se en que momento comencé a llorar.

-Mamá, no es tan fácil. Yo... Bueno, me enamore.- Un sollozo salio de mi, ella me lanzó una mirada compasiva que cambio a una de sorpresa cuando continúe hablando -Me enamore... De una mujer. De mi amiga. Pero ella no me quiere.

Hubo un silencio inquietante. Me prepare para lo peor. El silencio pareció haber pactado con el tiempo para volverse eterno.

Entonces escuche por fin una respuesta.

-El primer corazón roto nunca es fácil de curar. Y menos en una situación así...- me sorprendió lo bien que lo tomó -Puede ser que no lo entienda como tu esperas que lo haga, pero eres mi hija, te aceptaré ante todo. Mientras tanto, puedes comenzar a contar... Tenemos tiempo.

El simple hecho de saber que me aceptaban, aun sin saber si enserio era lesbiana o bisexual o lo que fuese, me calmo. Inicie la historia desde el inicio.

Ambos escucharon con atención. Cuando termine, solo dijeron que debía seguir adelante, y que algún día llegaría mi oportunidad.

Sabia que tenían razón. Esa noche dormí mejor pensando en que tal vez Britt me quería, que tal vez no era la indicada, que tal vez me casaría con ella, que tal vez solo era un capricho adolescente. Pero estando segura, que cuando llegara a casa, podría desahogar mis sentimientos con mamá y ella mantendría su apoyo.

Amor secreto (Brittana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora