Capítulo 3

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Sakura bailaba sensualmente. Nunca la había visto tomar ni una clase de baile, ella era más de las de hacer deportes, sin embargo, al verla moverse como se movía, cualquiera diría que lo llevaba en la sangre.

Me miró con esas piedras jades que tiene por ojos y guiñó uno de ellos hacia mí. Deslizó sensualmente el top negro fuera de ella, dejando ver ese sostén negro que había descubierto hace días en su cajón. Movió sus caderas lentamente mientras el short plateado tomaba el mismo camino que el top. La tanga le quedaba demasiado bien, en esas largas y torneadas piernas, definitivamente realzaban las nalgas que mis manos se morían por tocar.

Lanzó un largo suspiro excitante mientras quitaba los tacos altos de sus pies, todo sin dejar de verme. Sonrió, sabía que me tenía en su poder.

La música parecía guiar sus movimientos y no al revés como suele pasar, jugó con las tiras de su sostén solo para excitarme más, como si fuera posible. Finalmente terminó con mi tortura temporal y lo desabrochó permitiéndome observar esos blancos pechos y en la cima sus pezones rosados y presos de la excitación también.

Se acercó lentamente y tocó mi mejilla, me miró aprobatoriamente para que la tocara. Tomé su mejilla también y la acerqué más a mí.

Entonces la alarma sonó.

Diablos, yo debía dejar de tener esa clase de sueños con Sakura, ella es mi mejor amiga y aunque esté enamorado de ella sigue siendo de alguna forma inapropiado. Me sentía un poco sudoroso y obviamente una parte de mí llevaba mucho más tiempo que yo despierto. Si Sakura me encontrara así, sabiendo que mis erecciones matutinas eran por su causa, ¿qué diría? Nada bueno, por supuesto.

Me levanté cansado, últimamente no podía dormir. ¿Alguna vez en tu vida dormiste bien Sasuke? Era viernes y probablemente las chicas ya tendrían algo planeado, así que tampoco podría dormir tanto. Suspiré y tomé una ducha fría, no quería seguir pensando en Sakura desnuda y menos aún masturbarme pensando en eso. Yo sé que en el fondo lo quieres.

Cuando llegué al salón de clase, Sakura ya estaba adormilada sobre su asiento al lado de Hinata, cualquier pensaría que era una vaga que solo se la pasaba durmiendo, pero lo cierto era que su cerebro funcionaba mejor de madrugada y ella casi no dormía por llenar su cabeza de la mayor cantidad de conocimientos que pudiera.

Medio entreabrió sus ojos y me vio, me dedicó una sonrisa sincera y los volvió a cerrar. A veces pensaba que ella sentía mi presencia. No desees más de lo que tienes Sasuke.

-¿Hoy?- me sonrió Karin al verme

-Otro día- su rostro se mostró asombrado por un segundo y pronto recompuso su expresión a una más amable.

-Como prefieras-asintió.

Me senté al lado de Naruto quién también parecía dormir y esperé a que las clases comenzaran. El celular vibró justo cuando el profesor Kakashi entró al curso.

Papá irá la próxima semana a la ciudad. –Itachi

Habían pasado al menos 15 meses desde la última vez que vi a mi padre. Estaba con su prostituta de la temporada y había ido a casa solo por unos documentos. No me saludó y abrazando de lado a la bella mujer solo me dio una corta mirada.

-No me hagas quedar mal- dijo a manera de despedida.

Al mes de eso me compré un apartamento, Itachi se iba a la universidad y la casa iba a estar demasiado sola. Siempre estaban las mucamas por todos lados, pero incluso así, no había una pizca de vida en el lugar.

Las cosas que no podía negarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora