Capítulo 2

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Después de cambiarme y hacer unos huevos revueltos para Sakura decidí que ya era hora de que la despertara. Era eso o nunca llegaríamos a clases.

-Sak, en serio, ya es hora- pedí amablemente. Sakura siempre había odiado que la despertaran con gritos o cosas por el estilo.

-Solo un poco más-volvió a acomodar su cabello en la almohada-ya es horrible que tengamos que ir a clases los sábados, un poco más, por favor.

Odiaba no poder negarle nada. Tomé mis llaves y conduje a su apartamento, normalmente había ropa de ella en mi casa pero la había enviado toda a la lavandería y aún no regresaba. Abrí con la llave de repuesto que siempre tenía y entré a su habitación buscando su uniforme.

Sakura nunca había sido una persona ordenado, diablos, la amaba, pero realmente era un reto personal encontrar su ropa. Una ayudante podría ser precisa en su situación pero ella se negaba rotundamente y no la culpaba, la mayor parte de nuestras vidas habíamos sido controlados, si ella quería dejar toda su ropa por cada espacio vacío en su habitación yo no la culparía.

Diez minutos después al fin había encontrado sus zapatos favoritos, uno estaba estratégicamente bajo su cama y el otro en el baño. Esta chica iba a matarme. Me pregunto si el ordenado Itachi soportaría esto, vamos, tú la soportas, tú incluso la amas.

Abrí rápidamente sus cajones de ropa interior, necesitaba regresar pronto a mi apartamento o no llegaríamos a tiempo ni aunque mi deportivo pudiera volar. Un conjunto de lencería negra llamó mi atención, no es que siempre me fijara en su ropa, pero realmente ese par de prendas debían ser nuevas. Eran de encajes, realmente sensuales. ¿Para quién quiere estar sexy Sasuke?

La idea de Itachi en una cama disfrutando de Sakura con esas exquisitas prendas casi me provoca naúseas. Cerré el cajón y regresé por donde había entrado.

En mi apartamento Sakura me espera en la mesa, desayunando con mi toalla de baño aún en su cuerpo. Ni siquiera te ve como un hombre para sentir vergüenza Sasuke.

-Gracias por todo-me dio beso mientras tomaba su ropa y regresaba al cuarto de baño- eres el mejor.

El mejor amigo, por supuesto.

Sé lo que deben estar pensando, el idiota de Sasuke, quién nunca se ha detenido en mirar con broma a los actos de amor de él por Hinata, ese mismo Sasuke parecía un completo estúpido estando tanto tiempo cerca de una mujer a quien no podía follársela. Pero bien que quisieras Sasuke.

-Vamos-se apresuró Sakura cuando al fin fue consciente de lo tarde que podíamos llegar si no salíamos en ese preciso instante.

Déjenme contarles acerca de nuestra academia privada, o nuestro internado del pulgatorio como nos gusta llamarlo, somos ricos, realmente ricos, al menos la mayoría porque hay estudiantes becados también. Y no, no hay la típica escala social reinando en el lugar, a nadie le importa lo suficiente. En Konoha Academy las cosas son realmente simples, tenemos nuestros propios dormitorios personales y vivimos en ellos de lunes a viernes, día en que tenemos la libertad para quedarnos o irnos a nuestras vidas fuera de ese lugar, pero el sábado tendríamos que estar de vuelta. Quisiéramos o no. El domingo era el día supuestamente destinado para estar con nuestras familias, aunque dudaba que realmente alguien hiciera eso.

Nuestros padres tenían una sola razón para enviarnos a la academia y eso era mantenernos ocupados aprendiendo idiomas, deportes y materias empresariales mientras ellos construían sus cimas monetarias que futuramente nos encargarían. Si algo era cierto, era que aquí tu cerebro importaba, no importaba cuán rico fueras, necesitabas esa masa gris trabajando si querías reconocimiento en la academia. No es que estudiar nos gustara mucho, pero ganar era el agua que calmaba nuestra sed, eso y lo divertido que podía ser las noches clandestinas en una academia privada mixta.

Las cosas que no podía negarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora